En un lugar de España de cuyo nombre no quisiera ni acordarme y en el que con seguridad jamás pondré un pie, se “celebra” anualmente una fiesta con trasfondo religioso que consiste en atravesar con lanzas hasta matarlo, a un pobre toro, el convidado de piedra que es utilizado como pretexto para exhibir lo más brutal y repugnante de la condición humana.
Y esta “celebración” se realiza en homenaje a la Virgen de la Peña con el apoyo y regulación del Ayuntamiento de una ciudad de un país que se jacta de estar entre los más avanzados del mundo. Es una tradición que data del medioevo y para algunos es una expresión cultural. Evidentemente, con gente que piensa así, el mundo está podrido.
Pero una precisión necesaria. No es que un país haga esto o lo otro, sino que son seres llamados humanos que no deben ser tomados como la imagen de un país. Son los menos, porque la mayoría de los españoles, si nos atenemos a las estadísticas, está en contra de estas prácticas brutales.
Inclusive, las organizaciones de defensa de los animales constituyen el lado opuesto de estos grupos de ciudadanos que disfrutan torturando a un animal, en este caso el toro. En otras “festividades” se martiriza a otras especies, como perros, cabras y gansos. Todo en pro de la tradición. Que asco!
Para escribir estas líneas he debido interiorizarme, pero lo he hecho con repugnancia y no me extenderé aquí en detalles sobre estas “fiestas” tradicionales.
Además del hecho en sí mismo, me indigna la tibieza con que algunos medios critican –es loable que lo hagan- estas expresiones de cultura popular, como le llaman algunos.
¿Cómo las autoridades de una ciudad pueden permitirlo?
¿Cómo las autoridades provinciales pueden permitirlo?
¿Cómo el gobierno de un país puede permitir estas prácticas aberrantes?
¿Cómo las autoridades religiosas aceptan impertérritas que la Virgen sea homenajeada de esta manera?
Otras personas con mayor capacidad intelectual podrán decir lo suyo. Lo único que pretendo es dejar constancia de mi indignación y vergüenza. Es un grano de arena en defensa de los animales, y si al menos UNA persona que ha leído esto se siente “tocado”, habrá valido la pena.
Con respecto al lugar, sólo diré que si alguna vez se encuentra en la ruta con el cartel “Bienvenido a Tordesillas”, siga de largo.
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5 comentarios:
Vi las imagenes por la tele como cada año y la verdad es que agarraria las lanzas y atravesaria una a una a todas esas personas!!!!!
Y encima dicen que el toro no sufre con esto, por dios, basta con ver las imagenes que lo dien todo.
Yo tampoco ire nunca en mi vida a ese pueblo!!!
Ojala algun dia alguien haga algo para parar esto y si es necesario que en los festejos de algun año el toro se revire y mate a 20-30 personas, apoyare a ese toro!!!!
Que el toro no mate a nadie, pero que tampoco lo maten a él y encima torturándolo. Tampoco estaría mal que a alguno le clavasen alguna de esas coloridas banderillas, a ver como le sienta. Gracias por el comment.
Amén... Y además los toreros que desde muy chiquitos entrenan para ello, conservándose lo más esqueléticos posible para que les entre el "traje de luces".
A josé: El hecho de haber vivido en otro país, y de haber viajado tanto como periodista creo que te hacen tomar distancias de ciertas costumbres originarias, lo cual es una ventaja de ver objetivamente los hechos. Me alegro que los reflejes en tú blog. Amén
A flaco: yo valoro a las personas, no a las banderas bajo las que se cobijan. Las cosas malas no se solucionan barriéndolas debajo de la alfombra. Gcs también a Marta y abzos.
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