28 de agosto de 2008

Personajes -- JOAN MANUEL SERRAT




José Trepat


Una tarde de sábado del año 1969 en Buenos Aires marcó el comienzo de una de esas relaciones en las que un artista proyecta su entonces incipiente magnetismo hacia el alma y los sentimientos de quienes sin saberlo íbamos a convertirnos a partir de ese momento en seguidores fieles de una trayectoria que a lo largo de más de 40 años mantuvo una coherencia ejemplar como suerte de Marca Registrada única e irrepetible.

Mi esposa y yo estábamos vistiéndonos para ir a algún evento social, mientras como fondo, la televisión emitía el largo programa “Sábados Circulares” conducido por el periodista Nicolás “Pipo” Mancera.

En un momento dado, el presentador anunció a un joven cantautor español –catalán más precisamente- cuyo nombre nos decía muy poco: Joan Manuel Serrat.



Con su pelo largo, rostro algo enjuto y pantalones ajustados, el artista (posiblemente acompañado de su guitarra, no lo recuerdo), comenzó a desgranar sus temas, de los cuales dos me han quedado grabados nítidamente en la memoria: “Tu nombre me sabe a hierba” y “Fiesta” .

La música pegadiza de ambas canciones prendió rapidamente en el público. Me llamó la atención lo enfervorizadas que se habían puesto algunas muchachas, que llegaron hasta el escenario y estiraban sus brazos queriendo tocar al cantante. Algo especial debía tener ese joven.

Rememorando esos momentos llego a la conclusión –personal y subjetiva- de que se había producido un giro en cuanto a lo que se consideraba “música española” en Argentina. Hasta entonces se identificaba a España con pasodobles, jotas, flamenco y otros estilos tradicionales.

Las canciones de Joan Manuel Serrat rompieron el esquema y a partir de ese momento se abrió un espectro de nuevos vientos procedentes de la vieja España, pues a él siguieron otros cantantes con esa misma línea renovadora. Muchos incursionaron sólo en el campo musical y el éxito les acompañó, pero Serrat fue más allá: iba a convertirse en el icono de los artistas comprometidos social y políticamente con su época.





Epoca de convulsión



El joven cantautor nacido en un barrio barcelonés de clase media, de padre catalán y madre aragonesa, llegó a Buenos Aires en momentos de convulsión política en América latina. Argentina estaba bajo el régimen militar del dictador Juan Carlos Onganía, que pretendía quedarse 20 años en el poder en un intento de imitación del Caudillo de España por la gracia de Dios, Francisco Franco.

Brasil y Perú soportaban también gobiernos militares. El general boliviano René Barrientos murió en un extraño accidente de helicóptero en abril de 1969, y Uruguay padecía un continuo proceso de deterioro social y económicos con agitación de sectores gremiales de izquierda y la aparición de una de las organizaciones guerrilleras más importantes de la región, los Tupamaros.

En Chile iban a producirse al año siguiente las elecciones que llevarían al poder al presidente socialista Salvador Allende, derrocado y asesinado en 1973 en el golpe encabezado por el Augusto Pinochet, uno de los más sanguinarios dictadores latinoamericanos.




Contra todos ellos luchó Serrat a través de sus canciones y su presencia en países dónde oficialmente no era bienvenido; todo un ejemplo de coherencia en la defensa de sus ideales. Un año antes, en 1968, la capital de México había sido escenario de la matanza de Tlatelolco.

Ese compromiso contra el autoritarismo del poder fue calando muy hondo entre los jóvenes –y no tan jóvenes- latinoamericanos que lo veían como la voz de lo que muchos no podían expresar.

Serrat supo manejar con notable maestría las dos vertientes que le han granjeado la admiración a lo largo de tantos años y que aún perdura: su resistencia al poder ejercido por medios ilegítimos y su vena de poeta y músico. En sus más de 400 composiciones ha plasmado todas las facetas de la condición humana.





Antonio Machado y Miguel Hernández



Además de sus propios temas –algunos antológicos- musicalizó e hizo cobrar nueva dimensión a poetas monumentales como Antonio Machado y Miguel Hernández, que a través de su voz y su música llegaron y se instalaron para siempre en el gran público. Es que al “leer” a Machado y Hernández en los discos de Serrat, es imposible sustraerse a la belleza de esos textos, algunos costumbristas, otros desgarradores. También puso música y voz a poemas de Federico García Lorca, Rafael Alberti y Mario Benedetti, entre otros.

En esa su primera visita a América latina, Serrat se quedó seis meses en la región, tiempo en el que germinó una semilla que iba siendo regada año tras año por la adhesión incondicional de una generación de jóvenes que fueron creciendo junto a él cautivados por el mensaje de sus canciones.

La alquimia fue que el Nano veía la vida de la misma manera en que lo hacían miles de personas no sólo en América latina sino también en la España de la larga y oscura era franquista. Eso lo convirtió en una especie de voz que expresaba lo que muchos no podían, cualquiera fuese el motivo. Pintó, como pocos, escenas y momentos de la vida cotidiana. Sus descripciones en “Fiesta” y “Pueblo blanco”, por mencionar sólo dos, son harto elocuentes.

El impacto que provocó la presentación de su “long play” dedicado a Antonio Machado no tiene parangón en los anales de la música popular en castellano y uno de sus temas, “Cantares” debe utilizarlo por fuerza como comienzo y final de la mayoría de sus conciertos, siempre masivos.

El disco que dedicó a Miguel Hernández reveló al gran público la existencia de un poeta que murió muy joven, de tuberculosis, en una prisión franquista. Fue otro gran mérito de Serrat: dar a conocer y difundir la obra de alguien que entregó su vida, o le fue arrebatada, sólo por expresar lo que sentía.




Su versión de “Nanas de la cebolla”, musicalizada, creo, por el cantautor argentino Alberto Córtez, refleja de manera conmovedora el sufrimiento del poeta, consciente de que nunca más podría volver a ver a su pequeña hija.

Otro de los versos de Miguel Hernández, “Para la libertad” se transformó en la voz de Serrat en una especie de himno de libertad coreado por la multitud cada vez que el Nano lo incluye en su repertorio.

Los comentarios y definiciones de Serrat sobre temas de la vida misma es otro de los imanes le ha granjeado al cantante catalán tamaña adhesión popular.








A poco de cumplir los 60 años hizo un breve balance de su vida. “El camino me ha servido para aprender cosas, faltaría más; hubiera sido una tragedia que no hubiera aprendido. El discurrir del tiempo te deteriora, pero es un deterioro del que vas sacando un aprendizaje. Tampoco sé si este aprendizaje es muy útil, porque siempre te llega un poco más tarde de cuando te hubiera hecho falta. Uno aprende a ser padre cuando ya es abuelo... La experiencia es un peine que te dan cuando ya no tienes pelo”, dijo en una entrevista con el periodista Juan Cruz.

Serrat se niega a que se lo considere una referencia ni ha tenido nunca la pretensión de serlo. “No explico otra cosa que mi punto de vista y aspiro a que ese punto de vista sea respetado. Pero a veces ocurre que las cosas por las que me muevo coinciden con las cosas que conmueven, empujan y hacen que funcione mucha gente”.

La coherencia de pensamiento que ha mantenido durante tantos años le ha llevado a manifestar que tiempos pasados que ya se creían superados vuelven a presentarse y se manifiestan vestidos con otros hábitos. “Han cambiado los uniformes por el traje y la corbata, pero están ahí constantemente”.

De los reportajes, otro de sus puntos fuertes, por la claridad de conceptos, dice que se los toma muy seriamente. "Es una forma de comunicación, la que yo tengo para llegar de otro modo a la gente”.





Mediterráneo






Haciendo un recorrido personal por la vasta obra de Serrat se me hace difícil seleccionar unos pocos para una eventual lista de preferidos, pero en el vértice de la pirámide están sin duda sus trabajos sobre Antonio Machado y Miguel Hernández, y entre sus temas propios, el consagrado “Mediterráneo”, triunfante en una reciente encuesta sobre el mejor tema de la canción popular española.

Con el respaldo de su pegadiza banda sonora, la letra de Serrat es todo un prodigio de poesía descriptiva; recordemos sólo un par de párrafos:




…A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...



o …



si un día para mi mal
viene a buscarme la parca
, empujad al mar mi barca con un levante otoñal
y dejad que el temporal desguace sus alas blancas.
Son solo dos ejemplos, todos los versos parecen insuperables. ¿De dónde sale tanto talento?

Confieso, mi admirado Joan Manuel, que me emociono cada vez que sigo estos versos al compás de la música.

Serrat confiesa que no sabe de donde la viene la música. En su juventud se recibió de ingeniero agrónomo, tal vez para dar una satisfacción a unos padres que pasaron penurias como tantos otros para criar una familia de tres hijos en una época difícil.

Una de sus mayores satisfacciones al ingresar al mundo de la canción fue, según sus propias palabras, poder comprarles un piso y jubilarlos. Pero además de poder contribuir a la economía familiar su éxito inmediato le permitió acercarse a las muchachas.

El éxito me dio una facilidad para poder desarrollar lo que hasta entonces quedaba limitado al mundo de mi instinto. Y esto es algo muy serio, el que lo tome a broma se está equivocando: es algo muy importante, basta con que quien lo dude se mire al espejo”, dijo en la entrevista, de la que hemos usurpado un par de párrafos para esta nota.

En Argentina, con cuyo público llegó a establecer un romance que ya es imperecedero, tuvo acceso al escenario del Teatro Colón, uno de los más importantes del mundo dedicado a la ópera y la música clásica.

Pero Serrat tiene una mejor relación con su público en los conciertos populares, donde la música y la poesía se mezcla con la política y las injusticias sociales.

No hace mucho actuó en España y Latinoamérica con el marco de una orquesta sinfónica como nueva experiencia artística. Pero muchos preferimos al Serrat más intimista, acompañado sólo por su guitarra o el piano de su magnífico arreglador y amigo Ricardo Miralles. Allí es dónde cobran verdadera dimensión los versos articulados por una voz tan personal.

Serrat ha sabido rodearse de amigos que sintonizan su misma onda y visión del mundo. Por ser quienes más conozco, rescato a los que conoció en Argentina, y por momentos he fantaseado con una mesa de café con Roberto Fontanarrosa (lástima grande que se fue), Alejandro Dolina, Joaquín Sabina y el propio Serrat.




Que hablen de cualquier cosa.




Que bueno sería escucharlos!


*

9 comentarios:

Ana dijo...

Qué grande Serrat! Algo muy especial debe tener, q desde chiquita, a pesar de q no era musica q iba con mi edad, me encantaba.
Y a medida q pasan y pasan los años, podés seguir escuchándolo sin cansarte.
Su voz es única y se la podría reconocer aunque no esté cantando una canción de su repertorio.

martagbp dijo...

Arriba José, arriba José, grande!!!!!!!!!!!!!
Martagbp

flaco dijo...

Mi querido José: me voy a tomar un tiempo para expresarte mis sentimientos de la magnífica nota sobre el Nano
Con afecto Roberto

Marta Cristina dijo...

¡Felicitaciones José por esta iniciativa de blog! Por otra parte me encantó tu nota sobre Serrat a quien sabés amo desde que entró en mi vida, (también allá por 1969)como poeta por sobre todas las cosas, aunque indudablemente me fascina como cantante y difusor de poemas de Hernández, Machado, etc. Gracias por todo

Anónimo dijo...

Gracias por los comentarios. Este tipo de iniciativas se justifica sólo si tienen algún eco, ya sea favorable o no tanto. El blogger los valora a todos.

flaco dijo...

Me tomé un tiempo por dos motivos:l°)la nota me sobrepasó y 2°)quería compartir momentos y estudiar un poco a los dos grandes poetas.
Te cuento que con Marta nos casamos el 8 de julio de 1972 a la mañana y la reunión se realizó al mediodía. Luego a la noche (aunque parezca mentira) fuimos al cine a ver una de James Bond y compramos el primer disco como matrimonio que fué MEDITERRANEO en una galeria de Lavalle. Cuando fui al Chocón Cerros Colorados a ver la represa con un grupo de alumnos del Colegio de Pompeya(alrrededor de los años 78/81) lo único que quedaba en pié del obrador era el galpón donde había cantado el NANO a los obreros al principio de los 70.Con respecto a Machado fueron sus canciones las que me marcaron su estilo intimista y reflexivo acerca de su realidad y también su lenguaje claro sencillo delicado y melancólico. Pero del que quedé muy impactado fué de Miguel HERNANDEZ que apenas sabía leer tuvo que dejar el colegio para cuidar ovejas, sin embargo fué un autodidacta ya que leia los clásicos y modernos por su aficción a la lectura. Así y todo nunca dió un paso atrás, en sus convicciones políticas (que estúpida es la guerra y más entre hermanos)llegó a ser comisario de Cultura en la causa republicana.Es impactante NANAS DE LA CEBOLLA, (dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer, en la que le decía que no comía más que pan y cebolla y de esa leche amamantaba )Al igual que LORCA(su poeta preferido) transitó el sendero trágico que recorrieron los mejores poetas españoles durante la guerra:unos el exilio, otros la cárcel y otros la muerte. Por eso en una triste madrugada de 1942 en una prisión de Alicante, cuando solo tenía 32 años y su canto seguía libre, atravesando las rejas, para dar al mundo toda su potencia, fuerza y luz, murió de tuberculosis. Dicen.... que nadie pudo cerrar sus ojos desmesuradamente abiertos, prendidos a la vida que tanto amó.
Por esto y por mucho más es el afecto que me une a SERRAT, que no tiene nacionalidad sino universalidad. Gracias José por la nota. Te mando un cariño desde tu tierra.Roberto.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Roberto (alias "flaco") por tu comentario. Bien sabes que entre otras cosas, los blogs permiten a uno decir lo que quiera sobre cualquier tema. En este caso, un día sentí que tenía ganas de decir lo que pensaba sobre Serrat, y ahí mismo, de un tirón, escribí esos párrafos sin consultar archivos ni fechas (por eso dudo de si la primera visita fue en 1969 o 1968). Hay mucho que decir sobre este personaje, que como bien decís, es universal.Lo mio simplemente ha sido poner por escrito una serie de recuerdos. Muchos, muchísimos, quedaron en el tintero. Este tipo de notas se complementan con reacciones que, como la tuya, dan mayor sentido a lo que uno hace. Un abrazo, nos vemos pronto.

Anónimo dijo...

Buenísima la nota del Nano... pero mucho más importantes y nutritivos han sido los comentarios de mi papá (El Flaco)... jajaja... no es que sea su niña, pero me he enterado de cosas sobre su juventud y matrimonio que de otra forma jamás hubiese sucumbido mis oídos. Gracias José por haber hecho la nota del Nano... aunque como vos decís, hayan sido meros pensamientos y emociones recorriendo el teclado de un aparato tan insensible y no-emocional como puede ser un PC. Sin embargo, fue el medio perfecto para llegar a transmitir las ideas y conjunciones de sentimientos más bellos.
Besotes desde la pancita que va creciendo por este lado...
Marixi

Anónimo dijo...

A Marixi. Gracias por tu comentario. Aprovecho este espacio para enviar también mis felicitaciones, extendidas a los futuros abuelos, por el momento que están viviendo todos.
jose