25 de noviembre de 2011

No amarás a un extraño (Harold Robbins)

Medio siglo después de haber leído esta novela, volví a encontrármela y decidí dedicarle un par de días para satisfacer una curiosidad. Quería ver si ahora me parecía tan buena como aquella primera vez.

Así que me adentré nuevamente en la historia personal de Francis Kane, el nombre verdadero del autor, Harold Robbins, quién, en ésta, su primera novela, describe en primera persona, como fue su infancia y sus comienzos en la Nueva York de principios del siglo pasado.

No sabemos cuánto hay de cierto y cuánto de ficción en este relato que a decir verdad, me interesó pero no me deslumbró, y quedó un poco a la zaga de las expectativas con las que inicié su lectura. Evidentemente, la experiencia de haber frecuentado a otros escritores de mayor envergadura en estos últimos 50 años, ha hecho que considere a este libro como uno más; no es que lo considere malo, pero ahora no me parece demasiado trascendente.  El tiempo modifica muchos conceptos, y éste es un ejemplo. 


Robbins escribió No amarás a un extraño, sobre su infancia en un orfanato y en las calles de Nueva York, para ganar una apuesta de 100 dólares con un directivo de Universal Pictures, y demostrarle que era capaz de elaborar un guión más interesante que lo que se hacía en ese momento en la meca del cine.


La novela fue un gran éxito de ventas y marcó el comienzo de una carrera de escritor de best-sellers, con una tirada global de 750 millones de ejemplares. De los 22 libros con su firma, leí alrededor de 15 (las primeras) y llegó a convertirse en uno de mis autores preferidos de la época; de ahí el interés por leer nuevamente esta novela con tintes autobiográficos. 


De aquella primera lectura de No amarás a un extraño, recuerdo que fue en su versión original, o sea en inglés, y eso es un elemento a favor de este ataque de nostalgia. Leer un libro en el idioma en que fue escrito, es siempre recomendable, cuando ello es posible. Y si no, tenemos las traducciones, que son excelentes en su mayoría. *

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