- Libro nro. 296 leído en este blog
(Total de leídos en todos los géneros: 2654)
Género: Thriller
Año: 2004
Páginas: 408
Título original:
Traducción:
J.T.
Quien haya leído alguna de las novelas de esta serie habrá notado probablemente que es muy fácil dejarse atrapar por las andanzas del protagonista, el comisario de la policía griega Kostas Jaritos, creado por Petros Márkaris.
Es que Jaritos no sólo es un policía tradicional que resuelve asesinatos y misterios diversos, sino que por mérito de su creador, su personalidad trasciende más allá de la labor profesional. A muchos les atraerá igual o más (me incluyo) la vida familiar del comisario: las discusiones constantes que mantiene con su esposa Adrianí por temas baladíes como una comida, el sofocante calor del verano, su afecto por el viejo y castigado Mirafiori que se resiste a cambiar, su pasión por los diccionarios, y la relación de afecto y disputas con su hija Katerina.
Toda esta atmósfera está expuesta con un fino sentido del humor que el lector agradece. Además, cada libro de Márkaris es un largo artículo de opinión sobre la realidad social de Grecia. Por eso, son algo más que novelas policiales bien construidas. Como ejemplo: aquí habla de un empresario que hace su negocio con el tema de inmigración (recurrente en sus novelas). Contrata a trabajadores provenientes de los países del Este, como Albania, a los que les paga sueldos miserables y, a través de sus agencias inmobiliarias, les vende pisos a precios inflados respecto a las cantidades irrisorias que ha pagado por ellos en barrios depreciados.
Pero la novela no solamente es eso. El comisario Jaritos debe interrumpir su convalecencia para investigar tres extraños suicidios, relacionados con corrupción de políticos (este tema le gusta al autor), tráfico de influencias, secretos del pasado. Todo en medio del insoportable calor, calles cortadas y tránsito colapsado por las obras que deben terminarse a tiempo para los Juegos Olímpicos que Grecia ha pedido organizar. Chapado un poco a la antigua, Kostas Jaritos se niega a incorporar un teléfono móvil a sus elementos de uso cotidiano, para no sentirse atosigado. Si alguien quiere dar con él, debe hacerlo a través de un obsoleto "buscapersona".
Petros Márkaris define así a "su" Kostas Jaritos: "Es un hombre de lo más corriente que gana un mal sueldo, que tiene una familia a la que quiere y a la que tiene que alimentar y un jefe que le impone respeto y al que teme".
Márkaris es un autor que, con sus más y sus menos, difícilmente te falle.
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ContratapaTras sobrevivir a un disparo en acto de servicio (Defensa cerrada), Jaritos arrastra una aburridísima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de la mediocre monotonía, en que ha caído: en medio de una entrevista, un célebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes. ¿Por qué un hombre de negocios tan discreto y bien considerado realiza una acción tan espectacular? El instinto del viejo sabueso despierta y Jaritos se pone en movimiento. Aunque está de baja y otra persona ha ocupado su despacho en las dependencias de la policía, el olfato del comisario es insustituible para esclarecer un caso cuyas repercusiones aumentan cada día. Las pesquisas de Jaritos nos llevarán por la Atenas olímpica.
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El autor
Petros Márkaris, dramaturgo, guionista y narrador griego, aunque nacido en Estambul (Turquía). Hijo de padre armenio (comerciante) y madre griega (ama de casa). Márkaris resume así su formación: "Hice mis estudios elementales en una escuela griega, pero después, a partir de mis estudios secundarios hasta mis años de universidad, toda mi formación y mi cultura es alemana". Como miembro de la minoría armenia, durante muchos años no tuvo ninguna ciudadanía; obtuvo la griega después de la caída de la Dictadura de los Coroneles y el retorno de la democracia en 1974, junto con el resto de los armenios que vivían en Grecia. Reside en Atenas desde los años cincuenta.
Comenzó su carrera literaria en 1965, como dramaturgo, pero aquí nos interesa como novelista y creador del comisario Kostas Jaritos, un policía ateniense, jefe de una familia normal y que le sirve para exponer sus críticas acerca de la sociedad actual griega. "Él vino a mí", dice y explica que después de haber estado escribiendo durante varios años los guiones de la serie televisiva Anatomía de un crimen, se sintió cansado de ella, pero el canal quería seguir y él accedió a prolongar su trabajo por seis meses, y fue entonces que le vino la idea del comisario.
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