- Libro nro. 221 leído en este blog -
Género: Thriller, policial (Serie inspector Wallander)
Año: 2003
Páginas: 192
Título original: Handen
Traducción: Carmen Montes Cano
Elegido por: Autor
Valoración: Bueno
Como admirador de Henning Mankell y como lector de la saga íntegra dedicada al inspector Kurt Wallander, me sorprendí gratamente al conocer la publicación de Huesos en el jardín, que en el orden cronológico es la que precede a El hombre inquieto, que pone fin a las andanzas del entrañable policía sueco.
El propio Mankell dice que escribió este caso protagonizado por Kurt Wallander hace muchos años con vistas a una edición holandesa. Después de ver la versión televisiva que hizo Kenneth Brannagh comprendió que la historia seguía viva y por lo tanto analizó la posibilidad de publicar de nuevo este librito "holandés", que no había visto la luz en ningún otro idioma. Agregó que ya no habrá más novelas dedicadas a Wallander. Queda así explicada entonces la tardía entrada en escena de esta pequeña obra en nuestro mercado.
Es realmente un texto menor de Henning Mankell, una novelita "rápida", o más bien un relato que agrega poco a la serie y no puede compararse con ninguno de los otros títulos que la componen. Un caso policial sencillo que Wallander y su equipo resuelven rápidamente, dejando en el lector la sensación de que efectivamente fue escrita por compromiso; tal vez algo contractual con su editorial holandesa. De todas maneras, este texto intercalado no altera la continuidad de la serie.
Y es también una suerte que no modifique en nada el magnífico cierre de la carrera de Wallander que su creador nos ofreció en El hombre inquieto, algo que ya se intuye en esta breve novela: el inspector se siente cansado, próximo a la jubilación y con deseos de vivir en una casa en compañía de un perro.
El atractivo para los fans de Mankell/Wallander es que siempre será bienvenido un encuentro entre el inspector y sus seguidores, pero para quién no haya leído la saga, esta novela corta quizá le decepcione. No obstante esta opinión un tanto negativa, la recomendación de leer los libros escritos por Mankell, se mantiene con todo su vigor.
Tal vez como compensación por el poco peso de este relato, el escritor dedica 15 páginas al final del libro para explicar las circunstancias que lo impulsaron a crear la serie Wallander y se explaya sobre los primeros títulos, sobre todo aquellos que tienen que ver con su compromiso de abordar algunos problemas de la sociedad actual, como el racismo y las injusticias. Deja abierta también la posibilidad, aunque no muy firme, de que Linda, la hija de Wallander, pueda volver a ser protagonista de alguna otra novela. Este apéndice de Huesos en el jardín fue incorporado por Mankell en mayo de 2013. La novela es del año 2000.
Finalmente quiero dejar en claro que si bien no es de las mejores, la lectura de Huesos en el jardín me resultó muy amena, como no podía ser menos para un seguidor incondicional del novelista sueco. Una sugerencia: si alguien no ha leído aún la saga de Kurt Wallander y quiere hacerlo, comience por Asesinos sin rostro y siga el orden cronológico.
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Sinopsis
Un domingo de octubre de 2002, un Kurt Wallander agotado después de una intensa semana de trabajo va a visitar la que podría ser la casa de sus sueños, en las afueras de Löderup. Mientras deambula a solas por el jardín de la finca, rumiando si comprarla o no, tropieza con algo semioculto entre la hierba. Para su sorpresa, son los huesos de una mano. Esa misma noche, cuando los técnicos encienden sus focos y cavan alrededor, sale a la luz un cadáver que, según los forenses, lleva más de cincuenta años bajo tierra. Pero ¿es posible esclarecer un crimen cometido tanto tiempo atrás? Cuando ya está a punto de darse por vencido, Wallander regresa al jardín de la que pudo haber sido su casa. Y algo despierta en él nuevas sospechas que se convertirán en un nuevo hallazgo.
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Primeras líneas
El sábado 26 de octubre de 2002, el inspector Kurt Wallander se sentía muy cansado. Había sido una semana terrible, debido a la gripe devastadora que había causado estragos entre el personal de la comisaría de policía de Ystad. Wallander, que siempre era el primero en contagiarse, había sido en esta ocasión, por alguna razón insondable, uno de los pocos que no cayó enfermo. Dado que aquella semana habían tenido un caso de violación en Svarte y varios de agresión grave en Ystad, tuvo que emplearse a fondo y durante muchas horas.
Estuvo ante el escritorio hasta bien entrada la noche del sábado. Tenía la cabeza demasiado cargada para trabajar, pero no le apetecía lo más mínimo irse a su casa, en la calle de Mariagatan. Al otro lado de la ventana de la comisaría soplaba un fuerte viento racheado. De vez en cuando se oía a alguien por el pasillo. Wallander confiaba en que no llamaran a su puerta. No quería que lo molestaran.
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El autor
Henning Mankell nació el 3 de febrero de 1948 en Estocolmo, Suecia. Su padre, Ivar Mankell, era juez y su abuelo, también llamado Henning Mankell (1868-1930), fue compositor y pianista.
A los dieciséis años abandonó la escuela, para enrolarse en un barco mercante y posteriormente vivió en París, donde trabajó en un taller de instrumentos musicales. A los diecinueve años, de vuelta a Suecia, empezó a colaborar con el Riksteatern (Teatro nacional sueco) en Estocolmo, donde inicialmente comenzó como actor y en 1968 escribió su primera obra de carácter satírico llamada, Feria popular que llegó a tener cien representaciones. En los años siguientes colaboró con varios teatros en Suecia.
Actualmente reside a caballo entre Suecia y Mozambique, donde está la mitad del año y dirige el Teatro Nacional Avenida de Maputo. Está casado con Eva Bergman, hija del cineasta Ingmar Bergman.
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