15 de abril de 2013

El infinito y la nada

José Trepat

Pavada de título! ¿No me quedará un poco grande?

No hace mucho, un asiduo seguidor del blog, me preguntó por qué no había más entradas. “No tengo tiempo”, fue la respuesta inmediata, fácil, directa …y mentirosa. En ese mismo instante pensé que en lugar de decir “no tengo tiempo” hubiese sido mejor confesar: “no se me ocurre nada”. Pero también esto es mentira, porque nuestra mente funciona sin parar pasando de un tema a otro sin solución de continuidad, o sea que en cualquier instante podemos asirnos a cualquier tópico y desarrollarlo.

Pero ahí entra en juego la tercera excusa, que es quizás la más real: “Hay días que no tengo ganas”. Y aquí está el meollo de la cuestión. Como no hay ninguna obligación, el blog se hace en función de las ganas y la predisposición del autor. No se trata de justificarse como Joan Manuel Serrat en su canción: “… pero hoy las musas han ‘pasao’ de mí. Andarán de vacaciones”. 

Serrat esperaba a las musas para componer sus maravillosos versos. Aquí no se trata de eso. Lo nuestro es lenguaje pedestre, puro y simple. La pregunta del seguidor tocó mi orgullo y me dije: “algo habrá que hacer”.

Dicho y hecho. Después de pensarlo unos instantes dí con la solución. Ante la falta de temas importantes, vamos a hablar de dos cositas intrascendentes: lo infinito del Universo y el concepto de NADA. Sí, sí. Es verdad. Este es un momento como cualquier otro para compartir lo que desde hace muchos años tortura mi mente, abierta a toda explicación científica o filosófica, pero cerrada a intentos teológicos de cualquier signo por más bien intencionados que sean.

 Desde niño me sentí fascinado por el universo y recuerdo noches estrelladas en la atmósfera no contaminada del campo argentino, cuando podíamos divisar nitidamente la vía láctea y escuchábamos un dicho popular en esa época: “¿cuántas estrellas hay en el cielo?” “50” era la respuesta. El chiste estaba claro: 50 = sin cuenta (incontables).

Me decían las personas mayores que la vía láctea era parte de nuestra galaxia, formada por 100.000 millones de estrellas!. Más adelante leí que hay en el universo más de 100.000 millones de galaxias!! Es fácil escribirlo pero imposible de pensar de lo que esto significa.

Para terminar de enloquecerme cuando abordo este tema, he leído que los responsables del telescopio espacial Hubble publicaron el descubrimiento de una galaxia “sorprendemente joven”. Con procedimientos que no viene a cuento detallar, los científicos constataron que esa galaxia está a unos 12.750.000.000 años luz de distancia . (Una pausa por favor para recuperarme).

Pensemos que la luz se desplaza a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, cuenten cuántos kilómetros recorre en un año y multipliquen esa cifra por 12.750.000.000. El resultado es la distancia en kilómetros. Hice la cuenta en una plantilla Excel: 12.062.520.000.000.000 kilómetros. ?No se me habrá perdido algún cero?

Estamos hablando de UNA galaxia. ¿Qué tal si extrapolamos esto a los miles de millones de galaxias que existen? Para mí, esto es demasiado. Necesito un psiquiatra que me haga sentir nuevamente como un descendiente del mono que aprendió a caminar erguido, nada más).

Con todas estas cifras aplicadas a un razonamiento tan limitado como puede ser el de un ser humano común y corriente, uno se pregunta; ¿pero esto no tiene fin? Y no, no lo tiene. Y sólo pensar en eso ya escapa a mi poder de comprensión (tengo que leer más filosofía). Es que resulta imposible creer que algo no tenga fin. (¿Qué dirán sobre esto Stephen Hawkins y Bertrand Russell?) Habrá que leerlos.

Otro aspecto de este tema alucinante es nuestra presunta soledad en el universo. ¿Es posible pensar que en la inmensidad del espacio no haya otros seres ( no digo iguales ) como los que habitan este minúsculo planeta, uno entre miles de millones? Sencillamente no puedo aceptarlo, aunque me inclino con admiración ante las maravillas que se observan en nuestro mundo, como la perfección y los colores de una flor, y al nacimiento de una criatura a partir de una simiente microscópica. ¿Cómo es posible tanta perfección?

Una respuesta podría ser: “Es así y ya está. Si no fuera así no estaríamos hablando de esto, porque no estaríamos aquí”. Un poco simple; me gustaría escuchar algo más elaborado. Son maravillas que disfrutamos nosotros porque las conocemos, pero en otros mundos, no estará pasando algo parecido?

En cuanto al concepto de NADA, otro tema que se las trae. Según el diccionario, es la carencia absoluta de todo ser. ¿Es eso posible? Buena excusa para otra nota.
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1 comentario:

martagbp dijo...

Muy bueno! Cariños.