Género: Novela
Año: 2009
Páginas: 464
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Pero… si ha tenido la suerte de leer de manera cronológica la docena de libros en los que Mankell da vida a su ahora famoso inspector Wallander, sin duda alguna hallará en El hombre inquieto la culminación casi perfecta de una saga que según todo parece indicar ha llegado a su fin.
El escritor sueco narra de manera admirable el último caso de Wallander, a quien presenta ya “viejo” y casi retirado de su profesión de policía. Por la mente de Wallander, ahora con 60 años a cuestas, desfilan los momentos trascendentales de su vida profesional y personal.
Esos pantallazos de la memoria están muy bien dosificados por Henning Mankell, que, sin apartarse del desarrollo de este caso policíaco, nos recuerda a sus lectores gran parte de la trayectoria de su personaje, que no tiene nada de héroe sino que es un hombre común y corriente, con sus alegrías y miserias cotidianas.
A lo largo de sus novelas anteriores hemos conocido a un Wallander relativamente satisfecho con su profesión de inspector de policía, aquejado de sobrepeso, que vive solo y come mal, refugiado en su amor a la ópera italiana mientras su mente divaga constantemente entre su desgraciada vida sentimental y la soledad que se le echa encima.
Precisamente, en El hombre inquieto es donde Mankell se explaya admirablemente sobre el deterioro que traen aparejados los años en su avance hacia el inexorable fin. Es difícil no identificarse con Wallander para quienes lo acompañamos en esa edad, prácticamente la misma que el escritor, en la que se comienza a vivir de recuerdos. Para acentuar ese cuadro, Mankell ha hecho que su inspector se mude a una apartada casa de campo con su perro Jussid como única compañía, y las visitas ocasionales de su hija Linda, también policía como su padre.
El hombre inquieto me pareció un muy buen libro.
JT
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Reseña
Cuando todo parecía tranquilo, un tropel de acontecimientos altera la vida de uno de los detectives más famosos de la literatura contemporánea: Kurt Wallander. En este esperado regreso, el inspector sueco se convierte en abuelo, secuestran al suegro de su hija Linda, que ya trabaja como policía en Ystad, da con unas pistas que lo conducen a la historia secreta de Suecia tras la Segunda Guerra Mundial y, a partir de ahí, todo se complica en una espiral de sucesos y hallazgos que trastocan el pasado y cualquier atisbo de buen futuro...
(Fragmento de una reseña de EL PAIS).
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A lo largo de sus novelas anteriores hemos conocido a un Wallander relativamente satisfecho con su profesión de inspector de policía, aquejado de sobrepeso, que vive solo y come mal, refugiado en su amor a la ópera italiana mientras su mente divaga constantemente entre su desgraciada vida sentimental y la soledad que se le echa encima.
Precisamente, en El hombre inquieto es donde Mankell se explaya admirablemente sobre el deterioro que traen aparejados los años en su avance hacia el inexorable fin. Es difícil no identificarse con Wallander para quienes lo acompañamos en esa edad, prácticamente la misma que el escritor, en la que se comienza a vivir de recuerdos. Para acentuar ese cuadro, Mankell ha hecho que su inspector se mude a una apartada casa de campo con su perro Jussid como única compañía, y las visitas ocasionales de su hija Linda, también policía como su padre.
El hombre inquieto me pareció un muy buen libro.
JT
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Reseña
Cuando todo parecía tranquilo, un tropel de acontecimientos altera la vida de uno de los detectives más famosos de la literatura contemporánea: Kurt Wallander. En este esperado regreso, el inspector sueco se convierte en abuelo, secuestran al suegro de su hija Linda, que ya trabaja como policía en Ystad, da con unas pistas que lo conducen a la historia secreta de Suecia tras la Segunda Guerra Mundial y, a partir de ahí, todo se complica en una espiral de sucesos y hallazgos que trastocan el pasado y cualquier atisbo de buen futuro...
(Fragmento de una reseña de EL PAIS).
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