18 de abril de 2014

Messi



J.T.

Si ocurre lo que temo, lo vamos a extrañar.

El fútbol nunca me condicionó la vida, por suerte. Hubo épocas, sí, en las que uno vive con mayor pasión los vaivenes del equipo de su preferencia, pero siempre desde el raciocinio, nunca desde el fanatismo, porque en la vida hay cosas infinitamente más importantes que no vale la pena mencionar por demasiado obvias y no voy a subestimar la inteligencia de quien pueda leer esto; todo sabemos cuales son.

Hay mucha desmesura en torno a la figura de un jugador de fútbol. Sí, estamos hablando de Leo Messi. Días pasados, un reducido grupo de energúmenos increpó e insultó a los jugadores del Barcelona que perdieron la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid. Que nadie piense que esas pocas bestezuelas representan a una mayoría de simpatizantes catalanes; si fuera así sería muy preocupante. El blanco de esos cobardes ataques fueron el entrenador Tata Martino y, obviamente, Leo Messi. Según los periódicos, UNO les gritó "Vuelvan a Argentina!". No cuesta mucho imaginar de que materia estaría compuesto el cerebro de ese imbécil. Que argentinos y españoles vayan y vengan cuando quieran sin que nadie se lo ordene. Es indignante que se digan cosas así (como si Luis D'Elia expresara algo parecido y pensásemos que ese es el sentimiento generalizado).

La pasión anula la razón, y cuando se trata del fútbol ni hablemos; si hasta hubo una guerra entre dos países a causa de un partido de fútbol, dónde todo parece regirse por el resultado final. ¿Qué hubiese pasado si el remate de Neymar no hubiera rebotado en el poste? Y si el Barça en una jugada aislada como la gran cabalgada de Gareth Bale hubiese ganado el partido? Ahora todo serían elogios. Pero eso no ocurrió, el Barça perdió frente a un equipo superior que tenía un guión y lo cumplió: defensa infranqueable y contrapolpe fulminante (dos o tres pases y al arco).

El Barça jugó con un esquema perimido y archi conocido por los rivales. Además, Messi, como en los dos partidos anteriores entró poco en juego y no gravitó. Por eso la pregunta es ¿qué le pasa a Messi? Como es de carácter introvertido, sólo él lo sabe y aparentemente no le interesa compartirlo ni justificarse. Por eso a todo el mundo le gusta especular. Unos lo hacen con pasión desmesurada y otros desde el sentido común. Estos últimos (me incluyo) procuramos darle a esto la importancia que tiene.

Sólo como pasatiempo aventuro algunas hipótesis: a Messi obviamente no debe gustarle que otro jugador de la plantilla (Neymar) gane más que él; que su meneado contrato todavía no haya sido renovado. Está obsesionado por llegar al mundial de Brasil en óptimas condiciones por eso entra poco en juego y lejos del área por temor a una lesión. Le importa un comino lo que le diga Martino; él en el campo hace lo que quiere.
Eso lo sabía muy bién el inteligente Pep Guardiola cuando sostenía que Messi debe estar feliz y a gusto y, para masajearle un poco el ego, declaró a la prensa que el momento cumbre del Barça no había sido "la era de Guardiola" sino "la era de Messi"; parte de razón tenía, o mucha. Pero no hay duda de que fue él (Guardiola) quién le creó esas condiciones.

Lo que hizo Messi en el Barcelona no lo había logrado nadie antes, están los videos que lo confirman y es de hidalguía reconocerlo,  pero a veces la memoria de los fanáticos es frágil y se decantan en el insulto. ( No me olvido de que estos jugadores de élite ganan sueldos insultantes pero este es otro tema. Los clubes son empresas y si pagan tanto es que ingresan más).

El Tata Martino quiso "innovar" y en algún partido sustituyó a Messi. Con eso lo desanimó y le quitó protagonismo; el jugador necesitaba marcar goles para ser más, más, siempre más. A todos los factores mencionados en el párrafo anterior hay que agregar otro: el delirante intento soberanista de Catalunya. Su anterior presidente Sandro Rossell y varios jugadores están a favor de la independencia y a otros les da lo mismo. A los que no son catalanes, entre ellos Messi, este debate ni les va ni les viene. Aparentemente, no lo sé, habría intentos de involucrar al argentino en este tema que, comprensiblemente, le da igual. Pero algunas presiones debe sentir y eso ...¿le afecta en el juego?

¿Qué se le puede reprochar a Messi? Que si no se encuentra en estado anímico para jugar, que lo diga y pida "baja" médica. Ahora es tarde, el año está perdido pero por favor no dramaticemos, esto es sólo fútbol.

Algo gordo debe estar pasando con Messi. Probablemente sea transferido.

Lo vamos a extrañar.
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