- José Trepat
Cuando pensamos en algún episodio de la Segunda Guerra Mundial, escenario Europa, ¿cual es la imagen que con más frecuencia nos viene a la mente? ¿Son los tanques Panzer o Sherman? Puede ser, pero me atrevo a afirmar que por delante de esas bestias blindadas, aparece el pequeño, versátil e inconfundible Jeep Willys, o simplemente "yip".
El robusto vehículo de capot plano, sin puertas y sin techo o capota, es tal vez el símbolo más representativo de ese período tan aciago y apasionante de la historia moderna. No cabe duda de que está en el podio de los VEHICULOS CON HISTORIA, porque tuvo activa participación en ella.
El precursor de los todoterreno ha llenado nuestras retinas gracias obviamente a las películas y documentos gráficos (periódicos y libros) que lo erigieron como símbolo de la presencia norteamericana en la Europa bajo la bota de los nazis. El cine mucho ayudó a esa difusión; es difícil hallar una película de tema bélico que no lo incluya. Recordamos a Robert Mitchum, Lee Marvin, George Scott (en el rol del general George Patton) y tantos otros, desplazándose en el resistente Jeep de color verde oliva en terrenos pantanosos, cuestas empinadas, o sorteando obstáculos con su suspensión sólo simbólica, porque hay que ver como saltaban los ocupantes en sus asientos apenas acolchados.
¿Y de dónde proviene su nombre? La versión más aceptada dice que de las iniciales de las dos palabras en inglés que marcaban las características exigidas por el ejército estadounidense: General Purpose (Uso general). GP se pronuncia YI Pi, y de ahí derivamos a Jeep.
Los norteamericanos son prácticos. Con antelación a que Estados Unidos se implicara en la contienda tras el ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941, seis meses antes, el 23 de julio, el Ejército, tal vez anticipándose a los acontecimientos, ordenó la fabricación de un vehículo que sirviera para "todo": transporte, carga, tareas de reconocimiento, y ¿por qué no? también como ambulancia improvisada en casos de emergencia.
Sobre la arena y con cadenas en las playas de Iwo Jima |
El concurso fue ganado por la Bantam, pero por ser una compañía pequeña con escasa capacidad, la fabricación en serie recayó finalmente en la de Willys tras una última selección entre ésta y Ford Motor Company.
Ya poseedora del contrato, la Willys Overland-Motors Inc. se lanzó a producir 330.000 unidades desde 1941 hasta 1945. Ford Motor Company, bajo licencia, aportó también una cantidad similar (estas cifras difieren según la fuente que se consulte). Una vez terminada la guerra Willys patentó comercialmente el nombre Jeep y así es como lo conocemos. Tuvo y tiene muchos usos prácticos desde hace décadas, pero aquí nos limitamos a su presencia en tiempos de guerra, no solo en Europa; también estuvo en la guerra que los norteamericanos libraron en Asia contra los japoneses.
Traslado de heridos |
El conductor se aferraba fuertemente con las dos manos al volante, un simple aro de hierro al extremo de una larga barra de dirección, para que sus ruedas delanteras no se apartaran del camino a veces inexistente. Las correcciones que debían hacer eran constantes, aún en línea recta.
Vemos al Jeep remolcando piezas de artillería, tendiendo cables telefónicos, y también como plataforma de morteros, lanzacohetes y ametralladoras. Pero no solo en tierra era utilizado; en los portaaviones era un improvisado transporte de bomberos con el equipo correspondiente.
Ya al margen de las batallas, generales, primeros ministros y presidentes, subían orondos al rudimentario y confiable todoterreno para pasar revista a las tropas, en desfiles de la victoria o como medio de transporte ágil y eficiente.
Sentado a la derecha, el general británico George Montgomery |
El presidente Franklin Delano Roosevet |
El canciller ruso Viacheslav Molotov, el primer ministro británico Winston Churchill y el presidenete estadounidese Franklin Delano Roosevet en la conferencia de Yalta |
Y en el cine
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