Se llamaba Britney
Era una perra sin raza definida, recogida de una zanja en la que había sido abandonada a pocos días de nacer
Fue recogida y adoptada por una familia que incluso le compró un pasaje de avión al trasladarse a España
Ella, como todos los perros, fue cariñosa, juguetona, leal y fiel a sus amos
Simpatizaba con cualquier persona que llegaba de visita, sin preguntar quien era y con qué intenciones venía
A los 12/13 años de vida se puso enferma
Sus dueños le brindaron toda la atención médica (análisis, radiografías y medicamentos) como a un miembro más de la familia
Nunca le faltó nada. Nació huérfana de amor y murió rodeada de cariño.
Tuvo una vida feliz
*
1 comentario:
Te vamos a extrañar Britney..perra buenaza y simpática...Será raro no verte pero estoy segura que siempre velarás por tus dueños...Nos diste hermosos momentos y siempre estarás en nuestros más lindos recuerdos....
Publicar un comentario