Mostrando entradas con la etiqueta Bilderberg. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bilderberg. Mostrar todas las entradas

7 de junio de 2010

Bilderberg - Dossier




La verdad es que esta vez estaba ilusionado con la cobertura que la prensa internacional iba a otorgar al encuentro de las grandes luminarias de la realeza, la economía, la política, etc. etc que integran el hasta no hace mucho secreto y misterioso Club Bilderberg.

Ya no es misterioso ni secreto, a menos que esos adjetivos se apliquen al hermetismo en torno a los temas específicos que se discuten. No obstante, poco espacio y palabras le dedicó la prensa española, y nada de nada los grandes medios internacionales.

Se puede argumentar que se trata de una reunión privada, y de hecho lo es, pero los desplazamientos y movimientos de un centenar de las personalidades mundiales siempre es noticia, ya sea para la prensa política, social, amarilla, rosa o de cualquier otro color.

Muchos acuden a estas reuniones de incógnito y como menos se sepa mejor. No quieren quedar expuestos al escrutinio público, aunque algunos optan por da la cara, como lo ha hecho Bill Gates, el creador de Microsoft, quién se despachó a gusto sobre la economía española.

Y hablando de España, el presidente del gobienro, José Luis Rodríguez Zapatero, habría ido a defender la economía española. El condicional se debe a que no he visto ninguna información oficial al respecto -tal vez la hubo. El presidente tiene la obligación de informar a los ciudadanos adonde va y de donde viene, cuando lo hace en representación de su cargo.

Y la reina Sofía? fue o no fue? La Casa Real no ha dicho nada. Este manto de silencio se extiende al resto de los participantes, y si estos no quieren hablar del tema, ahí está la prensa para informar, y también el periodismo de investigación para hurgar un poco en lo que hacen estos personajes, ya que se les atribuye el poder de decidir el futuro de la humanidad, nada menos.

Es cierto que algunos diarios informaron sobre este encuentro en un hotel de Sitges, cerca de Barcelona, pero lo hicieron con cuentagotas. No leí a ningún columnista de renombre pronunciarse. ¿No será que le estamos dando demasiada importancia a lo que un periodista definió como una "reunión de viejos?". Si es solo eso -poco probable- que hagan todas las reuniones que quieran pero que no se destine dinero público para armar un gran aparato de seguridad con más de 200 policías asignados durante los cuatro días que duró el evento.

En fin, a pesar de que el velo ya no es tan espeso, esta citas anuales siguen siendo un tanto misteriosas y merecen que los medios se involucren un poco más.

Para quien esté interesado en conocer parte de lo ocurrido en Sitges este blog ha preparado un dossier con las piezas de información que se han publicado. Muy poco dada la importancia de los participantes.

Para acceder al dossier, pinchar aquí.

3 de junio de 2010

El jardinero fiel y el Club Bilderberg



José Trepat

Anoche, gracias a un regalo de la edición dominical del diario EL PAIS, vimos una gran película, no tanto por los valores cinematográficos que pueda tener, sino por la información que brinda y el mensaje que transmite.

Basada en la novela homónima de John Le Carré, El jardinero fiel es esa clase de películas-denuncia que facilita a quienes no son muy afectos a leer diarios y revistas, el acceso a una realidad estremecedora, como es el hambre y las enfermedades en el continente africano.

Sin haber leído el libro del gran escritor británico, se me ocurre, después de haber visto le película, que ésta es una adaptación más que decorosa de ese tipo de novelas que tanto ayudan a conocer más a fondo el mundo del que somos parte, algunas veces con preocupación y otras muchas con indiferencia.

Es sabido que las grandes corporaciones procuran saquear Africa apoderándose de sus recursos naturales dando muy poco a cambio, y también saquear las vidas de sus empobrecidos habitantes que, como si no fuera suficiente con matarlos de hambre, los han convertido en conejillos de indias para las grandes empresas farmacéuticas ávidas de dinero sin que importen los medios para conseguirlos.

Los directivos de los grandes laboratorios farmacéuticos, muchos con sede en la civilizada Suiza, deberían tener en sus escritorios o en las paredes de sus oficinas, fotografías de los seres humanos que hacen posible la elaboración de esos fármacos para “beneficio de la humanidad”.

Niños con enormes cabezas y vientres abultados sostenidos por piernas raquíticas, ojos abiertos sin que puedan evitar que las moscas depositen en ellos sus larvas infecciosas, pies gangrenados y desesperación por alcanzar algún resto de comida que algunas esforzadas organizaciones humanitarias les hacen llegar.

En la película, el protagonista (Ralph Finney) pregunta a un funcionario por qué suministran a los nativos medicamentos caducados u otros en fase de experimentación que habrán de causarles la muerte?
“Si igual se van a morir pronto (de hambre); qué más da?, fue la respuesta.


Un aplauso de agradecimiento para escritores como John Le Carré y Henning Mankell, por citar solo dos, quienes además de urdir una trama para sus novelas, aprovechan su oficio para denunciar las injusticias y señalar a los responsables. Y vaya también un elogio para películas como El jardinero fiel que se hacen eco de esas denuncias y las llevan al gran público.

Pero quedémonos tranquilos. A partir de hoy y hasta el sábado se reune en Sitges (España) el Club Bilderberg, cuyas actividades, casi secretas y bastante misteriosas desde el primer encuentro anual en 1954, ahora ya no pasan tan desapercibidas gracias a la tecnología y a Internet.

Grandes empresarios, reyes, presidentes, banqueros, políticos, todos influyentes apóstoles de la virtud, se dan cita cada año en un sitio diferente y se abocan a un análisis de la situación mundial. ¿Solo eso? ¿No toman decisiones? Que interesante sería conocerlas.


Estamos seguros de que en la agenda estará el problema del hambre en Africa y el exterminio de sus habitantes por parte de los laboratorios farmacéuticos.

Lo que no sabemos es si el tema se debatirá antes o después de alguna de las opíparas sesiones gastronómicas de estos benefactores de la humanidad. Cuidémoslos! Que no se descompensen por falta de comida.



*

14 de mayo de 2010

¿Por qué tanto secreto?



José Trepat



Un par de días atrás, frente a un kiosco de revistas, me topé con la portada de la revista española de actualidad, Tiempo, en la que se veían las fotos de varias personalidades de la política, la realeza y la economía, con un denominador común: iban a encontrarse en otra de las reuniones anuales del “misterioso” club Bilderberg.

Desde hace años, este grupo privado, “pero no secreto” ejerce sobre mí una fascinación especial por el halo de misterio que rodea sus actividades, las que a poco que uno trate de averiguar en que consisten, descubre que la razón de sus existencia parece ser la de intentar manipular y conducir los destinos de la humanidad, nada menos.

Loable propósito si sus intenciones fuesen buenas, pero como saberlo si sus participantes no lo dicen, y ni siquiera admiten que han asistido o asistirán a esas reuniones que ni siquiera son reflejadas por los principales medios de información mundiales. Y no es porque no tengan conocimiento de las mismas.

En la era de la información, dónde uno se entera de lo que hace o deja de hacer hasta el más insignificante personaje público, me resulta sumamente llamativa esta especie de confabulación periodística para retacear de manera tan evidente la cobertura de este acontecimiento anual que viene reiterándose desde que el Club Bilderberg fue creado en 1954 por iniciativa de Joseph Ratinger y el príncipe Bernardo de Holanda, con el propósito de fomentar el entendimiento entre Europa y los Estados Unidos.

Recordemos que Ratinger es el fundador del Movimiento Europeo, que más tarde desencadenó en la formación de la Unión Europea.

Es evidente que razones muy poderosas habrá para que los diarios españoles no se hagan eco, por ejemplo, de que nada menos que la reina Sofía habrá de asistir a tal o cual reunión del Grupo Bilderberg. Puede admitirse que al no tener información oficial, los medios prefieran no especular sobre la agenda de la soberana. (Siempre hay filtraciones y la prensa se entera de lo que quiere).

En este caso tomado como ejemplo, evidentemente no quiere enterarse, y lo mismo ocurre con otros políticos y economistas que suelen asistir a esos cónclaves. Algo similar ocurre con los medios informativos de los otros países de los que parten las aproximadamente 150 personalidades de renombre que se dan cita cada año en distintas ciudades del mundo.

También es llamativo que periodistas de prestigio decidan evitar en sus columnas de opinión este acontecimiento que no parece una cosa menor, si tenemos en cuenta que de esas reuniones secretas salen, entre otras cosas, los nombres de los candidatos a presidente que los ciudadanos votarán luego candidamente. Bill Clinton admitió haber asistido en 1991 a una de los encuentros, un año antes de ser elegido presidente, y el nombre de Barak Obama surgió en la reunión de los Bilderbergs de 2008 en Virginia, según la nota de la revista Tiempo, una de las excepciones en cuanto a medios. Seguramente habrá otras.


Según el Baron Healy, ex Secretario de Defensa de Gran Bretaña y miembro por 20 años de los Bilderberg, el grupo se formo para evitar la constante y absurda lucha entre los diversos potentados: "Decir que estáabamos en búsqueda de un gobierno mundial es exagerado, pero no totalmente equivocado. Aquellos de nosotros en Bilderberg sentíamos que no podíamos seguir peleándonos por nada. Así que creímos que formar una única comunidad a lo largo del mundo era una buena idea".


Esta explicación, consignada en la nota de Tiempo, es una de las pocas que se han podido recoger y ayuda a entender un poco más cual es el propósito de sus miembros, pero no es suficiente dada la profusión de diarios y revistas que hay en el mundo.



¿Por qué realizar estos encuentros en secreto si a la postre quienes quieran enterarse se enterarán? ¿Será por qué algunos o muchos de los participantes no gozan de la simpatía popular, como por ejemplo el genocida de Vietnam Henry Kissinger, cerebro también de muchos golpes militares en América latina? ¿O por qué otros nombres incluyen a los Rockfeller o los Rothschild, de quienes no se espera que sus decisiones favorezcan a los empobrecidos de este mundo?

Mi interés por saber algo más del Club Bilderberg (nombre del hotel en el que se decidió su creación) aumentó después de haber leído hace algunos años el libro del periodista y escritor Daniel Estulin, al que en ese momento consideré un tanto fantasioso y oportunista.

Con el tiempo mi opinión fue cambiando hasta que en la actualidad, con la ayuda de Internet, sus actividades son cada vez conocidas y están más al alcance de todos. Al mismo tiempo queda en evidencia la extraña falta de información por parte de los diarios. Como suele decir el periodista argentino Samuel Gelblung: “esto es muy raro”.

El Club o Grupo Bilderberg tiene previsto su próximo encuentro entre el 3 y el 6 de junio en la localidad española de Sitges, cerca de Barcelona. Estaré atento en los días previos y posteriores, para ver si los medios españoles se enteran de su existencia.



Por ahora, la revista Tiempo es una de las excepciones.

La noticia es que 150 personas pretenden crear un nuevo orden mundial, o debería llamarse una dictadura mundial para 6.000 millones de congéneres?




*