14 de febrero de 2010

A propósito de la encuesta y los milagros


Mañana de domingo, quietud y silencio. Para quien le gusta despertar con el canto de un gallo imaginario, puede ser la mejor hora para sentarse frente a la pantalla y pergeñar un par de párrafos que den continuidad a este gratificante medio de comunicación llamado blog.

Esta rutina se altera sólo cuando surgen obligaciones más imperiosas, y como el blog tampoco exige cuotas de producción, quién llena estos espacios lo hace con total libertad y cuando su tiempo se lo permite (Al releer estás últimas líneas me parecen una perogrullada, pero ya están escritas y ahí quedan).

Un día antes de la fecha anunciada, se da por finalizada la encuesta “Las cosas de difícil explicación, ocurren por milagro o causa y efecto?”.

El tema de la encuesta surgió de improviso, sin tiempo para reflexionar mucho sobre lo que se proponía y allí quedó la pregunta para que el visitante regular u ocasional la respondiera con un simple click, sin dar explicaciones.

El 93% respondió “Causas y efecto”, mientras que el 7% se inclinó por la tercera opción, que era “Ambas”.

¿El origen de la encuesta? Es que viendo televisión, escuchando radio o leyendo los periódicos, llegó un momento en que me harté de escuchar la palabra “milagro” como la explicación más fácil para referirse a un suceso. Es la banalización del vocablo “milagro” , que ya se emplea coloquialmente para sintetizar algo que ha ocurrido.

¿Qué es milagro según la Real Academia Española?: Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino.

Es verdad que la persona afectada por algún hecho que pudo haber sido trágico o fatal emplea la palabra “milagro” como expresión de alivio y de agradecimiento por alguna intervención sobrenatural de origen divino –citando la definición del párrafo anterior- en la que probablemente cree y no hay nada de objetable en ello.

Ejemplos: Intensas lluvias provocan un alud de lodo que arrasa todo a su paso y llega a escasos metros de una vivienda. “No nos tapó de milagro”, dicen los afectados. Sería lógico pensar que el alud llegó hasta el límite de las fuerzas que lo impelían, atendiendo a una ley física.

Un pasajero llega tarde y no puede subir al avión que se estrellaría a poco de despegar. “Me salvé de milagro”, dice emocionado. Llegó tarde porque algún hecho perfectamente demostrable se lo impidió. En este caso el “milagro” no existió para los que murieron en el avión.

Es perfectamente entendible que quienes aun pueden contarlo crean que un milagro les salvó la vida, pero los periodistas de la televisión y los escribas de los periódicos deberían ser más racionales y no recurrir tanto a esa palabra para explicar algún acontecimiento.

En mis tiempos de periodista en la agencia británica Reuter sólo podíamos emplear el término milagro poniéndola en boca de una tercera persona como cita textual. Lo que se puede explicar, debe explicarse.

Como bien lo apunta la definición de la Academia de la Lengua, los milagros solo ocurren por una intervención sobrenatural de origen divino como pueden ser las curaciones atribuidas a la Virgen de Lourdes, la licuación de la sangre de San Genaro, o las apariciones de la Virgen de Fátima. Aquí se trata de una cuestión de Fé, instalada en tantos millones de creyentes que encuentran en ella consuelo y esperanza.

¿Les parece bien que se utilice la palabra MILAGRO para justificar algún hecho terrenal?.

Una última digresión. Milagro podría ser que Racing vuelva a ser campeón de fútbol en Argentina. (Párrafo dedicado a un seguidor del blog).
*

4 comentarios:

flaco dijo...

A José:digresión.
Según la R.A.E.:
(Del lat. digressĭo, -ōnis).
1. f. Efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de que se está tratando
La forma meandrica y falaz de llegar a la infame conclusión del remate de una nota, siendo el copete de la misma de alto contenido intelectual, no corresponde a la cualidades del autor. Es lo mismo que yo me ponga la remera que venden en Argentina las cuales dicen sobre River "Yo lo vi ùltimo"..... La gloriosa Academia tiene su apodo por los tìtulos logrados, pero màs allà de eso por la exquisitez que tenía su juego, (nada es permanente). Sin embargo no usa el vil metal como ser el de "Millonarios" para enrostrar simplemente que el "oro" todo lo puede. Creo que fue un chascarrillo que no me causò hilaridad y que me hizo montar en una còlera pasajera, de mi querido primo por lo cual lo tomo como tal. Los racingistas seguimos a Almafuerte con "No te sientas vencido ni aùn vencido....."Un beso grande para todos los que están pasando frío allí, pero no en mi corazón.Amén

José T. dijo...

A Flaco: Sabía que iba a tocarte el lado idem (flaco). Me causó mucha gracia tu larga respuesta, sobretodo porque la esperaba. Te canto de memoria al Racing glorioso que pude ver: Domínguez, Dellhacha y García Pérez; Gimenez, Balay y Gutierrez; Boyé, Méndez, Bravo, Simes y Sued. Qué tal?

flaco dijo...

A Josè: sos veterano eh???Amèn

José T. dijo...

Somos...!