11 de enero de 2010

Así no se construye un país


Esta mañana me bastó menos de un minuto para dar la razón a quienes dicen que la televisión PUEDE SER una herramienta excelente para idiotizar a la gente.

Subrayo lo de PUEDE SER porque soy de los que sostiene que la televisión es un medio fabuloso de estos tiempos, y que el meollo de la cuestión está en LOS CONTENIDOS.

En esos casi 60 segundos, la conductora de un programa matutino, instalada comodamente en el estudio calefaccionado colocó la mejor sonrisa en su rostro agraciado para decir, o sugerir abiertamente, que las terribles nevadas que azotan a casi toda España con su secuela de sufrimiento y miseria, tienen un lado bueno: los estudiantes tienen un día más de asueto escolar.

¡Qué felicidad para los estudiantes! Otro día sin clases. Otro día sin la posibilidad de estudiar y aprender, para que el día de mañana sean un poco menos tontos!

En ningún momento la conductora y la notera de turno aprovecharon la entrevista con los estudiantes “en paro forzoso” para sugerirles que dediquen la jornada a repasar sus materias o a emplear el tiempo de manera constructiva, por ejemplo leyendo algún libro que les permita elevarse aunque sea un milímetro en su paupérrimo nivel intelectual.

Vaya mi respeto para aquellos estudiantes y jóvenes que no se sienten identificados con esta masa aborregada a la que se refería la conductora.

Esta es la clase de televisión que idiotiza; cuando desde arriba no se tiran cables a tierra con ejemplos y buenos consejos, mal vamos.

Pero la culpa no es de la televisión, sino de quienes con un micrófono en la mano no hacen más que decir idioteces.
J.T.
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