Por respeto a lo que entendemos como periodismo, matizemos brevemente lo que separa un artículo de una nota light o liviana, que es el denominador común de las que se han leído aquí, escritas por alguien que se dedicó durante varias décadas a la que considera la profesión más fascinante del mundo.
Un artículo periodístico debe ser riguroso, exacto, preciso, con especial cuidado en que los datos sean cotejados debidamente, tanto en lo que hace a fechas como nombres, y todos los elementos que relatan un hecho determinado. Así lo hemos aprendido en la escuela de periodismo que es la agencia Reuter.
Quién lo escribe no debe exponer su punto de vista sino reflejar con citas textuales las opiniones de otros. También existen las notas de opinión en las que sí, el articulista firmante puede expresar lo que opina sobre una situación determinada.
El contenido de este blog se acerca más a lo segundo, y las notas son apenas un divertimento con libertad total para decir lo que se le antoje, pues para esto existen los blogs, esta novedosa via de comunicación que nos permite acercarnos a otras personas y generar en ellas opiniones, ya sean críticas o elogiosas.
Los temas aparecen en cualquier momento y cuando ello ocurre, el blog aprovecha la primera oportunidad que se le presenta para sentarse frente a la PC y dejar constancia de ello, aunque sea sin otro objetivo que la satisfacción personal de revivir así, sin pretensiones, una época vivida y difícil de olvidar.
Las notas que se publican aquí no son elaboradas ni se escribe un borrador previo. Tampoco se consultan archivos, sino que los párrafos surgen espontáneamente. El resultado puede ser bueno, regular o malo, pero como no hay que rendir cuentas a nadie, lo hecho, hecho está.
Las notas pueden dar lugar a comentarios, opiniones o críticas, pero eso sólo se sabrá cuando se ponga el punto final. En el transcurso de su elaboración no se piensa que lo escrito vaya a ser tan importante como para abrir un debate. Son recuerdos, vivencias que acuden a la mente, y tal vez responden también a la necesidad de dejar un agradecimiento a personas o acontecimientos que han sido importantes en la vida del autor.
Pasamos por este mundo de una manera fugaz, a veces sin tiempo para pagar algunas deudas.
Pero como decíamos al principio y como homenaje a la profesión, digamos que un artículo periodístico bien escrito debe ser creible y creído.
Estas notas también lo merecen pero están en un peldaño inferior. Cuestión de poner las cosas en su lugar, como quien dice.
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