13 de diciembre de 2010

Los profesores




"A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia.".... (Miguel de Unamuno)

Por un sentido de aceptación o tolerancia hacia lo que piensan los demás, y también para enriquecer y ampliar nuestro nivel cultural, pienso modestamente que nadie debería negarse a escuchar o leer la palabra de ningún profesor universitario, o de alguien con capacidad similar.

Son personas que por algo han llegado a ese nivel, y ese algo significa estudio, dedicación, conocimientos. Cuando hablan o escriben están compartiendo todo eso con nosotros, aunque estemos en las antípodas de su pensamiento o filiación política.

Escuchar siempre la misma campana, o sea, lo que queremos oir, nos bloquea la capacidad de hacer análisis objetivos de un tema o situación determinada. Podemos aferrarnos y defender nuestras convicciones y al mismo tiempo aceptar que hay quienes piensan distinto.

Si estamos convencidos de que tenemos la razón y conocemos los argumentos que la sustentan, no tiene por qué hacernos mella la opinión de los demás y podremos rebatirla. Pero así sabremos lo que piensa nuestro “enemigo”. Quizás algún tramo de ese pensamiento pueda generarnos algunas dudas sobre el nuestro. Nadie es dueño de la verdad.

En mi caso personal, simpatizante socialista desde que tengo memoria, me encanta escuchar o leer a los miembros de la oposición que me transmitan cultura e inteligencia para llegar a comprender mejor ciertos aspectos de la realidad actual y también del pasado.

Si bloqueara mis sentidos para que solo me llegue el mensaje socialista, estaría tontamente convencido de que “todo está bien”, y obviamente no es así.

Por citar otro caso, leo tanto las columnas de José Pablo Feinmann, un ultra kirchnerista, y también las de Mariano Grondona, ubicado en la vereda de enfrente. Ambos expresan lo que saben. Está en nosotros saber separar la paja del trigo, pero para ello tenemos que saber cual es cual.

(La ventaja de Grondona es que con él aprendo la etimología de las palabras que provienen del griego y del latín, si se me permite este minúsculo toque de humor).

¿Por qué no se sientan y debaten? ¿No sería interesante?
No todo es blanco o negro. La vida está llena de tonos grises.
Tratemos de no ser daltónicos.

* *

3 comentarios:

flaco dijo...

La apreciación que hacés respecto a que hay que escuchar todas las campanas es válida, lo único que me deja un sabor amargo es no tener los medios necesarios para refutar sus ideas y lo que es peor que tienen prensa tipos como los que nos enseñan etimología, pero que también en un pasado funesto de nuestra Argentina fueron artífices y y escritores lwguleyos entre otras cosas del famoso comunicado 150, que a posteriori tanto mal nos hizo y por el cual nunca fue juzgado.Amén

José T. dijo...

Flaco, claro que conozco la trayectoria personal y profesional del Profesor, incluido todo lo relacionado con el comunicado 150. Es una figura archi conocida y por eso mismo lo elegí para ejemplificar la nota. Verás que en el segundo párrafo digo “…aunque estemos en las antípodas de su pensamiento o filiación política”. Creo que eso queda bien aclarado. Pero no por eso voy a dejar de reconocer que es culto, inteligente y un analista de primera, cualquiera sea el lado para el que decida inclinar el fiel de la balanza. Como si alguien le dijera: “Profesor, tiene que escribir una nota sobre la Navidad”. Y el profesor respondiera: “A favor o en contra?”.
En el bando opuesto claro que hay gente inteligente que puede refutarlo; solo que las dos partes tienen que ponerse de acuerdo para HABLAR Y ESCUCHAR, algo que en política parece muy difícil cuando hablamos de posiciones extremas.
A mi me gusta escuchar y leer a gente inteligente, que me aporte algo, sin tener en cuenta la filiación política a la que pertenezcan, pero sabiendo perfectamente quién es quién. A quien le guste gustar al ajedrez siempre querrá hacerlo con alguien que sea mejor; es la única manera de superarse.
Ese es el sentido de la nota. Mentes abiertas, que caben muchas cosas.
Y que cada uno reparta palos verbables contra quien quiera, que para eso está la democracia. Slds y como siempre gracias por tus atinados comentarios.

José T. dijo...

Quise decir: a quien le guste jugar al ajedrez.....etc.