8 de octubre de 2014

El ojo de la cerradura (Juan José Millás)

Habiendo llegado al libro número 300 leído en este blog, es buen momento para responder a esta pregunta.

¿Que espero de un libro?

- Que me entretenga
- Que me enseñe
- Que me haga reflexionar
*
- Libro nro. 300 leído en este blog  
(Total de leídos en todos los géneros: 2657)

Género:  Testimonial, Periodismo
Año:  2006
Páginas:  137
Valoración:  Excelente



En una de las acostumbradas visitas a la Biblioteca Pública descubrí algo interesante: a continuación de las estanterías dónde están las novelas, hay otras en las que no me había fijado hasta hoy y que albergan una importante cantidad de libros bajo el cartel de NARRATIVA. En ese sector no hay novelas pero sí textos de novelistas consagrados, como Paul Auster por ejemplo. Hay libros de poesía, obras completas de grandes nombres de la literatura (Jorge Luis Borges agrupado en seis gruesos tomos), textos de Ryszard Kapuscinski, etc., etc.

No tenía pensado llevarme nada pero como siempre ocurre, caí en la tentación. Ocurrió al ver este pequeño libro de tapa dura y apenas 137 páginas, que es una recopilación de artículos redactados por el lúcido escritor valenciano Juan José Millás, una de las plumas necesarias para arrojar un poco de luz sobre el mundo que nos rodea.  Estas notas agrupadas fueron publicadas durante un tiempo en la revista dominical del diario EL PAIS.

En esas columnas semanales el lector veía una fotografía sin un tema específico; podía ser tanto de  personajes conocidos como de seres anónimos, pero siempre eran la imagen de un momento, del  instante preciso de un acontecimiento, como le gustaba calificar sus obras al célebre Henri Cartier-Bresson. A continuación de la foto, Juan José Millás la comentaba, pero no hablando de la técnica fotográfica sino expresando los pensamientos que esa imagen le inspiraba. Son textos de gran calidad literaria, pero fundamentalmente humanos y esclarecedores que invitan a la reflexión y también a dibujar una sonrisa de acuerdo al tenor de sus comentarios.

Una parte de esos artículos con su correspondientes fotografías es lo que recoge El ojo de la cerradura (el segundo de tres volúmenes).

Siguen  a continuación extractos de uno de esos textos, precedidos por la fotografía que los inspira.


LO QUE DURA UN SEGUNDO
La mujer de la foto tiene las manos atadas a la espalda y una soga al cuello. La van a ejecutar. El verdugo es seguramente el individuo al que vemos de perfil, con una pistola al cinto. La mujer se arrodillará e inclinará la cabeza, de forma que su melena se abra como una cortina para ofrecer al nuca al arma. Dada la escasa envergadura de la víctima y la proximidad del cañón, la chica caerá al suelo como un pájaro abatido con un tirachinas. La sangre formará coágulos que se adherirán a sus cabellos. Tras certificar la defunción, los policías conducirán el cadáver a una estancia cercana, donde el forense le hará la autopsia para cerciorarse de las causas de la muerte. Tras ese trámite administrativo, le robarán burocráticamente los órganos, que llegarán frescos al mercado negro, donde un hígado vale un riñón y un riñón cuesta un ojo de la cara.
   Todo ha durado menos de lo que hemos tardado en escribir el párrafo anterior. Las cosas duran lo que duran, pero si hubiésemos vivido esos minutos desde la cabeza de la mujer ejecutada, el tiempo se habría dilatado de tal forma que en cada segundo habrían cabido siete vidas. La cámara lenta, en el cine, reproduce literalmente la percepción del tiempo en las situaciones de estrés.
   ......
   Sorprende lo bien arreglada que se ha presentado la mujer ante sus verdugos. No hay un solo detalle de desaseo. Lleva, como ven, la chaqueta abrochada hasta arriba y da la impresión de haberse peinado antes de abandonar la celda. Hasta la soga que rodea su cuello podría parecer, en un primer instante, una gargantilla. No sabemos si es por la tarde o por la mañana; si lunes o miércoles; si la mujer tenía hijos o padres. No sabemos ni como se llamaba ni por qué fue ejecutada, dando por supuesto que las ejecuciones tengan un porqué. Pero si observamos la foto detalle a detalle, dejándonos invadir por el desasosiego que produce la contemplación del horror al microscopio, comprobaremos que los segundos durante los que fue obtenida no han dejado, inexplicablemente, de durar. Aún podemos escuchar el clic de la máquina como si fuéramos los autores de la instantánea. Y el clic de la pistola como si la estuviéramos amartillando. En cuanto a ese ruido que acaba de retumbar en su cabeza de usted, era el del disparo. 
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Otras reflexiones

"Si en el primer mundo lloramos al despedir a los hijos que se van a Irlanda a estudiar inglés, cómo controlar la emoción cuando los abandonas sobre una patera sin pasaporte, sin dinero, sin comida, probablemente sin esperanza"
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"El mundo empresarial tiene una curiosa vocación ventrílocua. Su sueño es expresarse a través de los gobiernos legítima o ilegítimamente constituidos"
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El autor 
Juan José Millás (Valencia, 1946). Escritor y periodista, es licenciado en Filosofía y Letras.









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