- Libro nro. 243 leído en este blog -
Género: Novela, policial
Año: 2011
Páginas: 185
Transcurre en: La Habana, Cuba
Epoca: Actual
Elegido por: Autor
Valoración: Bueno
Mientras esperaba el aviso de la Biblioteca sobre la disponibilidad de dos libros de Leonardo Padura de los que me hablaron maravillas (El hombre que amaba a los perros y Herejes), me "deglutí" en un día esta "noveleta" del escritor cubano. En estos momentos ya tengo en mis manos El hombre que..., cuya sinopsis de contratapa me suena muy prometedora.
Califiqué de "noveleta" a La cola de la serpiente, porque así es como la ha definido el propio autor al final del libro. Me pareció una obra amena si gusta el estilo de Padura, pero el caso policial que plantea es un tanto endeble y predecible, o sea que en mi opinión no agrega mucho a su curriculum. Su personaje estrella, el policía Mario Conde, ya en vías de retiro definitivo, acepta el encargo de investigar la misteriosa muerte de un chino, y en su transcurso lleva al lector a internarse en la historia del Barrio Chino cubano, incluyendo la descripción de ritos y costumbres que a unos podrá interesar y a otros no tanto.
Pasamos página y ahora sí, al ataque de El hombre que amaba a los perros, un volumen respetable de casi 600 páginas.
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Sinopsis (contratapa del libro)
Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado, junto con su perro, con un dedo cortado y un círculo y dos flechas grabados con una navaja en el pecho. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a su cabeza.
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Primeras líneas
Desde que tuvo uso de razón y aprendió algunas pocas cosas de la vida, para Mario Conde un chino siempre había sido lo que debía ser un chino: un prójimo de ojos rasgados, con esa piel resistente a las adversidades y de engañoso color hepático. Un hombre transportado por los avatares de la vida desde un sitio tan mítico como lejano, un lugar impreciso entre la realidad de apacibles ríos y montañas inexpugnables de cumbres nevadas, perdidas en el cielo; una tierra fértil en leyendas de dragones, mandarines sabios y filósofos enrevesados aunque útiles para casi todo.
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El autor
Leonardo Padura (La Habana, 1955) trabajó como guionista, periodista y crítico, hasta lograr el reconocimiento internacional con la serie de novelas policíacas protagonizadas por el detective Mario Conde: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente, traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón 1995, el Hammett 1997, 1998 y 2005, el Premio de las Islas 2000 y el Brigada 21. También ha escrito La novela de mi vida y El hombre que amaba a los perros, una trepidante reconstrucción de las vidas de Trotsky y Ramón Mercader, traducida a diez idiomas, vendidos sus derechos al cine y merecedora del Premio de la Crítica en Cuba, el Francesco Gelmi di Caporiacco 2010 y, en 2011, el Premio Carbet del Caribe, el Prix Initiales y el Prix Roger Caillois. En 2012 Padura recibió el Premio Nacional de Literatura de Cuba. Herejes, una absorbente novela sobre un cuadro de Rembrandt y una saga judía que llega a nuestros días, confirma al autor como uno de los narradores más ambiciosos e internacionales en lengua española.
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