Requisito: que la película sea en blanco y negro y tenga por lo menos 50 años
Género: Drama
Año: 1955
Duración: 135 minutos
Título original: Not as a Stranger (basada en la novela de Norton Thompson)
Muy buena
En un acto de masoquismo consciente (sabía con lo que me iba a encontrar) esta semana INTENTÉ visionar (sin ninguna pretensión técnica o crítica) dos producciones recientes de consumo masivo, en las que los efectos especiales privan sobre todos los demás aspectos. Pero afortunadamente uno puede controlar todavía ciertas acciones y, por lo tanto, sólo tuve que pulsar la tecla STOP para poner fin a mi sufrimiento.
Estos elementos de "tortura para el espectador" tienen nombre: OBLIVION y HULK. La primera me duró 20 minutos y la segunda poco más de media hora. De hecho, hay un público para ese tipo de cine, pero como este espacio lo reservo para mis gustos personales, omitiré toda nueva referencia a Oblivion y Hulk, y paso a lo que me interesa.
Busqué un "antídoto" y lo encontré en la Biblioteca de Mataró. Entre cientos o miles de títulos elegí casi al azar una de esas películas en blanco y negro de mitad del siglo pasado y las que soy tan aficionado; pocas me han defraudado. Así que como parte de la serie REVIVAL DE BLANCO Y NEGRO, me llevé a casa No serás un extraño, la ópera prima del director Stanley Kramer. No me equivoqué; para mi gusto personal es una gran película: por el argumento, la dirección, la fotografía, los actores. ¿Qué más se puede pedir?
Tal vez sea necesario tener una cierta edad y también nostalgia por una época determinada, pero lo cierto es que disfruto enormemente con estas películas en las que se "exprimía" al máximo a actores, argumento, fotografía y demás elementos que los realizadores tenían a su alcance; todo parecía más humano, real y creíble. Es verdad que los avances tecnológicos posibilitan que actualmente se hagan películas visualmente espectaculares y valiosas, pero también es cierto que otras muchas son verdaderos adefesios en los que se explota el nombre de algún actor que esté de moda. Pero, como en definitiva hay público para todo...
Lee Marvin, Frank Sinatra, Robert Mitchum |
La pareja central, Robert Mitchum y Olivia de Havilland, están correctos. A Mitchum puede pedírsele poco más que corrección en sus interpretaciones ya que, como actor es un bloque de cemento que camina como si llevara una vara de acero desde la cabeza a los pies y, además, tienen el dudoso honor de poseer uno de los rostros más inexpresivos del cine. Pero eso forma parte de su personalidad y me cae bien. No espero más de él y no engaña a nadie. Si lo eligen es que debe tener seguidores. Pero repito, me gusta su modo de actuar. También es evidente que en esa época no se conocía a Giorgio Armani.... Los trajes de Mitchum deben haber sido cortados por cualquiera menos por un sastre. En fin, modas.
Olivia de Havilland está bien en su papel de Kristina, una enfermera solterona y avejentada. Además, el pelo rubio, casi blanco, le agrega aún más años. Es muy diferente a la hermosa actriz de Rebecca y de las películas de aventuras que protagonizaba junto a Errol Flynn.
Stanley Krumer |
Decide entonces casarse con la enfermera, perdidamente enamorada de él y con el dinero ahorrado por ella termina su carrera. Se convierte en muy buen médico y cirujano pero antepone en forma desmedida su profesión a la relación con su esposa, hasta que finalmente un golpe del destino lo hace caer de su pedestal y.......(no voy a desvelar el final).
Y volviendo al principio, alguien con edad suficiente se acuerda de la serie El increíble Hulk? Esa en la que cuando el actor central se pasaba de revoluciones empezaba a "hincharse" hasta convertirse en el forzudo Hulk (papel que estaba a cargo de Lou Ferrigno, un físico culturista). Su cuerpo aumentaba de volumen hasta que los botones de las camisas estallaban y la parte baja de los pantalones reventaba, dejándolo prácticamente desnudo...salvo en la parte del pantalón que cubría las partes pudendas. Debían tener costura reforzada y tela elástica porque nunca lo dejaban expuesto......La candidez de esas escenas eran aceptadas y seguidas con interés y hasta afecto; era un cuerpo humano superdesarrollado.
El Hulk de estos tiempos tecnológicos es un mamarracho digitalizado con músculos descomunales de dibujos animados. Y ahora se avecina una versión "moderna" de El llanero solitario... ¿Qué será de nosotros, los nostálgicos del pasado?
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La novela |
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