El programa nos tiene reservado para hoy un encuentro con dos de los orgullos de Jerez, sus afamadas bodegas y un espectáculo de arte ecuestre.
Repuestos de la caminata de la víspera en Gibraltar y con el ánimo renovado, la tropa ocupó sus asientos asignados en los autocares, y en marcha!, a conocer una de las bodegas más famosas del mundo. El tiempo nos acompañaba; no se podía pedir más.
El guía Mateos pidió que nos apurásemos porque teníamos que pasar por el circuito de Jerez, escenario de una carrera por el campeonato mundial de motociclismo que iba a correrse el domingo. Para esta fecha suelen llegar de muchas partes de Europa miles de moteros y la ruta podría estar congestionada. Pero no fue así, todo estaba en orden.
Al llegar a Jerez de la frontera veíamos a nuestro paso otras bodegas bastante conocidas, como Terry y Osborne; evidentemente nos hallábamos en una zona productora por excelencia. Al llegar, guías uniformadas nos dividieron en grupos de 20 y comenzamos la visita, primero a bordo de un pequeño trencito que muchos agradecimos. Una vez recorrido el perímetro del lugar, iniciamos la visita a pie siguiendo a la guía que de tanto en tanto se detenía para dar sus explicaciones.
Real Bodega de la Concha, diseñada por el ingeniero francés Gustavo Eiffel, el que construyó la famosa torre de París que lleva su nombre. Fue inaugurada en 1862 con motivo de la visita de la reina Isabel II de España |
En este sector de la bodega hoy 214 botas (barriles) del llamado vino amontillado, en los que pueden verse las banderas de los 115 paísesa los que se exporta |
Nos contó que el tal Tío Pepe existió realmente. Resulta que el fundador de la bodega, el ya mencionado Manuel María González, recibió en determinado momento ayuda y asesoramiento de parte de su tío materno, José Ángel de la Peña. Por ello, nueve años más tarde, Manuel María escribió en uno de los barriles: Solera del tío Pepe, y así nació la marca del famoso jerez.
Una pausa en un banco de hierro forjado. El predio, con muchas flores y mucho verde está muy bien cuidado |
En La bodega de los Reyes se guardan los mejores vinos de la casa. Esta bodega fue dedicada a la familia real española y hay una barrica con el nombre de cada uno de sus miembros. Las bodegas son de techos muy altos y mantienen una temperatura obviamente ideal para la correcta maduración de los vinos. Su amplitud permite que sean utilizadas también como salón de banquetes para bodas y otros eventos. Claro que alquilando y pagando. Si en España hay crisis aquí no se nota.
Una visita a una bodega no puede finalizar sin una degustación, así que el contingente fue "arreado" hasta un gran salón con mesas para que los visitantes pudieran sentarse un rato y catar los licores que un ejército de camareros servía en altas copas de cristal. Vinos secos y dulces era el aperitivo para el paso obligado por la tienda de venta al público; que cada uno decidiera. La visita había terminado y los autocares nos aguardaban para llevarnos a ver un espectáculo ecuestre que comenzaba a las doce en punto. Había que llegar a tiempo pues no permitiría la entrada una vez comenzado. Se debe tener en cuenta que los animales pueden desconcentrarse por el movimiento de gente en las gradas.
La capacidad de la bodega es de 46 millones de litrros en barricas de roble americano, y más 30 millones de litros en tanques de acero para el proceso de fermentación |
Visitantes ilustres dejaron su firma en barricas dedicadas especialmente. Arriba, la del guitarrista Andrés Segovia, y en la foto inferior, la firma del campeón mundial de automovilismo, el argentino Juan Manuel Fangio. La lista, muy larga, incluye a Winston Churchill y José Saramago. |
Esta veleta, que funciona perfectamente, tiene la particularidad de ser la mayor del mundo. |
Nos aguardaban los magníficos caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre. A no preocuparse por estos animales, que son tratados a cuerpo de rey; se lo merecen. Es ineludible decir que no se permitía tomar fotos ni filmar, así que como queremos tener un recuerdo de ese espectáculo, sirva la foto debajo de estas líneas, y el video tomado prestado en Youtube.
Terminado el espectáculo, a comer! esta vez a uno de los restaurantes rurales llamados cortijos. Paella y pescado frito era el menú aprobado unanimemente.
La tarde incluía visitas a la ciudad de Cádiz y Puerto de Santa María. Ninguna de las dos aportó nada interesante, así que al hotel y a dormir temprano, que mañana debíamos despertarnos a las CINCO!! para la aventura de Tánger, en Marruecos.
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2 comentarios:
Qué lindo!!!!!!!!!!!!! Besos!!!
El espectáculo de los caballos fue muy emocionante...Estar allí viendo lo que son capaces de hacer, en total silencio, con la música clásica de fondo...bueno es impagable..Hay momentos en que uno llega a emocionarse de verdad...bueno eso me pasó a mí y creo que a mucha otra gente por la cara que teníamos al salir...En fin serán los años que nos ponen más sensibles....
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