1 de agosto de 2014

El otro nombre de Laura (Benjamin Black)

- Libro nro. 278 leído en este blog -
(Total de leídos en todos los géneros: 2636)

Género:  Novela policial
Año:        2007
Páginas:  417
Título original:  The Silver Swan
Traducción:  Miguel Martínez-Lage
Grupo C

Valoración:  Buena+



¿Por qué lo elegí?
Después de haber leído otras dos novelas de la serie que tiene como protagonista al forense Quirke, (El lémur y El secreto de Christine) me gustó su estilo pausado, un tanto reflexivo de Benjamin Black. Quirke, un hombre de mediana edad y carácter solitario, de ninguna manera es el clásico "héroe" que solemos encontrar en los relatos policiales. Ni siquiera es el personaje central, sino uno más entre los actores de un drama que si bien es de corte policíaco, ya que a poco del comienzo aparece una muerte, se interna en el aspecto psicológico de los distintos personajes.

El caso, narrado en tercera persona, avanza tranquilamente hasta el desenlace y al llegar a la última página, el lector verá que todas las piezas han quedado perfectamente ensambladas. Se nota la prosa prolija del escritor, quien al describir una situación lo hace con detalles que adornan el texto. Un ejemplo de tantos: "....El policía se palpaba los bolsillos en busca de dinero, pero Quirke dejó una moneda de un florín sobre la mesa, en dónde giró unos instantes sobre el canto antes de caer....". El párrafo podría haber terminado en "sobre la mesa", pero la descripción que sigue me pareció un hallazgo.

Otro ejemplo? Podría ser éste: "...El té se había enfriado, por lo que ahora pudo beber directamente de la taza; cada vez que la levantaba, según vio Quirke con cierta fascinación, caía del fondo una gota al platillo, formando una corona en el charquito de líquido de color caqui que había quedado en él, y provocando unas salpicaduras al azar que caían en la mesa......"

Si al lector le gusta este estilo, en la novela encontrará muchas más muestras. Personalmente, me gusta.
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Síntesis  (contratapa del libro)
Ha pasado el tiempo para Quirke, el hastiado forense que conocimos en El secreto de Christine. La muerte de su esposa y el distanciamiento de su hija han conseguido acentuar su carácter solitario. Cuando Billy Hunt, conocido de sus tiempos de estudiante, le aborda para hablarle del aparente suicidio de su esposa, Quirke se da cuenta de que se avecinan complicaciones a las que no podrá resistirse. De este modo se verá envuelto en un caso sórdido que pondrá en peligro su vida.
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El autor

Benjamin Black es el seudónimo del novelista irlandés John Banville (Wexford, 8 de diciembre de 1945). Es considerado "uno de los grandes talentos de la lengua inglesa". Desde muy joven —12 años— supo que quería ser escritor. En lugar de ingresar en la universidad, prefirió comenzar a trabajar y lo hizo en la compañía aérea Aer Lingus, que le permitía viajar por el mundo. Más tarde diría irónicamente de esta decisión: "Un gran error. Debería haber ido [a la universidad]. Lamento no haber tomado esos cuatro años de emborracharse y enamorarse. Pero quería irme de mi familia. Quería ser libre". Cuando regresó a Irlanda después de haber vivido en Estados Unidos en 1968 y 1969, se convirtió en periodista y entró a trabajar en el diario The Irish Press, donde llegó a ser subeditor jefe. Luego que este periódico desapareció en 1995, pasó al The Irish Times. Es colaborador habitual de The New York Review of Books. Publicó su primer libro en 1970. Banville (Black) es conocido por el estilo preciso de su prosa. Su ingenio y su humor negro muestran la influencia de Nabokov. En 2006 aparece el primer libro de Benjamin Black: El secreto de Christine, a la que le han seguido otras cuatro novelas negras. Sobre su desdoblamiento como escritor, ha dicho: "El arte es una cosa extraña. Bajo el sombrero de Banville puedo escribir 200 palabras al día. Un día decidí que podía convertirme en otro y bajo ese segundo sombrero, en esa segunda piel, puedo irme a comer tras haber escrito un millar de palabras, tal vez 2.000, y disfrutar con ello. Es increíble descubrir cómo otro tipo puede vivir tu vida y usar tus manos y deleitarse con eso. Escribir es un trabajo peculiar... Escribir es como respirar. Lo hago por necesidad. Por mi propia boca, y ahora también por la de Black".
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