Con gente que tiene estas ideas no todo está perdido.
En una fugaz visita a Facebook tuve la suerte de encontrarme con este video de siete minutos.
Viéndolo, podemos deducir sin dificultad cual ha sido esa idea.
Estamos en un concurrido y espacioso café de Pamplona y todo parece normal, de rutina. De repente, cantantes e integrantes de un coro, camuflados como camareros y clientes, sorprenden a los comensales.
Suban el volumen que vale la pena.
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