Reportaje fotográfico
(Texto y fotos: José Trepat)Radicarse y comenzar a echar raíces –temporales o definitivas, nunca se sabe- en un minúsculo punto geográfico del globo terráqueo, despierta en algunos el deseo de indagar y conocer más sobre ese lugar determinado, al que se ha llegado ya sea por el azar o por circunstancias diversas.
Desde los albores de la vida, la Tierra se halla en constante mutación, ya sea por los caprichos ingobernables de la naturaleza y también por la evolución de la raza humana. Hay lugares que en épocas ancestrales eran páramos y hoy siguen siéndolo, pero en otros la presencia del hombre ha dejado su sello.
¿Qué otra cosa, sino, son las grandes ciudades y centros urbanos que han dado y dan cobijo a quienes buscan un lugar para vivir, sea por elección o por necesidad?. Estas líneas previas son apenas un esbozo de introducción al tema de la nota, que es intentar transmitir un cúmulo de impresiones sobre uno de esos puntos determinados: la antigua villa romana de Iluro, hoy llamada Mataró.
Restos romanos en Torre Lauder |
Las obras se paralizaron de inmediato y el sitio quedó bajo el control de un grupo de arqueólogos que con fruición pero también meticulosidad, dejaron expuestos los restos de una construcción del siglo I antes de Cristo, plena época romana, a la que se remontan los orígenes conocidos de esta población, situada 30 kilómetros al norte de Barcelona y poco más de 100 de la frontera con Francia.
Muchos restos de la primigenia Iluro se hallan a la vista en algunas plazas del casco antiguo, pero los más importantes están concentrados en el centro arqueológico Torre Llauder, dónde pueden apreciarse vasijas, paredes y hasta pisos de mosaicos originales de la que fuera la segunda villa romana más grande de Cataluña.
En este fugaz repaso histórico vemos que en la época medieval, Siglo XVI, Mataró era una pequeña villa edificada alrededor de la iglesia de Santa María, y en el año 1480 el rey Fernando el Católico otorgó el privilegio de incorporarse a la Corona, lo cual representó la formación definitiva del municipio de Mataró.
Iglesia de Santa María |
Entrada a Mataró por autopista |
Claro que también en tren, que circula a pocos metros del Mediterráneo. En cualquier época del año la visión del mar es un bálsamo para el espíritu, no exento de envidia en el verano cuando el viajero observa las concurridas playas , incluyendo en algunas lugares reservadas para nudistas, ¿por qué no?
Al principio llama la atención el desprejuicio de estos amantes de la naturaleza, que despojados de todo pudor conviven pacíficamente sin distinción de sexo entre el azul del cielo y el impactante color verde del agua.
Playa vista desde la escollera |
Junto a la playa se encuentra el puerto deportivo, en el que amarran unas mil embarcaciones.
Cabe recordar que la primera línea ferrea tendida en España fue precisamente el tramo Barcelona-Mataró en el año 1848. Los trenes actuales son modernos y cómodos, y se viaja por medio de billetes integrados, es decir que por el mismo precio se pueden hacer combinaciones con otros medios de transporte, en las dos horas siguientes al inicio del viaje. Cualquiera fuese el medio utilizado para llegar, el visitante se encuentra en una ciudad de ubicación privilegiada –entre la montaña y el mar, o sea, el ideal para muchos.
Agraciado con un clima benigno, sin los rigores del invierno que se padecen en el norte de España y sin los calores agobiantes que en verano suele calcinar el sur de la península.
Desde varios hipermercados (Auchan, Carrefour y próximamente El Corte Inglés) hasta un moderno centro comercial con 12 salas cinematográficas al tono, la vida en Mataró transcurre en un medio de un orden establecido donde los delitos son escasos y la fuerza policial propia canaliza sus esfuerzos en una “persecución” implacable a los automovilistas trasgresores de las normas.
Una vez aplicada la multa ya sea por mal estacionamiento u otros descuidos, es impensable llegar a un “arreglo”.
La corrupción en España tiene lugar en niveles superiores y con muchos millones de euros de por medio, tal como dan cuenta las crónicas periodística. Es un mal de nuestro tiempo, del que no se salva prácticamente ningún país.
La población fija de Mataró está constituída por familias tradicionales que han venido sucediéndose generación tras generación que exhuman un “tufillo” conservador que sin embargo parecen aceptar de buen grado la presencia de corrientes inmigratorias de origen diverso.
Los latinoamericanos y negros subsaharianos –estos con sus coloridas vestimentas y comportamiento discreto y respetuoso- se instalan donde pueden, pero los marroquíes, por cantidad, están agrupados en el barrio de Rocafonda, que ya le es casi propio.
Todos los habitantes empadronados tienen derecho a la asistencia sanitaria gratuita, en centros de la Seguridad Social habilitados en cada uno de los barrios y también en el moderno Hospital de Mataró, un dechado de limpieza y orden, donde tienen lugar los partos y también complicadas operaciones quirúrgicas.
Los medicamentos expedidos con receta se adquieren en farmacias con descuentos del 70 por ciento. Uno de los orgullos de Mataró es su Biblioteca Pública Pompeo Favra, que funciona en un amplio edificio construído hace 10 años y alimentado por energía solar. El visitante amante de los libros y de la cultura en general tiene allí un ámbito incomparable para satisfacer todas sus inquietudes en la materia.
El usuario, además de utilizar sus instalaciones, puede llevarse a casa todo el material que desee.
El término “usuario” es importante, tal como me lo explicó una empleada al visitar la biblioteca por primera vez. “Quisiera hacerme socio”, le dije. “No. Socio no puede ser. Usted será usuario, porque no paga absolutamente nada”, me respondió. Y así es
efectivamente. Un verdadero paraíso cultural.
Llama la atención en Mataró la cantidad de personas de avanzada edad que caminan tranquilamente por calles y parques acompañados muchos de ellos por sus perros mascota.
La expectativa de vida es muy alta; debe ser por la tranquilidad de saber que sus pensiones o jubilaciones les son depositadas mensualmente en sus cuentas bancarias y porque la atención médica, medicamentos y movilización en el transporte público es para ellos absolutamente gratuita.
Una de las fiestas tradicionales en Mataró es la de los "castellers", torres humanas en las que la altura máxima es de nueve hileras de personas que se apoyan en los hombros de quien tienen debajo. Antes de comenzar se "fajan" firmemente la cintura para soportar en mejores condiciones el peso de quienes van ascendiendo hasta completar las columnas de nueve por cuatro. Logicamente, los más fornidos se colocan como base. Una verdadera exhibición de fuerza y equilibrio.
Ya no se ven en Mataró los enjambres de torres de construcción que había en los últimos años. Es que la crisis ha llegado también aquí en ese importante sector de la economía, y en esto no se diferencia de otras ciudades de España, pero como dice la canción de Serrat “…en la ladera de un monte más alto que el horizonte quiero tener buena vista….”
Mataró la tiene.
*
Agraciado con un clima benigno, sin los rigores del invierno que se padecen en el norte de España y sin los calores agobiantes que en verano suele calcinar el sur de la península.
Desde varios hipermercados (Auchan, Carrefour y próximamente El Corte Inglés) hasta un moderno centro comercial con 12 salas cinematográficas al tono, la vida en Mataró transcurre en un medio de un orden establecido donde los delitos son escasos y la fuerza policial propia canaliza sus esfuerzos en una “persecución” implacable a los automovilistas trasgresores de las normas.
Una de las ferias o mercadillos |
La corrupción en España tiene lugar en niveles superiores y con muchos millones de euros de por medio, tal como dan cuenta las crónicas periodística. Es un mal de nuestro tiempo, del que no se salva prácticamente ningún país.
La población fija de Mataró está constituída por familias tradicionales que han venido sucediéndose generación tras generación que exhuman un “tufillo” conservador que sin embargo parecen aceptar de buen grado la presencia de corrientes inmigratorias de origen diverso.
Los latinoamericanos y negros subsaharianos –estos con sus coloridas vestimentas y comportamiento discreto y respetuoso- se instalan donde pueden, pero los marroquíes, por cantidad, están agrupados en el barrio de Rocafonda, que ya le es casi propio.
Calle adoquinada del sector antiguo |
Biblioteca pública de Mataró |
El término “usuario” es importante, tal como me lo explicó una empleada al visitar la biblioteca por primera vez. “Quisiera hacerme socio”, le dije. “No. Socio no puede ser. Usted será usuario, porque no paga absolutamente nada”, me respondió. Y así es
efectivamente. Un verdadero paraíso cultural.
Llama la atención en Mataró la cantidad de personas de avanzada edad que caminan tranquilamente por calles y parques acompañados muchos de ellos por sus perros mascota.
La expectativa de vida es muy alta; debe ser por la tranquilidad de saber que sus pensiones o jubilaciones les son depositadas mensualmente en sus cuentas bancarias y porque la atención médica, medicamentos y movilización en el transporte público es para ellos absolutamente gratuita.
Una de las fiestas tradicionales en Mataró es la de los "castellers", torres humanas en las que la altura máxima es de nueve hileras de personas que se apoyan en los hombros de quien tienen debajo. Antes de comenzar se "fajan" firmemente la cintura para soportar en mejores condiciones el peso de quienes van ascendiendo hasta completar las columnas de nueve por cuatro. Logicamente, los más fornidos se colocan como base. Una verdadera exhibición de fuerza y equilibrio.
Ya no se ven en Mataró los enjambres de torres de construcción que había en los últimos años. Es que la crisis ha llegado también aquí en ese importante sector de la economía, y en esto no se diferencia de otras ciudades de España, pero como dice la canción de Serrat “…en la ladera de un monte más alto que el horizonte quiero tener buena vista….”
Mataró la tiene.
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6 comentarios:
Queridos Betty y José: hermoso recorrido que nos permite saber cómo es "su" lugar en el mundo. Cariñosamente.
A José:hermosa nota pero me quedé con hambre de fotos, y espero que en algún otro momento gastes unos euros y saques de las Ermitas, de las famosas murallas (más en detalle)de las construcciones y calles barrocas famosas de Mataró(como ser Bonaire)alguna cases de cós y decenas de lugares con historia romana, renacentista, barroca y moderna que tu ojo sabrán buscar ya que eres muy bueno en eso. Pro último sacame tres dudas:el origen y motivo de los colores y dibujo de la bandera de Mataró, qué significa el signo del escudo de Mataró y por último una foto tuya en esa famosa playa que van los amantes de la naturaleza(que te la saque Betty con zoom). Espero que cumplas.Besos
jaja. tomamos debida nota del pedido de flaco y en algún momento trataremos de materializarla con mucho gusto, queda prometido. Abzos.
jeje.A José, quiero decirte una aclaración: la foto en la playa con zoom no es para que se agranden las partes pudendas sino para evitar a mi primita un mal momento.Amén
Una pequeña observación, el primer tren fue Mataró-Barcelona y no al revés, y los autobuses si que circulan los días festivos, incluso hay un nocturno, pero los horarios son mas largos entre uno y otro.
Perdón y muchas gracias por escribir sobre mi ciudad.
A Anónimo. Todo lo que dices es absolutamente cierto. Si lo omití o lo escribí mal pido disculpas. Gracias por la observación.
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