24 de junio de 2013

Después de medio siglo...

...o más, llegó el momento del reencuentro con estos cinco clásicos que, juntamente con muchos otros, me marcaron en plena adolescencia el camino a uno de los grandes placeres de que puede disfrutar el ser humano en libertad y sin condicionamientos; un camino que nunca he dejado de transitar y que muchos todavía no han hollado o lo han hecho de manera muy esporádica.

Mucho se ha escrito y publicado desde la aparición de estos libros, cuya RE-lectura me apresto a iniciar desde la perspectiva de la adultez, pero convencido de que la satisfacción será aún mayor que la experimentada hace 50/60 años, cuando personas de más edad me los recomendaron. Si supiera cómo, me gustaría transmitir esas recomendaciones a las nuevas generaciones. Diría tan sólo que a pesar de los avances tecnológicos y las nuevas formas de entretenimiento, siempre se puede encontrar algún resquicio para abrir un libro y dejar que la imaginación se desarrolle libremente.

Estos cinco títulos fueron leídos de cabo a rabo con excepción del Quijote, que nunca terminé, una deuda que espero poder pagar ahora, después de tantos años.


En todas las épocas hubo, y hay, literatura de calidad, de entretenimiento, de tono pasatista y también por supuesto, basura que no aporta nada. No quisiera señalar en este último grupo, el de basura, ningún título en especial porque también entiendo que no todos podemos tener los mismos gustos literarios, y que a veces el tipo de lectura se elige en función del estado de ánimo. En esencia, lo importante es leer, para después poder decir con conocimiento de causa: "esto no vale nada". También se podrá decir: "qué buen libro, me gustó"; se tomará nota del autor y se buscará otro de su producción. Así podría comenzar un largo camino.
La recomendación final es que lo intenten, que den el primer paso.
*


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente libro Los Miserables, que al igual que todos los clásicos guardan ese encanto que no tiene tiempo, ni espacio para saciar el alma de belleza. Marta Cristina

jose trepat dijo...

Exactamente Marta Cristina. Se merece una segunda lectura y a ello vamos...Slds.