El desembarco de María de Médici en el puerto de Marsella
(Peter Paul Rubens)
Óleo sobre tela - 394 x 295 cm
Museo del Louvre, París
Según los textos consultados para la elaboración de estas notas, éste es uno de los más bellos cuadros de entre los veintinuno encargados por la reina madre francesa para prestigio propio y legitimación de su posición política. El programa de toda la serie fue ideado por el abad de Saint-Ambroise, pero igualmente contribuyeron con sus propuestas la reina, el cardenal Richelieu y el propio pintor.
En la parte superior, la Fama toca las trompetas para anunciar su llegada. Bajo esta escena, y separada de la misma por las tallas doradas y la alfombra púrpura que cubre la pasarela, aparece el dios Neptuno acompañado por los tritones y las Nereidas, las criaturas que han escoltado la nave desde Italia hasta Francia.
Más sobre el contexto histórico
A lo largo de la Historia los reyes y gobernantes siempre intentaron consolidar su posición sirviéndose del arte para crear imágenes duraderas que reforzasen su autoridad y consolidasen el mito. El ciclo de María de Médicis encargado a Rubens es uno de los ejemplos más claros.
Recibido el encargo de pintar "las gestas heroicas"
Los hechos fundamentales de la vida de María de Médici no tenían la gloria con las que Rubens las presentó. En 1600 se casó por poderes con el rey Enrique IV de Francia y, tras el asesinato de su marido en 1610, se convirtió en regente hasta la suba al trono de Luis, con trece años de edad, en 1914.
Al año siguiente confió su ambicioso proyecto a Rubens, quien tras prescindir de los detalles negativos, recreó estos acontecimientos y los transformó, con la ayuda de ángeles y figuras alegóricas y mitológicas, en un ciclo de veintiún cuadros que daban a la vida de la reina madre un significado universal.
Rubens dibujó los esbozos en París, pero la ejecución material fue llevada a cabo con ayuda de colaboradores en Amberes. Mientras que los cuadros de la serie se conservan en el Louvre, los esbozos están en la Alte Pinakothek de Múnich.
Se cuenta que mientras contemplaba un cuadro de Rubens, su contemporáneo Guido Reni exclamó: "Ese tipo mezcla sangre con sus pinturas". En efecto, la capacidad inigualable de Rubens para hacer tangible y real la carne y la epidermis de las figuras ha llevado a algunos a afirmar que sus desnudos están hechos "con leche y sangre".
El artista conseguía efectos tan extraordinarios con una mezcla concreta de blanco, amarillo, rojo y azul aplicada en una capa fina, de forma que dejaba transparentar el fondo claro y producía así epidermis translúcidas y luminosas.
Rubens es conocido por sus rollizos desnudos, tanto masculinos como femeninos; no le interesa el aspecto exterior, sino el peso y la sustancia de lo que hay bajo la piel. Los hoyuelos, arrugas y pliegues de la carne están dibujados con una gran fuerza expresiva y dan una sensación de realidad tangible.
Leemos sobre Rubens
"La combinación de sus dotes inigualables en la creación de grandes composiciones colorísticas y el infundirles una tumultuosa energía, es lo que aseguró a Rubens una fama y un éxito de los que jamás disfrutó ningún artista antes de él. Su arte era tan eminentemente propicio para acrecentar la pompa y el esplendor de los palacios y para exaltar a los poderosos del mundo, que gozó de una especie de monopolio dentro de la esfera en que se movió. Fue la época en que las tensiones religiosas y sociales de Europa culminaron en la terrible Guerra de los Treinta Años en el continente, y en la Guerra Civil en Inglaterra.
"De una parte estaban los monarcas absolutos y sus cortes, la mayoría de ellos sostenidos por la Iglesia Católica; de la otra, las nacientes ciudades mercantiles, protestantes las más de ellas. Los Países Bajos se hallaban dividos, con la Holanda protestante resistiéndose a la dominación católica española, mientras el Flandes católico, gobernador desde Amberes, era leal a España.
Rubens alcanzó la posición única de pintor del campo católico. Al ir de corte en corte como huésped ilustre, a menudo se le encargaban delicadas misiones diplomáticas y políticas, siendo una de las más importantes la de llevar a cabo una reconciliación entre Inglaterra y España en interés de lo que se llamaría hoy bloque "reaccionario". (Ernst H. Grombrich, Historia del Arte)
Peter Paul Rubens |
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En la misma serie
Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 (Francisco de Goya)
La coronación de Napoleón (Jacques-Louis David)
La lección de anatomía del dr. Nicolaes Tulp (Rembrandt)
La libertad guiando al pueblo (Eugene Delacroix)
Las meninas (Diego Velázquez)
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1 comentario:
sin duda alguna la interpretación de esta obra de arte, es completa, hace rato que la buscaba y la encontré
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