10 de marzo de 2014

Las reputaciones (Juan Gabriel Vásquez)

- Libro nro. 246 leído en este blog -

Género:  Novela corta
Año:         2013
Páginas: 140
Transcurre en:  Colombia
Elegido por:  Autor 

Valoración:  Bueno



Lo que ofrece Juan Gabriel Vásquez es literatura de la buena, esa que está un poco más arriba de la llamada lectura pasatista, a la que por otra parte soy muy afecto porque cumple con el objetivo de entretenerme. El escritor colombiano, autor de El ruido de las cosas al caer está considerado como uno de los exponentes más prestigiosos de las letras latinoamericanas; lo dicen los que entienden en la materia. 

Este tipo de escritores y sus libros suelen tejer los argumentos con temas que obligan a la reflexión haciendo que sus novelas vayan un poco más allá del mero entretenimiento. Aquí Juan Gabriel Vásquez habla de la memoria y de los engañosa que a veces puede ser, de la fama, de la imagen pública y de la reputación en la sociedad moderna. Todo esto lo corporiza en un protagonista, el caricaturista Javier Maranillo, y lo hace con un vocabulario que incorpora palabras que normalmente no utilizamos. Es lo que nos aportan también muchos otros autores latinoamericanos.

Con sus caricaturas, Maranillo influye en la opinión pública, tal vez más que otros comunicadores sociales. Quienes lo conocimos a través de sus dibujos pensamos inmediatamente en el dibujante uruguayo Hermenegildo Sabat, quién, sin una sola palabra (a diferencia de Maranillo) entregaba verdaderas "editoriales" a sus lectores, primero en el recordado diario La Opinión y después en Clarín, ambos editados en Buenos Aires.

La vida de Javier Maranillo transcurre plácidamente, disfrutando de su reputación, hasta que conoce a una misteriosa mujer que lo hace retrotraerse a un hecho ocurrido hace 28 años. Ese encuentro lo llevará a replantearse algunas cosas y tal vez también a los lectores. Esta novela corta es un buen ejercicio de lectura.
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 Sinopsis  (contratapa del libro)
Javier Mallarino es una leyenda vida. Es el caricaturista más influyente del país, "un hombre capaz de causar la revocación de una ley, trastornar el fallo de un magistrado, tumbar a un alcalde o amenazar gravemente  la estabilidad de un ministerio, y eso con las únicas armas del papel y la tinta china". Los políticos le temen y el gobierno le hace homenajes. A sus sesenta y cinco años, después de cuatro décadas de brillante carrera, puede decirse que tiene el país a sus pies. Pero todo eso cambiará cuando reciba la visita inesperada de una mujer. Tras remontarse con ella al recuerdo de una noche ya remota, Mallarino se verá obligado a revaluar toda su vida, a poner en entredicho su posición en este mundo.
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 Primeras líneas
Sentado frente al Parque Santander, dejando que le embetunaran los zapatos mientras esperaba la hora del homenaje, Mallarino tuvo de repente la certeza de haber visto a un caricaturista muerto. Tenía el pie izquierdo sobre la huella de madera del cajón y la cintura apoyada en el cojín del respaldo, para que su hernia vieja no comenzara sus reclamos, y había dejado que se le fuera el tiempo leyendo los tabloides locale, cuyo papel barato ensuciaba los dedos y cuyos titulares de grandes letras rojas le hablaban de crímenes sangrientos, de secretos sexuales,  de extraterrestres que raptan niños en los barrios del sur. La lectura de la prensa sensacionalista era una suerte de placer culposo: algo que uno sólo se permitía cuando nadie lo estaba mirando.
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El autor
Juan Gabriel Vásquez nació en Bogotá, Colombia, en 1973
Estudió Derecho en su ciudad natal, y después de graduarse, partió a Francia, donde se instaló en París (1996-99). Allí, en La Sorbona se doctoró en Literatura Latinoamericana. Luego se mudó a un pequeño pueblo de la región de Ardenas, en Bélgica. Después de un año de vivir allí, Vásquez se radicó en Barcelona, donde residió hasta 2012. Actualmente vive en Bogotá.

Vásquez es autor de tres novelas "oficiales" —Los informantes, Historia secreta de Costaguana y El ruido de las cosas al caer—, aunque escribió otras dos —Persona y Alina suplicante—, cuando tenía 23 y 25 años de edad, que él prefiere eliminar. "Me gustaría que me dejaran olvidar esa parte de mi pasado. Me tomo ese derecho".
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