José Trepat
Dicen que Gran Torino es la última película de Clint Eastwood, por lo menos como actor. El título de esta nota puede parecer peyorativo e insultante, pero la intención no es ésa, sino darle un pequeño toque de humor. La prolífica carrera del ahora veterano Eastwood en el mundo del celuloide ciertamente merece todo nuestro respeto y admiración.
Quienes gustamos de las películas de cowboys, vaqueros o del oeste, tenemos a Clint como figura emblemática y uno de los ejemplos para imitar. Pero los que acompañamos como espectadores su larga trayectoria desde aquel Jinete Pálido joven y viril, hasta llegar al casi “fosilizado” intérprete de Gran Torino, tenemos que decir “Basta Clint, ya has hecho bastante, dedícate a dirigir que lo haces muy bien”.
Las críticas no escatiman elogios para Gran Torino pero creo que son desmedidas –todo es opinable, y aquí ejerzo mi derecho-. Es más de lo mismo de algo muy trillado en el cine norteamericano: el hosco y huraño veterano de guerra que vive sólo, se enfrenta a la consabida pandilla de malos del barrio y al final se inmola por una causa justa, es algo que ha sido visto muchas veces y no aporta mucho más.
Eastwood sobrelleva con la mayor dignidad posible el peso de los años y en esta película, que también dirigió, pareciera que intenta despedirse con un personaje que se encuadra perfectamente en el modelo que ha jalonado su vida como actor: un tipo duro, taciturno y defensor de las causas nobles. En una época no muy lejana fue considerado el prototipo ideal del hombre norteamericano.
En Gran Torino apenas se le entiende cuando habla. ¿Será una actuación o es así en la vida real? No lo sé.
Ahora que se halla casi en el final de su carrera es justo reconocer todo lo que aportó al cine desde la recordada trilogía “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el malo y el feo”, dirigidas por Sergio Leone entre 1964 y 1966, hasta que comenzó a destacarse, y mucho, también como director.
En su doble faceta delante y detrás de las cámaras, un Eastwood ya sexagenario, produjo una de las películas más bellas que jamás se han filmado. Quién no ha visto aún “Los puentes de Madison” se ha perdido una obra maestra, aunque esta calificación suene un tanto presuntuosa.
En esa película que gira prácticamente alrededor de sólo dos personajes, Clint, secundado por la magnífica Meryl Streep, ofrece una verdadera lección de lenguaje cinematográfico al narrar la relación que es establece entre un hombre y una mujer que buscan escapar de su soledad interior.
Las escenas de Meryl Streep sonriendo de felicidad juvenil y las lágrimas de Eastwood bajo la lluvia son escenas inolvidables. Es para verla más de una vez.
Mucho antes de Los puentes de Madison, un personaje hecho a la medida para el “duro” Eastwood ocupó las pantallas y dejó huellas en el cine de acción. Todo comenzó con “Harry el sucio” un policía que tenía una manera particular de enfrentar a los delincuentes, fue la primera de una serie cuyas secuelas no alcanzaron el nivel de la primera.
El papel de Harry Callaghan con su inseparable Mágnum 44 lo asumió Eastwood después de que fuera rechazado por John Wayne, Paul Newman y Steve McQueen.
Mucho antes de Los puentes de Madison, un personaje hecho a la medida para el “duro” Eastwood ocupó las pantallas y dejó huellas en el cine de acción. Todo comenzó con “Harry el sucio” un policía que tenía una manera particular de enfrentar a los delincuentes, fue la primera de una serie cuyas secuelas no alcanzaron el nivel de la primera.
El papel de Harry Callaghan con su inseparable Mágnum 44 lo asumió Eastwood después de que fuera rechazado por John Wayne, Paul Newman y Steve McQueen.
En el año 1992, tres antes de Los puentes… Clint se atrevió a demistificar las películas del oeste, el género que lo lanzó a la fama en los comienzos de su carrera.
Con “Sin perdón” o “Los imperdonables”, presenta a los otrora rudos e invencibles vaqueros como hombres “normales” con sus virtudes y defectos, algunos hasta pusilánimes.
Clint Eastwood tiene en su haber como actor y director otras muchas buenas películas, pero estos párrafos han sido sólo para despuntar el vicio en una mañana de viernes, mientras nos reponemos de una molesta lumbalgia.
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5 comentarios:
A José:Dos opiniones: la primera es que considero a LOS PUENTES DE MADISON como la mejor película de todos los tiempos, ya que la actuación de ambos es inigualable.Hay dos escenas que me gustaron mucho y fueron cuando ella está en la ventana de la cocina y la misma tiene un alambre tejido y sobre el cual hay moscas y la segunda cuando está lloviendo y él coloca la luz de giro y ella toma la manija para poder abrir la puerta de la camioneta y desiste.
La segunda opinión es que creo que te ves reflejado en el personaje (ojo no en la historia).Besos.Amén
¿Qué sería de este humilde blog sin los aportes del "flaco" solidario?. Coincido en que la peli es una de las mejores de la historia. Decir "la mejor" podría ir en desmedro de otras que también están a gran altura, pero como todo es subjetivo, tu calificación es válida y muchos estarán de acuerdo. Gracias por opinar. Amén.
Leída. Argentina.
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Leido, Spain
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