22 de julio de 2015

Leo, pienso, digo


La lectura de los periódicos a veces nos inspira alguna reflexión, como se observa en los "sesudos" párrafos que siguen. Esta fotografía de la NASA tuvo mucho que ver.

Todos coincidiremos en que la Tierra es un planeta maravilloso; el problema somos algunos especímenes que lo habitamos.

¿Quién no se llena de regocijo y alimenta su espíritu cuando observa la inmensidad de los océanos, la majestuosidad de las montañas, los deslumbrantes colores de peces y flores en su hábitat natural? Ríos y arroyuelos con sus aguas cristalinas, vastas llanuras, impenetrables selvas, caprichosas formaciones geológicas, etc., no pueden provocarnos más que admiración y asombro.

¿Y las criaturas diseminadas en nuestro diminuto planeta, uno de los miles que giran en un universo sin fin? Cientos de miles (millones tal vez) de especies, muchas de las cuales ni siquiera son conocidas, luchamos por sobrevivir y salvarnos de la extinción. Unos lo hacen meramente por instinto y otros con plena conciencia; me refiero obviamente al único ser con capacidad de pensar y razonar.

El hombre (genéricamente hablando), que de él se trata, tiene mil facetas, algunas admirables y otras deleznables. ¿Cómo no reconocerle sus monumentales obras arquitectónicas, los avances científicos y las imprescindibles manifestaciones del arte, como la pintura, la música, la literatura? Si todo fuera sólo eso, la vida, ¿sería mejor? Posiblemente sí. Pero está la otra cara de la moneda: guerras, ansias de conquista, esclavitud, desigual reparto de las riquezas, ambición de poder, la ley del más fuerte, fanatismo religioso, intolerancia, y tantas otras calamidades inherentes -también- al ser humano.

A lo largo de los siglos parece que mucho no se avanzó en la utopía de que desapaezcan todos o parte de esos aspectos negativos, así que estamos condenados a convivir con ellos. ¿Por qué esto es así? Que lo expliquen los filósofos, que tienen respuesta para todo. Mi condición de simple mortal con sus limitaciones, no me permite avanzar; sólo puedo lamentar que las mentes preclaras no encuentren la fórmula para poner fin a tanta destrucción masiva, como por ejemplo el calentamiento global, y esto engancha con otra de las noticias leídas.

Un Papa diferente

Francisco es un Papa que se salió del libreto, por lo menos del que han seguido muchos de los Pontífices que lo precedieron. El calentamiento global es algo que nos atañe a todos, pero Francisco tomó la voz cantante ante la inercia de los gobiernos, como si ellos no fueran a desaparecer también si no enfrentan con decisión el problema del cambio climático, ese fenómeno que estamos viviendo con aumento de las temperaturas y el probable derretimiento de los polos en un futuro quizás no tan remoto.

Anticipándose a la Cumbre sobre el clima que la ONU ha programado para fines de año, el Papa alertó sobre el fenómeno climático, y está muy bien que lo haya hecho, dejando de lado la retórica vacía sobre el Cielo para referirse "más bien al infierno en la tierra". Estoy citando un fragmento de un artículo periodístico sobre la reunión que Francisco mantuvo con alcaldes de 60 grandes ciudades a los que pidió su colaboración para enfrentar la amenaza. Bien por Francisco
- JT
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