4 de abril de 2014

Navarra y País Vasco, el paraguas fue el rey (2)

En la nota anterior hablamos de lluvia y más lluvia, pero en el penúltimo día de nuestra excursión se abrió un paréntesis en el que el sol se asomó para regalarnos una mañana luminosa que aprovechamos para la última visita programada antes del regreso. A pocos kilómetros de nuestro hotel en Pamplona se levanta el Palacio Real de Olite en la pequeña población del mismo nombre. En estas notas de viaje contamos siempre lo que vemos, sin elogios excesivos ni exageraciones que nos harían perder credibilidad.



El Palacio Real de Olite (mal llamado Castillo por algunos) justifica la visita más por lo que fue que por lo que se ve actualmente. Hoy las estancias están absolutamente vacías, sin muebles, cortinados, pinturas ni ornamentaciones de oro que abundaban en su época de esplendor.

Los párrafos siguientes han sido redactados en base a textos tomados de un sitio web sobe turismo en Navarra. Nos cuentan algo de su historia y nos vienen de perillas para acompañar nuestras fotografías.



El Palacio Real de Olite, corte de los Reyes navarros hasta la conquista de Navarra y su incorporación a la Corona de Castilla (1512), fue uno de los castillos medievales más lujosos de Europa. Así, un viajero alemán del siglo XV escribió en su diario, que hoy se conserva en el British Museum de Londres: "Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas".

Contemplando su majestuoso perfil y la elegancia de sus caprichosas torres, no resulta difícil trasladarse al medievo e imaginar cómo era la vida cortesana en un palacio que contaba con ricas decoraciones, exóticos jardines e incluso un zoológico. En él se celebraban justas y torneos, juegos de pelota e incluso corridas de toros. Olite rememora aquel pasado, en el que llegó a ser la sede de la Corte en tiempos de Carlos III el Noble, durante sus Fiestas Medievales.



 El Palacio Real de Olite es la prueba del esplendor cortesano que durante la Edad Media vivió la ciudad de Olite , histórica localidad situada en la Zona Media de Navarra, a 42 kilómetros al sur de Pamplona. Declarado Monumento Nacional en el año 1925, ocupa un tercio del casco urbano medieval y está considerado como uno de los conjuntos civiles góticosmás interesantes de Europa.

Emplazado sobre restos de una antigua fortaleza romana, durante los siglos XIII-XIV sufrió diversas transformaciones. Esta parte es la que se conoce como Palacio Viejo y la que actualmente acoge el Parador Nacional de Turismo "Príncipe de Viana". De ese antiguo edificio se conservan los muros exteriores y las torres. En su fachada destacan los ventanales góticos, la puerta principal renacentista y la torre de la Atalaya. Pero su gran desarrollo fue impulsado desde principios del siglo XV por el rey Carlos III el Noble, que para tal fin atrajo a su corte a numerosos maestros peninsulares y europeos.



El Palacio nuevo se edificó en estilo gótico civil francés. Y es que el Rey, nacido en Nantes, procedía de una importante dinastía de la nobleza francesa, cuya influencia le hizo desarrollar su imaginación y buen gusto en el Palacio de Olite, que convirtió en su palacio predilecto. El palacio quedó parcialmente destruido en un pavoroso incendio provocado en 1813 por el general Espoz y Mina para evitar que los franceses, en su retirada, se hiciesen fuertes en el castillo.



Su aspecto actual es fruto de una cuidadosa restauración acometida en 1937 que ha intentado devolverle el aspecto primitivo. Se caracteriza por grandes muros de piedra que describen un perímetro de entrantes y salientes, y torretas circulares con cubiertas de pizarra que se levantan en las esquinas. Un amplio patio da acceso al interior del recinto, que puede visitar acompañado de un guía.  Desde la primera cámara se accede a la Galería del Rey, mientras que la cámara de la Reina comunica con un pequeño patio llamado del "Naranjo" o "jardín de la Reina".



Sobre el núcleo central que alberga las cámaras se alza la silueta de las distintas torres almenadas. La más alta y espectacular es la torre del "Homenaje", mientras que la más caprichosa es la de las "Tres Coronas". Desde la torre de los "Cuatro Vientos" los reyes seguían los torneos.  En la zona más sombría del palacio encontrará el pozo del hielo, cuya tapadera recuerda a una enorme cáscara de huevo. En él se guardaban capas de nieve para conservar los alimentos, de ahí que se conozca como "la nevera".



 Durante su visita no olvide el lujo que rodeaba a este palacio. Contaba con exóticos jardines, algunos suspendidos a casi 20 metros de altura y un pequeño parque zoológico con leonera que se hallaba en los desaparecidos Jardines o Huertos del Rey, al este del actual Palacio. Además sus paredes estaban ricamente decoradas con azulejos, yeserías y techos de madera tallada.



Tras el incendio, sólo permanece la decoración de la conocida como Cámara de los Yesos. En ocasiones especiales, se celebraban justas y torneos, como los organizados durante la boda de la princesa borgoñona Agnes de Clèves y el Príncipe de Viana, hijo de Carlos III, y cuyo título lo ostentan hoy los Príncipes de Asturias.




Callejuela de Olite


Ayuntamiento de Olite 
POSDATA
Uno de los compañeros de viaje es un personaje conocido por todos: el inefable Shrek. Quiso pasar desapercibido poniéndose gafas, pero nosotros, que somos muy listos, lo identificamos enseguida.


(Esta última inclusión esta hecha con afecto y sentido del humor. De ninguna manera intenta ser una falta de respeto para este señor, sumamente correcto y amable).
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1 comentario:

Noemi dijo...

Que bonito lugar, y que suerte que por lo menos un dia pudieron disfrutar el sol, ahora si hasta el proximo paseo ..........