3 de octubre de 2016

Teruel y Albarracín




6:40 de la mañana. A esta hora los colores casi no se perciben. Hora de ir al trabajo con paso firme, de recostarse contra la pared mientras llega el primer autobús del día, y también, ¿por qué no? hora de iniciar una excursión a algún lugar cercano y barato, ya que los otros (los distantes) requieren más tiempo y dinero.

Así que una vez más, a esperar el autocar que habría de llevarnos a uno de los lugares de la geografía española no hollados por nuestros cansados pies: en este caso, la pequeña ciudad de Teruel y la aún más pequeña y marcadamente medieval Albarracín


6:40 en punto subimos al confortable vehículo que compartiríamos con otros 49 viajeros, la guía Mireia y el conductor Ramón. Sólo tenían que recoger a otras 12 personas, y sin más interrupciones se inició la marcha de 500 kilómetros que se harían en siete horas, pues como es sabido, hay que hacer obligatoriamente paradas técnicas para el descanso del chofer y el alivio de los pasajeros. La primera detención fue en esta área de servicio de la autopista AP-7, a las 08:30. Desayuno (en estos Medas es bastante caro pero no hay otra opción.

Reanudamos la marcha a las nueve en punto y después de otra para "técnica" y vaciado de vejigas, pasado el mediodía llegamos a Teruel con un tiempo ideal: cielo azul con algunas nubes (para beneficio de las fotografías) y sin calor excesivo. El pronóstico meteorológico no incluía lluvia para los tres días siguientes y esta vez acertó.
Instalados en el hotel, que -todo hay que decirlo- no era el que nos habían prometido debido a un problema que tuvo la empresa, circunstancia por la que luego nos pidieron disculpas que fueron aceptadas, pasamos al salón comedor para iniciar inmediatamente después de un breve descanso, la visita oficial a la ciudad, con la compañía de una guía oficial muy bien preparada. 

El trabajo de las/los guías turísticos a veces es un tanto ingrato por el desinterés y también mala educación que exhiben algunos patanes (todo grupo siempre tiene alguno). Con Bea(triz) comentamos que ello se debe a que los diminutos cerebros de algunos completan rápidamente la capacidad de absorber cultura...

La foto de la cafetería fue tomada mientras nos dirigíamos al lugar de encuentro con la guía local. También la imagen que sigue; un momento de descanso de algunos colegas de viaje, algunos octogenarios, pero animosos a la hora de caminar. 



En ese punto donde se me puede ver fotografiando las torres, se ubicó la guía para darnos una síntesis de la historia de Teruel y hablarnos de la influencia de las tres religiones que influyeron en el desarrollo de esta ciudad levantada en las tierras áridas de Aragón que tiene actualmente unos 35.000 habitantes y cuyo casco histórico -o más precisamente sus torres y monumentos mudéjares- fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 1986. 


El casco histórico, de calles angostas y sinuosas, está asentado sobre un cerro que domina una gran hoya o depresión natural.Celtíberos, cartagineses, romanos, musulmanes, judíos y cristianos, todos dejaron su impronta en los orígenes de Teruel. Ya en la época medieval, las Cortes de Aragón le concedieron en el año 1347 el título de ciudad. 

El arte mudéjar, que destaca por su belleza visual, está presente en muchos sectores del casco histórico. Este peculiar estilo se observa exclusivamente en España y se debe a la conjunción de las corrientes artísticas cristinas y musulmanas de la época. El estilo, sin embargo, no es unitario sino que pose características peculiares de cada región (mudéjar toledano, andaluz, aragonés, etc.)

Para no saturar con información al grupo visitante, la joven guía puso fin a esta parte de su exposición señalando que el término mudéjar se aplica a los musulmanes que se quedaron en los territorios conquistados por los cristianos tras el avance de la reconquista cristiana hacia el sur durante la Edad Media. 

Hay que seguir caminando. Siguiente parada, la Plaza del Torrico.


En estas  poblaciones tan antiguas y con tanta historia, las distancias son muy cortas para beneficio de los visitantes que no están entrenados para correr maratones precisamente. Desde la parada anterior hasta la Plaza del Torico el trayecto fue de apenas 200 metros por calles estrechas y empinadas.

Edificio modernista restaurado 


La Plaza del Torico es el lugar emblemático para iniciar la visita al casco histórico propiamente dicho. La explanada, con profusión de pórticos, no es de grandes dimensiones pero está rodeada de comercios y especialmente bares y restaurantes muy concurridos a toda hora del día. Las mesas al aire libre invitan a sentarse y tomar algo, pero eso quedaría para el "tiempo libre" que tendríamos después de la visita oficial.



El lugar se identifica fácilmente por una columna blanca de piedra labrada rematada con un toro de pequeño tamaño y con cuatro cabezas de toro de bronce macizo que pesan 54 kilos cada una. De la boca salen chorros de agua potable que muchos aprovechan para saciar la sed o rellenar sus botellas de plástico.



El toro forma parte de la historia/leyenda o leyenda/historia sobre la fundación de Teruel, a tal punto que una cabeza del astado está en el escudo de la ciudad. Esta placa de hierro en la base de la columna adjudica la creación de la ciudad al rey Alfonso II, el casto, mientras que algunos historiadores dicen que los fenicios llegaron aquí en busca de buenas tierras para establecerse. En el lugar había abundancia de toros y de ahí el nombre de la población que fue cambiando a través de los siglos.




Edificios que rodean la Plaza del Torico


Seguimos tomando nota de las explicaciones, aunque después teníamos que refrescarlas consultando un libro que habíamos llevado. Esta es la Catedral de Santa María de Teruel, del siglo XIV, a la que se conoce también como "La Capilla Sixtina" del arte múdejar por su riqueza pictórica y arquitectónica. Lamentablemente no pudimos conocer su interior: el plan de viaje incluía varios puntos de interés en un tiempo determinado; es lo que tienen estas excursiones relámpago, casi a vuelo de pájaro. La torre, la techumbre y el cimborrio son parte del Patrimonio Mundial UNESCO.


Pórticos que recuerdan la época medieval y que afortunadamente se conservan como eslabón entre el pasado y nuestros días


Piedra, mucha piedra en casi todos los monumentos históricos.

LOS AMANTES DE TERUEL


La guinda del pastel fue obviamente la visita al mausoleo de Los Amantes de Teruel; iba a ser el Fin de Fiesta de una tarde interesante. Quién más quién menos, todos teníamos por lo menos una noción de lo ocurrido a esta pareja de (¿frustados?) amantes que "murieron de amor" según las más edulcoradas versiones. 

Durante el viaje en el autocar, la guía dijo que no podía hacerlo.... pero igual nos contó (leyó) la historia de Los amantes de Teruel. Después, la guía oficial, antes de entrar al mausoleo, nos pregunta capciosamente: ¿Todos conocen la historia de Los amantes de Teruel? Nadie se atrevió a confesar que dos horas antes alguien nos había puesto al tanto. Así que, con lujo de detalles, comenzó a recitar su versión, bien explicada por cierto. Ella hacía su trabajo y nosotros escuchábamos. Aunque no todos, porque algunos colegas de viaje ya se habían desperdigado, impermeables a cualquier información cultural que no estaba entre sus intereses prioritarios. Al finalizar el relato (que no expondré aquí) llegó el previsto "¿Vieron que también se puede morir de amor?"


Entramos, vimos objetos diversos expuestos en vitrinas y finalmente estábamos ante los dos cuerpos hechos de alabastro, una piedra blanca y traslúcida parecida al mármol que se trabaja fácilmente y se usa en escultura y decoración (¿se nota mucho que busqué ALABASTRO en Google?).

Junto a los cuerpos nos aguardaba una guía interna del lugar, quién......SIII! nos contó por tercera vez la historia/leyenda de Los amantes de Teruel. Era imposible que ninguno de nosotros saliese de allí sin enterarse del infortunio de estos dos jóvenes turelenses, Isabel de Segura y Diego de Marcilla. Nos pareció que faltaba algo.....pero NO, la explicación concluyó con "¿Vieron que también se puede morir de amor?".

Parece que es costumbre que las parejas visitantes se ubiquen junto a los rostros de Isabel y Diego para tomarse una foto dándose un beso, así que algunos se llevaron ese valioso recuerdo de su excursión a Teruel. 


Al ingresar al mausoleo, el visitante se topa con una pintura de una pareja. Al verla me vino a la memoria lo que había dicho la guía Mireia en el autocar: "....y así termina la historia de Los amantes de Teruel.....TONTA ELLA, TONTO ÉL".

Hay que puntualizar que la guía del mausoleo había explicado que debajo de los cuerpos de alabastro, en una cavidad estaban las supuestas cenizas de Isabel y Diego que podían observarse a través de orificios triangulares. Miré pero no pude ver nada, sólo oscuridad.

Lo de "supuestas" cenizas es porque aparentemente no hay una conclusión final sobre si hablamos de historia o leyenda. No tengo opinión al respecto. Recuerdo que Romeo y Julieta es una creación de Shakespeare a pesar del "balcón" en Verona que los turistas pueden fotografiar a placer. ¿Será éste un caso parecido....o todo lo contrario?

Al salir del mausoleo comenzó el tiempo libre hasta la hora de la cena. Una pausa en un bar de la Plaza del Torico y regreso a pie al hotel pasando por el viaducto. Llegamos en plena noche a punto para la cena. Después a dormir que a la mañana siguiente visitaríamos Albarracín, otro Patrimonio de la Humanidad.


(Continuará)
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