28 de diciembre de 2010

Sensaciones

A todos nos gustan los regalos navideños. Agradecemos por igual los modestos, valorando la intención, y los llamados "caros", valorando el esfuerzo además de la intención.



Lo que corresponde es agradecerlos, de la manera que uno sabe y puede. Aunque hay veces en que no se encuentra la actitud más adecuada.

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Un sobre debajo del plato navideño, una tarjeta y unas palabras manuscritas, pueden convertirse en un precioso regalo. El agradecimiento puede ser apenas un cruce de miradas. A veces no hacen falta las palabras; una bonita excusa para quien en ese momento no las encuentra.

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3 comentarios:

Ana dijo...

Gracias a mamá por el esfuerzo, la dedicación y el cariño que pone siempre en los preparativos navideños... Grande, má!!

flaco dijo...

A josé: soy un fanático de las sensaciones que hacés referencia.
Nada reemplaza una mirada, un beso, una lágrima, una sonrisa o un "te quiero". Como decían los antiguos actores antes de un estreno de una obra "MUCHA MERDE" para todos nuestros afectos en el 2011.Los quiero mucho.Amén

José T. dijo...

Gracias Ana y flaco por exhibir, una vez más, vuestra reconocida sensibilidad.