3 de mayo de 2014

Legado en los huesos (Dolores Redondo)

- Libro nro. 256 leído en este blog - 

Género:    Thriller, novela negra  
Año:            2013
Páginas:   560 

Transcurre en:  Valle del Baztán, Navarra
Elegido por:    Autor y para continuar con esta trilogía 

Grupo C
Valoración:  Muy bueno



Cuadro de situación: es el segundo volumen de la Trilogía del Baztán  que comenzó con El guardián invisible y  concluirá con Ofrenda a la tormenta.

Como en materia de gustos cada cual tiene los suyos, he de reiterar que los hechos paranormales, la mitología y las leyendas no es lo que más me apasiona. Pero también reconozco que la escritora donostiarra Dolores Redondo ha ensamblado con notable maestría todos esos elementos, que son imprescindibles en la trama de la novela que transcurre en un escenario que conoce a  la perfección, el Valle del Baztán.

El detalle de las descripciones de esos bosques envueltos en la niebla, húmedos y de abundante vegetación donde las lluvias constantes provocan las crecidas de ríos y cursos de agua, es precisamente uno de los aspectos mejor resueltos; el lector tiene la sensación de hallarse en medio de uno de los repetidos y fuertes aguaceros, cruzando viejos puentes de piedra y chapoteando entre el barro, como lo hacen los personajes en la ficción.  

Como otros escritores han hecho -algunos con marcado éxito- Dolores Redondo se pliega a la moda de las trilogías, tetralogías, etc., para contar una historia que no se agota en un solo volumen ni en dos, aunque estos sean auto resolutivos. Si al lector le ha gustado el primer tomo, continuará con los siguientes, para satisfacción de autores y editoriales. Esto fue lo que ocurrió con El guardián invisible, un verdadero suceso editorial, traducido a las cuatro lenguas oficiales de España y muchas otras en el extranjero. Legado en los huesos no tiene por qué ser menos; su traslado al cine es otro espaldarazo.

Es obvio que en toda trilogía y demás, debe haber un hilo conductor y unos personajes que logren la empatía de los lectores. La protagonista es una mujer, la inspectora de la Policía Foral de Navarra, Amaia Salazar, que no es uno de esos acartonados héroes indestructibles sino una persona creíble que lleva una vida bastante normal que la autora hace fluir naturalmente junto con la investigación que tiene a su cargo.

Así, nos encontramos con que Amaia está en los últimos meses de embarazo y debe acudir al juicio de Jason Medina, acusado de haber asesinado a la hija de su mujer, un caso resuelto por la inspectora junto con su equipo. Medina aparece muerto en su celda y a ese suicidio le seguirán otros con un denominador común: la palabra "Tarttalo" aparece en todos ellos. Ese vocablo pertenece a la mitología vasca como el "basajaun" lo fue en El guardián invisible. Comienza la investigación....

La trama puramente policial se entremezcla con la vida privada de Amaia, quien acaba de ser madre y eso le causa algunas perturbaciones emocionales, principalmente en la relación con su marido. Se vuelve irascible y aquí salen a relucir aspectos siniestros de su infancia mediante flashbacks que nos presentan a su madre con una mente desequilibrada y responsable de un hecho atroz. Amaia tiene pesadillas en las que cree ver a una niña exactamente igual a ella....

En Legado en los huesos, Amaia teme que su dedicación al trabajo no le permita ser buena madre y necesita saber que ocurrió en el pasado, durante su infancia. El comportamiento de su madre, internada en un centro de salud mental, se convierte en una obsesión...

La novela, dividida en 42 capítulos narrados en tercera persona, tiene un final CASI autoconclusivo, ya que queda una puertita abierta para el tercer volumen.
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Escenario de la novela
Sinopsis (tomada del libro)
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la policía foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Con una sola palabra, se destapará una trama sobrecogedora que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.
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Primeras líneas
Itxusuria
Localizó la tumba guiándose por la línea que el agua había dibujado en el suelo al caer desde el alero de la casa. Se arrodilló y de entre sus ropas extrajo una palita de jardín y una piqueta con las que desconchó la superficie compacta de la tierra oscura, que se desprendió en terrones húmedos y esponjosos, destilando un aroma rico como a madera y musgo. Con cuidado, fue eliminando capas de unos pocos centímetros hasta que, mezclados con la tierra, aparecieron jirones ennegrecidos de tela podrida. Excavó con las manos apartando la prenda en la que aún se adivinaba una mantita de cuna que se deshizo al tocarla, descubriendo el paño encerado que envolvía el cuerpo. Apenas se veían restos de la cuerda que lo había atado, dejando sobre el lienzo un dibujo marcado y profundo allí donde lo ciñó. Retiró los residuos del cordel, reducido a pulpa entre sus dedos, y acarició la superficie buscando el borde del lienzo que, aun sin verlo, adivinó con varias vueltas de tela. Hundió los dedos en el extremo del hatillo y rasgó la mortaja, que se abrió como si usase un cuchillo. El bebé yacía enterrado boca abajo como si durmiese acunado en la tierra; los huesos, como el mismo lienzo, aparecían bien conservados aunque teñidos por la tierra oscura del Baztán. Extendió una mano que casi cubrió por entero el cuerpecillo, presionó el tórax contra la tierra y sin resistencia arrancó de cuajo el brazo derecho, que al soltarse quebró la pequeña clavícula con un chasquido suave, como un suspiro que, procedente de la sepultura, lamentase el expolio. Retrocedió, intimidado de pronto, se puso en pie, introdujo los huesos entre sus ropas y dedicó una última mirada a la tumba, antes de empujar con los pies la tierra a su interior.
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La autora


Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969) estudió Derecho y Restauración gastronómica, y durante algunos años se dedicó a los negocios, entre otros, tuvo un restaurante propio. Comenzó escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles. En 2009 publicó su primera novela, Los privilegios del ángel (Eunate Editorial) y en enero de 2013 publicó El guardián invisible, primer volumen de la Trilogía del Baztán. Actualmente vive y escribe en la Ribera Navarra.
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