19 de julio de 2010

Mis cuatro niveles




José Trepat





Los visitantes que pasan por este blog –algunos raudamente- conocen ya mi afición por la literatura, así que de tanto en tanto se topan con notas de este tenor. Que le vamos a hacer! Cada uno dedica su tiempo libre a lo que más le apetece, cuando ello es posible y las obligaciones lo permiten.

Conviene puntualizar que la literatura no es mi profesión, sino mi afición, con todos los condicionantes que esto impone, es decir que los libros son para mí un entretenimiento sumamente placentero enfocado desde la óptica de un lector común, despojada de toda pretensión analítica de algún libro en particular.

Puedo decir que un libro me gustó mucho, poco o nada, pero nada más. Cada uno recorrerá sus páginas de acuerdo a sus apetencias en cuanto a autores o temas, y la conclusión será siempre subjetiva con los matices que le aporte cada individuo.

Se me ha ocurrido elaborar una división arbitraria de cuatro niveles que podrá ser compartida o no, pero que en el fondo tiene la pretensión de ser una guía pensada no para el lector avezado, sino para aquellas personas que todavía no se han decidido a trasponer el umbral que separa a libros y lectores potenciales.

Esta división de cuatro niveles la tengo asimilada de manera tal vez inconsciente pero nunca se me había ocurrido intentar una delimitación más o menos rigurosa pensando en el recorrido “lógico” de un lector en ciernes.

¿Qué quiero decir con esto? Que quien piense iniciarse como lector, cualquiera sea la edad, no tendría que hacerlo comenzando por el Ulises de James Joyce, porque puede suceder que en la página 10 jure por todos los santos que nunca más reincidirá. Que esto no se tome como peyorativo para Joyce, sino todo lo contrario, pues el Ulises, como otros que mencionaremos más adelante, está en el nivel cuatro de esta clasificación sui generis.

NIVEL UNO

No tengo ningún prurito en admitir que mis comienzos –en la preadolescencia- fueron los llamados bolsilibros o novelitas de kiosko, de pocas páginas, trama simple, lisa y llana, que en muy poco tiempo me llevaban hasta el final con el mínimo esfuerzo. No exigía pensar en lo que HABÍA QUERIDO DECIR un personaje determinado, sino en lo que DECÍA.

Mi preferencia eran los libritos de vaqueros, pero también incursioné en temas policiales, espionaje, guerra y, -en menor escala- la ciencia ficción. Estos libritos han desaparecido ya de los puestos de venta pero se encuentran en mercadillos y librerías “de viejos”. Fueron el primer peldaño. Para el público femenino descollaba Corín Tellado.

Luego un paso más adelante. Con más páginas y un poco más elaborados, transité por las aventuras de Tarzán, Robin Hood, la serie de Sandokán, Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros, El conde Montecristo (libro excepcional), Mark Twin, con Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, los libros de Julio Verne. Podríamos incluir también a Agatha Christie, etc, etc.

NIVEL DOS

En este nivel entran muchos de los llamados best-sellers, libros no difíciles de leer, con argumentos que atrapan al lector que busca pasar un momento agradable y al mismo tiempo aprender mucho sobre lugares, costumbres, conducta humana, trama ingeniosa con suspenso incluido y la posibilidad de hacer un importante acopio de vocablos, adjetivos, todo lo cual redunda a la postre en la posibilidad de expresarse mejor y sin errores ortográficos o gramaticales.

Este campo es muy vasto y como citar a cien autores como mínimo ocuparía mucho espacio y sería tedioso, daremos solo algunos ejemplos representativos. Los hombres van surgiendo de la memoria sin ningún orden preestablecido: Ken Follet, Stephen King, Henning Mankell, Robin Cook, Michael Chrichton, John Grisham, Matilde Asensi, Julia Navarro, Arturo Pérez-Reverte, Patricia Cornwell, Dan Brown, Isabel Allende, Wilbur Smith, Nora Roberts, Jorge Amado, admirables cuentos de Roberto Fontanarrosa , Horacio Quiroga, H.V.Lovecraft.

La lista sería interminable y hay muchos más que merecen estar. Cada uno agregará mentalmente el que se les ocurra.

NIVEL TRES

Aquí ubico a autores que califico como “importantes” cuya lectura requiere un mayor esfuerzo de concentración y sin urgencias por acabarlo. Estos libros nos enriquecerán grandemente y aprenderemos mucho sobre como funciona la mente humana. Algunos ejemplos: Paul Auster, Gabriel García Márquez, José Saramago, Italo Calvino, Milan Kundera, Sándor Marai, Miguel de Cervantes, Shakespeare, Fedor Dostoyevsky, Leon Tolstoi, Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Umberto Eco, John Steinbeck, Oscar Wilde, Charles Dickens, Honorato de Balzac.

Quien lea esto dirá: “faltan éste, éste, éste…” y tendrá razón. Pero sería tedioso escribir 500 nombres.

NIVEL CUATRO

Aquí están los “pesados” y a mi me cuesta ponerles la mano encima. Lo he intentado con todos menos con Marcel Proust (En busca del tiempo perdido), quien en este selecto grupo está acompañado por James Joyce (Ulises), Thomas Mann (La montaña mágica), Franz Kafka (El proceso, El castillo, etc). Forzosamente tiene que haber más en el nivel cuatro, pero como me gusta moverme preferentemente en los niveles dos y tres, que alguien sugiera nombres si le place.

Parecía que esto iba a llevarme más tiempo, pero ya está.
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