Un niño acaba de ser rescatado por un bombero llegado desde otro país.
José Trepat
Haití ya no existe, dice el titular del diario EL PAIS. Pero los sobrevivientes de su tremenda tragedia SI que siguen existiendo y lo que necesitan HOY, AHORA es que alguien ponga ORDEN para canalizar la masiva ayuda humanitaria que tanto demora en llegar a los necesitados; en estos casos un minuto es un siglo.
Haití necesita la “invasión” de un ejército de las Naciones Unidas bajo un mando único, centralizado. Que toda la preparación de los militares para matar y destruir, sirva ahora para salvar y construir.
Los esfuerzos y acciones individuales o de algún grupo, tan loables como para llegar a conmover, son apenas parches en una manta raída y llena de agujeros.
Los medios de comunicación bombardean al mundo con interminables andanadas de fotografías, videos y relatos, como para que nadie pueda decir que no sabe lo que ocurre en Haití. Un damnificado llegó a decir que “gracias al terremoto de un minuto, el mundo conoce ahora a Haití". “Gracias” al terremoto y al poder de los medios.
Justo es reconocerlo, la reacción inicial ha sido rápida y efectiva, por lo menos en lo que se refiere a la necesidad de dinero, que se esgrimía como un factor esencial para paliar tanto sufrimiento. Otra cosa es el tiempo que demora ese dinero en llegar a los necesitados.
Desde los depósitos más modestos por parte de seres anónimos sin rostro y sin nombre hasta los aportes personalizados de figuras de renombre mundial como, por ejemplo, los tres millones de dólares donados por el golfista Tiger Woods, el mundo en general ha respondido a este llamado.
Se dirá que las personalidades del espectáculo y el deporte se promocionan con estos gestos. Que se promocionen! Qué importa?! Lo importante es que se desprendan de algo de lo que la sociedad les permite ganar. Claro que impacta más la foto de un bombero con rostro sudoroso y manos embarradas sacando a un niño de un pozo. Ver la mirada asombrada de ese niño inocente que nada sabe de movimiento de placas teutónicas ni castigos de la naturaleza, debe ser para los equipos de rescate el mejor de los premios.
Pero los gestos de las figuras mediáticas tienen valor. Sirven de ejemplo para otros que todavía no han decidido “sacrificar” parte de sus ganancias para hacer su contribución.
Me viene a la mente el terremoto de 1975 en Ciudad de México cuando el tenor Plácido Domingo, con la camisa arremangada y manos desnudas ayudaba a remover escombros en busca de víctimas. En ese momento era un ser humano común y corriente, igual que otros tantos miles que no sabemos sus nombres y merecen el mismo reconocimiento.
Todos podemos comprender lo que habrá sido ese terrible minuto que bastó para dejar convertida en polvo a toda una ciudad y causar tantos miles de muertos y mutilados. En lo personal, una muy breve anécdota. Estaba alojado en el piso 40 de un hotel en Ciudad de México. Tendido en la cama ví de pronto como la lámpara del techo comenzó a oscilar.
Fueron apenas diez segundos. Con un sudor frío en las manos y ojos desmesuradamente abiertos solo atiné a llamar a recepción. “No se preocupe señor, ha sido un terremoto. El hotel es anti sismos”, fue la respuesta. No había pasado NADA, pero en las noches siguientes me costaba dormirme.
Si comparo ese NADA con la pavorosa destrucción de Puerto Príncipe, además de sentir vergüenza, entiendo el terror que sus habitantes deben haber vivido en esos 60 segundos, y las penurias que tendrán que enfrentar los sobrevivientes.
Seguramente dinero no faltará para reconstruir Puerto Príncipe, pero quién lo administra? Ese es el dilema. Lo más probable es que se vaya esfumando de a poco. Por eso la necesidad de un poder central incorruptible.
Las imágenes y las crónicas describen perfectamente la tragedia. Esa es su misión y la están cumpliendo. Ahora les corresponde a los organismos internacionales hacer su trabajo. Y al mismo tiempo que reconstruyen Puerto Príncipe podrían designar comisiones que estudien la manera de acudir en ayuda de otros puntos del Globo en los que las necesidades son parecidas.
Pero lo más probable es que aparezcan en los medios sólo cuando algún terremoto, o tsunami u otras catástrofes, los conviertan en NOTICIA. Mientras tanto, la Tierra sigue girando y nosotros con ella.
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4 comentarios:
es verdad, lamentablemente se ayuda a estos paises cuando pasan cosas asi. Ojala toda la ayuda que se mando llegue a los mas necesitados y que no se quede nada por el camino.
En una semana nos olvidaremos de esto y esta gente necesita ayuda durante un muy largo tiempo, asique espero que la prensa siga haciendo campañas para recaudar fondos.
Me parece indignante que todavia a estas alturas, domingo, no haya organizado la distribucion de la ayuda, asi como la organizacion a los heridos.
Pienso que los que mas pueden hacer, EEUU y la ONU,ya tendrian que tener este temas solucionado y que estuvieran organizados diferentes grupos por paises, ongs o como se quiera, pero de una forma eficaz ya la ayuda.Y sin embargo la noticia sigue siendo la desorganizacion.
Si no son capaces de hacerlo los que supuestamente son profesionales como el ejercito o Naciones Unidas, yo realmente me siento muy triste y deprimida.
Por favor, que todo el mundo proteste, hay que conseguir que sean eficaces,ante situaciones de este tipo.
Sobran los politicos que vayan a hacer declaraciones a Haiti.Se necesitan hechos y no palabrasl
A Fer y María T.: En un todo de acuerdo con lo que ambos expresan. Gracias por los coms.
A TODOS:Cuando José tituló Haití y el escepticismo pensé para mí que no era necesario hacer ni escribir ninguna nota ya que la misma estaba implícita en el mismo, porquè:porque soy mal pensado se que todo es para la foto(Clinton haciendo pasamanos de botellitas de agua mineral) y el dolor humano no cuenta. Por ej:Francia le protestò a E.U. por mandar tropas y hacer una ocupaciòn militar de Haitì. Justamente Francia que como dije en el comentario de la nota anterior si devolviera todo lo que ROBÓ a los haitianos, estos no serìan el paìs màs pobre de Amèrica. Que hubiera pasado si esta catàstrofe hubiera sido en Suiza, Montecarlo, las Bahamas, las islas Caimàn o algùn otro paraìso fiscal de los tantos que hay en el mundo, seguro que todos los poderosos y las corporaciones pondrìan el grito en el cielo si no se ayudaba inmediatamente. Insisto HAITÍ Y EL ESCEPTICISMO es el tìtulo que resume la tragedia. Amèn
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