Año: 2003
Páginas: 416
Bueno+
Leer una novela con trasfondo histórico nos reporta por lo menos dos beneficios: entretenernos y a la vez aprender un poco más acerca de lugares, países y conflictos de la época elegida por el autor. En El gobernador, Miguel Sousa Tavares, nos lleva al Portugal del comienzos del siglo XX, y más precisamente a sus colonias de ultramar; en este caso Santo Tomé y Príncipe, "perdidas" en medio del océano Atlántico.
Estamos en 1906. En la cosmopolita Lisboa nos encontramos con el periodista y empresario naviero Luis Bernardo Valença, visitante asiduo de cafés y salones en los que se reúne lo más granado de la sociedad portuguesa. De posición acomodada, la vida le sonríe gracias a su nivel cultural y dotes de seductor nato. Pero el destino le tiene reservado un cambio que de la noche a la mañana trastocará su existencia.
El rey de Portugal, don Carlos, le pide que asuma como gobernador de Santo Tomé y Príncipe, dónde los dueños de las plantaciones de cacao y café se enriquecen gracias en parte de la mano de obra esclava, un sistema que se niegan a abandonar, a pesar de la amenaza de boicot de parte de la comunidad internacional.
Luis Bernardo tendrá que cambiar esa situación en los tres años que deberá permanecer en esas distantes colonias. Y aquí comienza la trama de la novela, que se lee con interés gracias también a la coloridas descripciones que el autor ofrece sobre el lugar y sus gentes, tan diferentes a lo que el flamante gobernador estaba acostumbrado. La misión no será fácil pero éste la asume con energía, por lo que entiende es justo y también como un modo de enfrentar la soledad que cada día se le hace más difícil de soportar.
En realidad se plantea un dilema. Las condiciones de trabajo de los obreros traídos de Angola son duras, pero ¿llega a ser esclavitud? Los trabajadores son contratados, ¿pero saben lo que firman? ¿son realmente libres? Eso es lo que deberá dilucidar el nuevo gobernador.
La llegada del cónsul inglés y de su bella esposa altera completamente su rutina. Luis Bernardo debe convencerlo para que el informe que el diplomático envíe a su gobierno sea lo más benevolente posible. Surge una relación de amistad entre el gobernador, el enviado británico y su esposa Anne, pero esta paz y buena convivencia dura poco. Sucede lo inevitable. Entre Anne y Luis Bernardo estalla una pasión desbocada; todo va a cambiar. Amor, celos, traiciones, amistad, escrúpulos y mentiras, confluyen para que las existencias de los tres personajes centrales sean llevadas al límite. El final es impactante.
En mi opinión, el autor dedica demasiadas páginas a la historia personal del cónsul británico David Jameson, anterior a su llegada a la colonia, procedente de India. No era tan necesaria, pero sí es cierto que explica aspectos interesantes de ese país cuando era colonia británica.
Esta novela se tituló Equador en su versión original.
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El autor
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