10 de junio de 2008

VIAJES - Casa de Salvador Dalí en Port Lligat




José Trepat


Este fin de semana estuvimos en Cadaqués con la excusa de visitar una feria artesanal y más precisamente el puesto itinerante de labichacreativa, que se publicita en esta página.



Aprovechamos el viaje de 150 kilómetros desde Mataró para saldar también una deuda pendiente: conocer por dentro la casa del genial Salvador Dalí en Port Lligat, en los alrededores de Cadaqués y muy cerca de Cap de Creus, que tiene la particularidad de ser el punto geográfico más oriental de España.


Desafiamos los agoreros pronósticos meteorológicos y tuvimos éxito. Fue una jornada de sol pleno, con un cielo azul que, si cabe, embellece aún más esta hermosa población de pescadores y uno de los imanes turísticos de la costa catalana.


La visita a la singular casa diseñada por Dalí para residir junto a su esposa Gala, musa inspiradora del genio del surrealismo, no defraudó.


Estas líneas no pretenden ser una visita guiada, sino un sucinto comentario de la jornada. En todos los rincones, muebles y objetos se siente la presencia del artista nacido en Figueres, no lejos de Port Lligat, donde se encuentra el museo más importante dedicado a su obra, y de visita obligada.


Habíamos estado otras veces en este lugar, pero como la visita debe ser programada con cierta antelación, no habíamos podido ingresar a la casa que se distingue a bastante distancia por los enormes huevos blancos en su parte superior; faros que anuncian a los visitantes que han llegado a destino.


En el interior llama la atención la cantidad de animales disecados –desde un enorme oso blanco hasta grandes pájaros con las alas extendidas que adornan las paredes, según la visión particular de Dalí. La casa no tiene habitación para huéspedes, sino un solo dormitorio con dos camas al que se accede por una escalera de piedra que conecta con una especie de vestíbulo, dónde Dalí hizo instalar un espejo inclinado de manera tal que desde su lecho pudiera observar la salida del sol en el horizonte de la pequeña bahía.


En una sala contigua se puede ver el estudio del artista, incluido dos pinturas sin terminar. Me llamó la atención una imagen en blanco y negro de Gala, pegada en la pared con rudimentarios trozos de cinta de papel engomado. ¿La habrá puesto así el propio Dali? ¿Es una foto o un dibujo a lápiz? No lo recuerdo.


Al salir del jardín se observa a primera vista “un montón de escombros”. “Que extraño que hayan dejado esto alli”, pensé. Pero al acercarme y tras subir seis o siete escalones los “escombros” representan un cuerpo humano de grandes dimensiones tendido boca arriba con los brazos y piernas exendidas. El torso es un bote con sus listones de madera podrida representando las costillas. El resto del cuerpo está armado todo con diversos materiales de deshecho, desde tejas rotas hasta trozos de caucho.


En fin, interesante la visita para conocer un poco más a Salvador Dalí.


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1 comentario:

martagbp dijo...

Hola:
Qué linda descripción del paseo. Gracias por participarnos.
Besos de martagbp