3 de diciembre de 2010

Wikileaks


Cuántos apellidos famosos reaccionan "ofendidos" por las ollas podridas que está destapando Wikileaks!
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Si los mandamases de este mundo no consiguen poner otra vez la tapa y asegurarla bien, esto promete!
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Los ciudadanos comunes y corrientes tenemos dos maneras de enterarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor. Uno es a través de la prensa "seria" que nos describe los hechos siguiendo las normas básicas de la profesión: constatar los datos o citar alguna fuente a la que transfiere la responsabilidad sobre la veracidad de los mismos.
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La otra manera es por medio de estos periodistas "locos y traviesos" que surgen de tanto en tanto y se lanzan a distribuir todo aquello que sistematicamente se nos oculta. ¿Qué prefiere usted que está leyendo esto: hacer como el avestruz y continuar con su vida sin sobresaltos, o toparse de pronto con algunas verdades que jamás se pensó en revelarnos?
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Claro que esto es parte de la diplomacia y lo practican todos quienes pueden. Ahora hay que asumir los riesgos.
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¿Por qué en lugar de matar al mensajero no lo refutan con argumentos válidos?
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Si pueden hacerlo, el responsable de Wikileaks quedará en ridículo, y si no pueden, lo único que les queda es pedir perdón y pasar página.
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No se menciona en esta nota ningún país/apellido/caso en particular. Ya es archi sabido y está al alcance de todos; basta con leer los diarios que decidieron publicar esto, cosa que no harán aquellos medios que defiendan a ultranza a un gobierno en particular. Son los que quedan en ridículo al intentar restarle importancia y barrer la basura debajo de la alfombra.
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Un aplauso para EL PAIS de España, un multimedio que simpatiza con el gobierno pero que no tiene ningún tapujo en sacar a la luz el tremendo papelón que significó el tratamiento del caso del fotógrafo José Couso, por parte de la diplomacia española.
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En fin, esto da para mucho. Todo es opinable. Los gobiernos tienen la palabra.

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