27 de febrero de 2011

Cinismo e hipocresía van de la mano de la política

José Trepat


Asi que ahora nos enteramos

.

…de que en Libia hay un tirano, llamado Gaddafi, que esta gobernando con mano de hierro desde hace 41 años.

…de que tiene en sus carceles a muchos presos políticos.


… de que las dos terceras partes del país vive en la pobreza, a pesar de las fabulosas ganancias derivadas de la extracción y venta del petróleo.

…de que Gaddafi y su familia tendrían en el exterior unos 32.000 millones de euros, euro más, euro menos.

…de que los ciudadanos libios estaban hartos de la brecha entre su retórica (la de Gaddafi) sobre democracia directa y su manera de conservar el poder con mano de hierro.


… de que Gaddafi no tendría ningún prurito en contratar a mercenarios para hacer frente a cualquier eventual rebelión contra su régimen.


Los libios, únicos artífices de la caída de un régimen dictatorial

El ciudadano común se enteró de esto gracias a la difusión que la prensa internacional está dando a los acontecimientos en Libia.

Pero los países “grandes” como Estados Unidos, Europa, etc, etc. con el aporte de sus costosos servicios de inteligencia obviamente conocían todos estos datos con pelos y señales.

Todos los puntos anunciados eran sabidos por ellos y no cambiaron respecto a la última semana, el último mes o la última década. ¿Por qué entonces, las medidas y sanciones que proponen ahora las Naciones Unidas y otros organismos y gobiernos, no fueron adoptadas mucho antes si la situación era la misma?

Todo responde a lo que en política se llama “adaptación a las nuevas circunstancias”.

Hasta hace no más de una semana, los líderes mundiales hacían fila para tener un encuentro con el coronel. No era para menos; Europa compra a Libia el 90 por ciento de su petróleo y los capitales de la familia Gaddafi tenían mucha incidencia en las finanzas del continente.

Las potencias occidentales hacían su gran negocio con Gaddafi y eso era lo que importaba. Esas potencias le proporcionaron los helicópteros, tanques, misiles y municiones con las que el ahora “tirano” masacra a sus oponentes, y seguirá haciéndolo mientras pueda.

Gaddafi se había granjeado el respeto en Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, España, etc., nada más –ni nada menos- que por las inversiones que hacía en esos países en distintos rubros de sus economías. Ahora que está por caer (si no ha caído ya) es el sátrapa que debe abandonar el poder, como se lo exigen los líderes mundiales, con Barak Obama a la cabeza.

Su “gran amigo”, Il Cavalieri Silvio Berlusconi, lo visitó ocho veces en los últimos dos años, mientras que el coronel Gaddafi levantó cuatro veces sus tiendas de campaña (jaimas) en visitas a Italia.

Ahora la ONU, con la celeridad que la caracteriza para hacer frente a las grandes crisis mundiales, pide una serie de sanciones, embargos, etc. y los “amigos” de Gaddafi, como Il Cavalieri, desaparecieron por arte de magia, dejándolo más solo que la una, porque…..YA NO SE PUEDEN HACER NEGOCIOS CON ÉL.

¿Qué hubiera pasado si Gaddafi hubiese aplastado rápidamente la revuelta popular (totalmente justificada) y siguiese en el control del país y del petróleo libio?
La situación interna libia no habría cambiado pero las penurias del pueblo y la falta de libertades, seguramente no habrían herido las fibras íntimas de los líderes mundiales, tan “tocadas” ahora por la sangrienta represión.

Hace solo una semana, Gaddafi era un ejemplo de inversor civilizado y con el cual podían hacerse muy buenos negocios. ¿Y los derechos humanos, la pobreza del pueblo libio, los presos políticos, la falta de libertades…? Nadie hablaba de eso.

Cuanta razón tenía El Gatopardo: “que todo cambie para que nada cambie”.
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1 comentario:

L. de Guereñu Polán dijo...

No es que nos enteremos de que Gadafi es un tirano 41 años después; es que es AHORA cuando el pueblo libio se ha levantado contra él, y es el momento de aprovechar la ocasión para ayudarle. Otra cosa es la hipocresía en no denunciarle como es debido durante los 41 años.