Género: Policial
Año: 2009
Páginas: 256
Elegido por: Autor - Género/Tema - Recomendación/Críticas
Lectura: Biblioteca
Valoración: Bueno
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Leyendo las novelas policiales de Francisco González Ledesma, salta a la vista que este escritor de aspecto bonachón, siente un cariño especial por Barcelona, su ciudad, y más precisamente por la vida y ambiente de los barrios bajos, próximos al puerto, escenario de muchas de sus novelas. La dama de Cachemira no es una excepción. Nos presenta a su personaje favorito, el comisario Ricardo Méndez, quien alterna los trabajos de poca monta que le son encomendados, con discusiones con su superior, que procura mantenerlo apartado de los casos importantes. Quienes conocen Barcelona le encontrarán más sabor a estas novelas, pues el autor nombre muchas calles y sitios que poco dicen a quien no ha estado en esta ciudad. El libro trata de una investigación que Méndez emprende contrariando las órdenes de su jefe, y que, como es de esperar lleva a buen puerto. Lectura entretenida.
J.T.
Sinopsis
El policía más célebre de los bajos fondos de la novela negra y criminal española persigue por las calles sucias de Barcelona una silla de ruedas desde la que se ha cometido un crimen, una silla de rueda sobre la que cree saber quién se sienta y tras la que vivirá una de sus aventuras más sorprendentes e inesperadas. Una aventura de mujeres que sueñan con viajar y que el único viaje que se pueden permitir es soñar. Premio Mystére a la mejor novela negra publicada en 1986 en Francia, es la prueba irrefutable de que por Méndez, aunque pasen veinticinco años, el tiempo no deja de ser un accidente inoportuno. Porque él, como sus novelas, nunca envejecen.
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El autor
Francisco González Ledesma nace en Barcelona, en 1927, en el Pueblo Seco, barrio proletario en la falda de la montaña de Montjuic. Empieza a escribir a los doce años, y a los quince a malvivir de la escritura gracias a su tío, Rafael González Martínez, que no sólo comparte con el joven Francisco su biblioteca y su interés por la literatura, sino que pronto acaba encargándole guiones de cómics. Con el dinero que obtiene de esta labor se paga los estudios de derecho, carrera que acaba en 1950, cuando entra como pasante en un conocido despacho barcelonés.
Sigue escribiendo y comienza a estudiar periodismo. Y aunque como joven jurista llegará a recibir el reconocimiento del “Premio Roda Ventura”, al abogado con mayor crédito moral de Cataluña, sus desavenencias con el régimen franquista acabarán en parte minando su vocación de jurista. En 1948, con apenas 21 años e innumeras obligaciones, se presenta al Premio Internacional de Novela, fundado por el editor José Janés. Resulta ganador del premio, otorgado por un jurado entre el que se cuentan Somerset Maugham y Walter Starkie. Sin embargo, la novela no se publica en España por cortesía de la censura franquista, que tacha al autor de ‘pornógrafo’ y ‘rojo’.
Ledesma pasa a trabajar en la editorial Bruguera donde, como muchos escritores de su generación, colabora a destajo y en condiciones poco felices, pero donde también dice haber aprendido el oficio novelístico. Bruguera publica novelas populares de acción, del Oeste, policíacas. Y Ledesma las escribirá durante quince años, en los que se convierte en Silver Kane, pseudónimo con el que publica una obra del Oeste a la semana. Como negro, será el autor de unas cuatrocientas obras. (Párrafos tomados de serienegra.es)
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