Género: Narrativa
Año: 2001
Páginas: 225
Título original: Io non ho paura
Traducción: Juan Manuel Salmerón
Bueno
Al llegar al punto que marcaba un final abrupto, repentino, cerré el libro y me quedé pensando. "¿Qué pasó con....? ¿Aquí se acaba la historia....?". Tuve la sensación de que algo se me escapó... que alguna metáfora habrá quedando flotando y no alcancé a captarla. Por suerte no se trata aquí de "explicar" una obra, sino de decir si me gustó o no, desde mi cómodo punto de vista de lector.
Y puedo decir que esta novela breve, contada en primera persona por Michele, un niño de nueve años, me atrapó desde el comienzo, al punto que la leí en dos sesiones. El joven protagonista lleva una vida tranquila en una comarca rural de Italia. En el pueblo todos se conocen; me recordó algunas películas del neorrealismo italiano. Vive con su madre y una hermana menor; el padre viaja continuamente y cuando está en casa, las relaciones familiares son las "normales": discusiones y reconciliaciones.
Durante un paseo en bicicleta con sus amigos, -grupo en el que no falta el prepotente ni la niña regordeta-, Michele descubre algo, un terrible secreto que afectará a su familia y a él mismo; en la infancia no todo es idílico. Será muy interesante conocer otras opiniones a ver si se me aclaran las dudas. Para ello, se puede visitar este enlace, que agrupa algunas, como también notas sobre el autor Niccoló Ammaniti. A ver si las dudas se despejan. La síntesis que puede leerse a continuación, aportará al eventual lector información adicional.
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Síntesis
El verano más caluroso del siglo. Cuatro casas perdidas entre los trigales. Los mayores permanecen encerrados en casa. Seis niños, en sus bicicletas, se aventuran por entre los campos ardientes y abandonados.
En medio de ese mar de espigas, hay un secreto espeluznante, un secreto que cambiará para siempre la vida de uno de ellos.
Una historia tensa y un vívido ritmo, un artefacto de relojería que se va tensando hasta una conclusión sorprendente. Michele Amitrano, de nueve años, de repente tiene que vérselas con un secreto tan grande y terrible que ni siquiera puede explicarlo. Y para afrontarlo deberá encontrar fuerzas precisamente en sus fantasías de niño, mientras el lector asiste a una doble historia: una que es vista con los ojos de Michele, y otra, trágica, que afecta a los mayores de Acqua Traverse, miserable caserío perdido entre los campos de trigo. El resultado es un relato poderoso y de una absoluta felicidad narrativa, donde se respiran atmósferas emparentadas con Las aventuras de Tom Sawyer o los Cuentos populares italianos de Italo Calvino.
La historia está ambientada en el tórrido verano de 1978, en los campos de un sur de Italia sin especificar, evocado con una rara fuerza descriptiva.
En este paisaje dominado por el contraste entre la cegadora luz del sol y la oscuridad de la noche, Ammaniti alterna, con gran eficacia narrativa, la comedia, el mundo de las relaciones infantiles, la lengua y la divertida sabiduría de los niños, su tenacidad, la fuerza de la amistad y el drama de la traición. Y, a la vez, esboza un inolvidable abanico de personajes adultos. Novela del descubrimiento de uno mismo a través del peligro más extremo, y de la necesidad de afrontarlo. No tengo miedo se convierte en un adiós desolador a la edad de los juegos, a esa energía mágica que nos permite luchar contra los monstruos, y que se insinúa bajo la piel de cada uno de nosotros como una tierna puñalada en el pecho.
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El autor
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