Año: 2010
Páginas: 576
Traducción: Joan Riambau Möller
Valoración: Muy bueno
Las recomendaciones sobre libros –una especie del boca a boca- suelen tener sus ventajas, por el simple razonamiento facilista de que “no todos pueden estar equivocados”. Tal es el caso de esta novela, que recogió una lluvia de opiniones elogiosas por parte de varios lectores que se expresan en blogs sobre literatura que suelo frecuentar.
Después de llegar a la última página, adhiero sin dudarlo a todos esos comentarios, incluso a los que calificaron esta novela como “adictiva”, ya que te cuesta interrumpir su lectura hasta llegar al desenlace. Antes de continuar, veamos de qué se trata, y para ello lo más fácil es “copiar” y “pegar” la sinopsis que está circulando por varias páginas de Internet:
“Un hecho muy extraño altera el verano de la teniente de la policía de Lille Lucie Hennebelle: un ex amante suyo se ha quedado ciego cuando visionaba un cortometraje que acababa de comprar al hijo de un coleccionista recientemente fallecido. Una película, muda, anónima, con un toque malsano, diabólico y enigmático. A trescientos kilómetros de distancia, el comisario Franck Sharko, de la policía criminal, acepta volver al servicio bajo la presión de sus jefes, tras haber abandonado el departamento. Se han hallado cinco cadáveres a dos metros bajo tierra que resultan imposibles de identificar, ya que tienen las manos cortadas, la cabeza abierta y cerebro, dientes y ojos extraídos. Al tiempo que Lucie descubre los horrores que oculta la película, una misteriosa llamada le informa de la relación entre el filme y la historia de los cinco cadáveres, y hace que Lucie y Sharko, dos seres absolutamente distintos, y quizás por ello tan cercanos, se encuentren para investigar lo que parece el mismo caso.”
Gracias a esas recomendaciones mencionadas más arriba, me he encontrado con un autor que me era totalmente desconocido –como tantos otros en este apasionante mundo de los libros. Franck Thilliez, un ingeniero informático francés que combina su trabajo con la literatura, me dejó una excelente impresión por la claridad con que expone en esta novela una trama compleja cargada de matices científicos y tecnológicos.
Por momentos no se sabe cuánto hay de ficción y verdad en lo que nos cuenta. Al llegar al final, muchos pensarán: “esto no puede terminar así!”. Y efectivamente; El síndrome E tiene continuación en otra novela: Gataca. Por supuesto, ya estoy metido en ella.
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