29 de enero de 2010

¡Exactamente!



Gracias al escritor Juan José Millás por poner en palabras tan bien enlazadas lo que uno piensa exactamente.

La siguiente es una transcripción de la columna que publica hoy en el diario EL PAIS.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Verdad/palmaria/elpepuult/20100129elpepiult_1/Tes


Juan José Millás


VERDAD PALMARIA

Los toros, pueden gustar o no gustar, claro, cada uno es cada uno. Pero sería estimulante que los aficionados a esa expresión cultural hicieran una crítica del gusto. En otros ámbitos admitimos sin problemas que disfrutamos con pasatiempos detestables y nos aburrimos con distracciones admirables. ¿Qué hay de malo en aceptar los aspectos oscuros o mal considerados de nuestras inclinaciones? El maltrato a los animales está mal visto (ya era hora), incluso hay leyes que lo persiguen, aunque estableciendo salvedades. Nada que objetar a las salvedades, la vida es así, no lo he inventado yo, etcétera. También la tortura está prohibida, a menos que la ejerzas en Guantánamo, con gente cuya piel es más oscura que la tuya. Y el terrorismo se persigue de manera implacable, excepto cuando se trata de bombardear Irak. Anomalías culturales, qué le vamos a hacer, lo que no quita para darse cuenta de que el terrorismo es terrorismo incluso si lo practico yo.


Parece evidente que al toro de lidia se le maltrata. ¿Que a usted le gusta? Nos parece muy bien, no lo vamos a censurar. Pero hombre, hombre, reconozca que las banderillas, las puyas, el estoque y demás instrumentos quirúrgicos hacen daño (además de humillar). En el acto de arrojar una cabra viva desde un campanario hay belleza, no vamos a negarlo. A mí al menos me sobrecoge esa lucha titánica entre el cuerpo del animal y la fuerza de la gravedad (de la que siempre sale vencedora, por cierto, la última), por no mencionar la precisión matemática del movimiento uniformemente acelerado, que se cumple con todas y cada una de las cabras, no importa su condición. Todo eso está muy bien y si a uno le gusta le gusta. Pero hay tortura, hay maltrato, hay vilipendio. ¿Por qué a los taurinos, muchos de ellos intelectuales de pro, les cuesta tanto admitir esta verdad palmaria?















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4 comentarios:

flaco dijo...

A Josè: No conozco la ceremonia o el acto de la cabra arrojada del campanario(a menos que sea una metàfora del escritor) pero comulgo totalmente con sus apreciaciones y ángulos de vista respecto a la tortura, maltrato y vilipendio. Creo que se que`´o corto con los ejemplos y que actualmente aparte de Irak hay muchos más que son tan o más crueles. Amèn

Anónimo dijo...

Lamentablemente, no es una metáfora del escritor. Sds.

José T. dijo...

El"anónimo" soy yo. slds.

martagbp dijo...

Es cierto!! Lo encontramos en Google y corresponde a prçacticas "populares". Besos.