José Trepat
(A quienes nos conocen y con quienes hemos tenido contacto durante este mes)
Pretender que en apretados 30 días pudiéramos cumplir con los ítems de una apretada agenda elaborada a golpe de recuerdos y “obligaciones”, resultó –como lo demostraron los hechos- una quimera.
Al igual que en cualquier viaje que se planifique con anticipación, los hechos esperados e inesperados, fueron sumándose día a día, haciendo que las 24 horas de una jornada normal hayan sido muy escasas e imposibles de estirar; la tiranía del reloj y del calendario es implacable para todos. Hubo que emplear entonces la imaginación para ir modificando la agenda casi minuto a minuto a fin de que los “compromisos” pudieran concretarse en un intento de comprimir en 30 días una ausencia de cinco años.
A tres días de nuestra partida y aprovechando el resquicio de unos minutos de una mañana de domingo, se impone un balance en el que –como esperábamos que sucediera- deben prevalecer los agradecimientos ante las muestras de afecto recibidas, y un humilde pedido de disculpas por lo que no hemos podido hacer, a pesar de nuestra voluntad.
Comenzamos el rosario de agradecimientos con uno muy especial para Noemí y Rolo, que en los días que nos alojaron, entre idas y venidas hacia y desde Munro, nos hicieron sentir como en casa, con la ventaja de que no tuvimos que lavar los platos.
Nos colmaron de atenciones que van mucho más allá de las que podrían considerarse “formales”, incluyendo la cesión de un automóvil a tiempo completo, imprescindible para traslados de bolsos y de nosotros mismos a diferentes destinos, que de otro modo hubieran sido más dificultosos. Compartimos con ellos paseos y visitas para lo cual sacrificaron días de trabajo. Quedamos abrumados por tantas atenciones. No podemos excluir la mención de los tradicionales asados de los sábados y de uno especial, hoy en el Día de la Madre. Ellos saben que les estamos muy agradecidos, no hace falta agregar más.
LOS PRIMOS, esa institución creada hace algunos años que comenzó con el agrupamiento de los primos y cónyuges de Betty, y que con el tiempo se amplió a otros miembros de la familia que siguen cumpliendo con el rito de una reunión mensual en la que se comparten vivencias y emociones, nos brindaron (LOS PRIMOS) una excepcional calidez en dos reuniones, de bienvenida y despedida.
En la primera nos distinguieron con el emblemático HUEVO DE ORO, un acto que para nosotros resultó muy emotivo y que no olvidaremos.
Como expresión de deseo, quisiera que nuestros hijos y nietos, independientemente del lugar en que les toque vivir, crezcan en un ambiente lo más parecido posible al que se vive en esas reuniones periódicas.
Gracias a Susana y Roberto (para nosotros, los Morillo), que nos invitaron a su casa y nos agasajaron con un exquisito asado (y van…), además de ponernos al día con chimentos y cotilleos de personajes conocidos por nosotros.
Quedó una promesa: la invitación a pasar unos días en un recóndito lugar de Córdoba, al que se llega por medio de una “chata” (no pude precisar que es exactamente, será una 4x4)?. Está el compromiso de hacerlo en un próximo viaje.
Hemos conocido también a la caótica familia Castro en pleno. Una reunión muy agradable organizada por el contador Guillermo y el escribano Eduardo, que además de parientes, los sentimos como grandes amigos. Cabe consignar que Eduardo, eximio golfista, tuvo esa mañana de sábado una decepcionante jornada en los links, quizás por el apuro de llegar a tiempo para prepara el asado ( y van…..) que resultó también de gran nivel. Hemos tenido mucho gusto en compartir un rato con toda la familia.
Por su lado, de manera individual, Betty desarrolló una nutrida agenda de encuentros sociales exclusivo para mujeres, de los que quedé despiadadamente excluído.
Un párrafo para nuestro agente de viajes Ezequiel Aragona, quien al organizar nuestro viaje a las Cataratas del Iguazu, donde confluyen las fronteras de tres países (Argentina, Brasil y Paraguay) nos hizo conocer también Perú…. por la ubicación de nuestro hotel; eso sí, de cuatro estrellas, por supuesto).
El resto del tiempo tuvimos que dedicarlo a tareas mundanas en los departamentos (pisos). Fueron trabajos ineludibles de los que no hace falta entrar en detalles.
Conclusión: el mes se nos hizo muy corto. Habrá que repetir.
GRACIAS A TODOS
*
Pretender que en apretados 30 días pudiéramos cumplir con los ítems de una apretada agenda elaborada a golpe de recuerdos y “obligaciones”, resultó –como lo demostraron los hechos- una quimera.
Al igual que en cualquier viaje que se planifique con anticipación, los hechos esperados e inesperados, fueron sumándose día a día, haciendo que las 24 horas de una jornada normal hayan sido muy escasas e imposibles de estirar; la tiranía del reloj y del calendario es implacable para todos. Hubo que emplear entonces la imaginación para ir modificando la agenda casi minuto a minuto a fin de que los “compromisos” pudieran concretarse en un intento de comprimir en 30 días una ausencia de cinco años.
A tres días de nuestra partida y aprovechando el resquicio de unos minutos de una mañana de domingo, se impone un balance en el que –como esperábamos que sucediera- deben prevalecer los agradecimientos ante las muestras de afecto recibidas, y un humilde pedido de disculpas por lo que no hemos podido hacer, a pesar de nuestra voluntad.
Comenzamos el rosario de agradecimientos con uno muy especial para Noemí y Rolo, que en los días que nos alojaron, entre idas y venidas hacia y desde Munro, nos hicieron sentir como en casa, con la ventaja de que no tuvimos que lavar los platos.
Nos colmaron de atenciones que van mucho más allá de las que podrían considerarse “formales”, incluyendo la cesión de un automóvil a tiempo completo, imprescindible para traslados de bolsos y de nosotros mismos a diferentes destinos, que de otro modo hubieran sido más dificultosos. Compartimos con ellos paseos y visitas para lo cual sacrificaron días de trabajo. Quedamos abrumados por tantas atenciones. No podemos excluir la mención de los tradicionales asados de los sábados y de uno especial, hoy en el Día de la Madre. Ellos saben que les estamos muy agradecidos, no hace falta agregar más.
LOS PRIMOS, esa institución creada hace algunos años que comenzó con el agrupamiento de los primos y cónyuges de Betty, y que con el tiempo se amplió a otros miembros de la familia que siguen cumpliendo con el rito de una reunión mensual en la que se comparten vivencias y emociones, nos brindaron (LOS PRIMOS) una excepcional calidez en dos reuniones, de bienvenida y despedida.
En la primera nos distinguieron con el emblemático HUEVO DE ORO, un acto que para nosotros resultó muy emotivo y que no olvidaremos.
Como expresión de deseo, quisiera que nuestros hijos y nietos, independientemente del lugar en que les toque vivir, crezcan en un ambiente lo más parecido posible al que se vive en esas reuniones periódicas.
Gracias a Susana y Roberto (para nosotros, los Morillo), que nos invitaron a su casa y nos agasajaron con un exquisito asado (y van…), además de ponernos al día con chimentos y cotilleos de personajes conocidos por nosotros.
Quedó una promesa: la invitación a pasar unos días en un recóndito lugar de Córdoba, al que se llega por medio de una “chata” (no pude precisar que es exactamente, será una 4x4)?. Está el compromiso de hacerlo en un próximo viaje.
Hemos conocido también a la caótica familia Castro en pleno. Una reunión muy agradable organizada por el contador Guillermo y el escribano Eduardo, que además de parientes, los sentimos como grandes amigos. Cabe consignar que Eduardo, eximio golfista, tuvo esa mañana de sábado una decepcionante jornada en los links, quizás por el apuro de llegar a tiempo para prepara el asado ( y van…..) que resultó también de gran nivel. Hemos tenido mucho gusto en compartir un rato con toda la familia.
Por su lado, de manera individual, Betty desarrolló una nutrida agenda de encuentros sociales exclusivo para mujeres, de los que quedé despiadadamente excluído.
Un párrafo para nuestro agente de viajes Ezequiel Aragona, quien al organizar nuestro viaje a las Cataratas del Iguazu, donde confluyen las fronteras de tres países (Argentina, Brasil y Paraguay) nos hizo conocer también Perú…. por la ubicación de nuestro hotel; eso sí, de cuatro estrellas, por supuesto).
El resto del tiempo tuvimos que dedicarlo a tareas mundanas en los departamentos (pisos). Fueron trabajos ineludibles de los que no hace falta entrar en detalles.
Conclusión: el mes se nos hizo muy corto. Habrá que repetir.
GRACIAS A TODOS
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3 comentarios:
Se ve que el balance es positivo, y el mes, bien aprovechado! Gracias también de mi parte a todos los que hicieron sentir tan bien a mis papás!
Pá-má nos vemos a la vuelta! Y feliz día de la madre a todas, y a la mía en especial.
Hasta prontito!
Gracias chicos por compartir estos encuentros "primescos" y todas sus alegrías!
Hasta muy prontito y un cariño grande de
martagbp
Ha sido un real placer verlos en Argentina nuevamente. Estamos unidos a través del afecto, inmune a idas y venidas. ¡Gracias por estar!
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