Género: Novela, policial, sicológica
Año: 2005
Páginas: 172
Bueno+
Novela corta con economía de palabras; las justas para describir una situación, un desarrollo y un desenlace. La autora hace que el personaje central relate en primera persona lo que va sucediendo, y eso ayuda al lector a entender por qué la mujer (Inés) se comporta de tal o cual manera en su relación con el esposo y la hija de ambos; estos tres personajes son el nudo central. La novela es de corte policial pero al final, el lector tendrá que preguntarse inevitablemente ¿por qué sucedió esto? ¿cuales han sido las causas? Cada uno deberá encontrar la explicación psicológica. No es difícil si el libro ha sido leído con atención, algo sencillo porque la lectura se hace adictiva y cuesta interrumpirla. Es para leer en un rato y después dedicar unos momentos a reflexionar; se verá que todo cierra perfectamente. La puerta está abierta a otros títulos de esta escritora argentina.
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Sinopsis
Un corazón dibujado con rouge, cruzado por un “te quiero” y firmado “Tuya” le revela a Inés que su marido la engaña. A partir de ahí, una original novela de suspense, un ama de casa dispuesta a todo con tal de conservar su matrimonio y las buenas apariencias.
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La autora
Claudia Piñeiro (Burzaco, 1960) es contadora, escritora, dramaturga y guionista de televisión de Argentina. En 2005 obtuvo el Premio Clarín de Novela por Las viudas de los jueves, distinción a la que han seguido otras. En una entrevista publicada en la Revista Ñ, del diario Clarín cuenta en 2005, cómo empezó su carrera de escritora: "En 1991, estaba trabajando de gerente administrativa en una empresa que tenía una sucursal en San Pablo. Tenía que viajar para hacer la auditoría de los tornillos con los que se hacían unos compresores de aire; una cosa tremendamente aburrida. Yo iba en el avión, supongo que iba llorando, y leo en un recuadro muy chiquito en el diario el llamado a concurso de 'La sonrisa vertical', el certamen de la editorial Tusquets. Yo ni siquiera sabía que se trataba de un concurso de literatura erótica. Lo único que pensé fue: 'Vuelvo y me pido vacaciones y escribo una novela para esto, porque si no, yo me voy a quebrar'. La novela se llamaba El secreto de las rubias y quedó entre las diez finalistas, aunque luego no se publicó. Me di cuenta de que escribir era algo demasiado fuerte y, aunque siempre escribí, ya no podía postergarlo. Apareció como un salvavidas que me tiraron en ese momento".
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