31 de marzo de 2013

Lo que importa es llegar al lector


¿Tantos hay? ¿De dónde salen....? Parecen hongos que surgen de campos mojados después de la lluvia. Estos pensamientos, realmente poco profundos, me vienen a la mente cuando, como rutina diaria, entro a la página de ese fenómeno editorial llamado Amazon, en Internet, y me encuentro con una lista cada vez mayor de escritores cuyos nombres (los de la mayoría) jamás había visto, y que venden sus obras por precios casi "ridículos" (a partir de 0,89 euros).

Claro que son libros digitales que no están impresos en papel, y sólo pueden leerse en el e-book Kindle que, curiosamente, también vende Amazon; una formidable estrategia de este gigante que, si bien debe haber sido planificada para obtener beneficios económicos, al mismo tiempo sirve de plataforma para que tantos escritores noveles con escasos recursos puedan alcanzar la gloria: que sus obras sean leídas. De ese primer paso básico, fundamental, dependerá su futuro como escritor. Muchos de ellos deben sentirse felices con este sistema, aunque de momento se sientan como pollitos bajo las alas de la gallina gigante que es Amazon.

Sistema reservado de momento para quienes utilizan las redes sociales como Facebook, pues el éxito muchas veces llega a través del boca-oreja en la forma de comentarios de los lectores que han desembolsado esos pocos céntimos y han leído sus novelas. Se puede pensar que algunos comentarios y opiniones son inventados -no hay manera de saberlo- pero muchos tienen que ser reales. Si el libro adquirido por Internet satisface al lector, el dinero habrá sido bien empleado, y si no, bueno, el desembolso no ha sido tanto.

Muchos aspirantes a escritores quedarán en el camino, pero también un número considerable tendrán la aprobación de los lectores y se habrá hecho justicia. Es bueno que el esfuerzo que significa escribir un libro se vea recompensado si su creación tiene méritos para ello. Es además un aliciente para que otros pongan manos a la obra y piensen que sus textos no se los llevará el viento o acumularán polvo en algún cajón.


La promoción -además de los méritos de un libro- es fundamental para que éste llegue al gran público, y de promoción, o auto promoción, se encargan los propios autores cuando dos o más coinciden en alguna entrada de Facebook; allí dan rienda suelta a elogios mutuos y ninguno desaprovecha la ocasión para ensalzar su propia obra, ofreciendo al lector el enlace para acceder a ella. Esto es lógico y comprensible.

Muchos autores consagrados ofrecen también sus obras en forma digital además de su formato original en papel y tapas duras o blandas. Ambos sistemas pueden convivir perfectamente; lo importante es que la gente los lea y dirija el pulgar hacia arriba o hacia abajo.
- J.T.
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