13 de agosto de 2014

FUTBOL - Palos para dos

Me gusta el fútbol, ya lo dije, pero en absoluto soy fanático de nadie y menos de los deportistas de élite, sea cual sea la bandera bajo la que se cobijan, por gusto o por conveniencia. Como seguidor desapasionado leo y veo gran parte de lo que se publica y emite sobre este deporte y sus actores. Si defiendo o critico a alguna figura rutilante es siempre de acuerdo con mis convicciones, así que vamos a repartir palos y elogios, aunque estos últimos (los elogios) se los deberán ganar.

Me llama la atención el estrepitoso fracaso de Carlos Bianchi como entrenador de Boca Juniors, un club importante en el concierto mundial, por su historia, no por su lastimoso presente. Me imagino que la calamitosa situación económica de los clubes argentinos impide que Boca esté en condiciones de incorporar a jugadores de calidad y que por lo tanto debe chapotear en el barro con lo poco que tiene. Es evidente que los dirigentes no pueden revertir esta situación; es comprensible, no son los únicos. Pero hablando estrictamente de Carlos Bianchi, ¿cómo es posible que no tenga un poco de vergüenza y lisa y llanamente RENUNCIE? ¿será por el sueldo? ¿por "amor" al club? ¿qué piensan los seguidores "xeneixes"?

El caso de Leo Messi es interesante. Muchos simpatizantes del Barcelona, el club que le paga sueldos impresionantes (como también a otros; Messi no es el único) probablemente se sientan decepcionados por la actitud de este futbolista excepcional en la última fase de la Liga Española. Messi, evidentemente obsesionado por llegar al Mundial de Brasil sin que alguna desafortunada acción de un rival le provocara una lesión, deambulaba cansinamente por el campo con un desprecio absoluto por el esfuerzo de sus compañeros (no tan bien pagados como él) que quemaban sus últimos cartuchos para aspirar al campeonato. ¿No habría sido mejor que por medio de algún acuerdo con el equipo técnico (Tata Martino y Cia.) y con los dirigentes, se hubiese hecho a un lado, aduciendo problemas anímicos que no le permitían rendir el máximo?.Y no sería mentira, sino la realidad pura, porque no sólo le atormentaba la obsesión de lesionarse sino que también le sobrevolaba el problema de su defraudación fiscal, por lo cual finalmente tuvo que oblar 50 millones de euros, según versiones periodísticas. Y eso preocuparía a cualquiera, incluso a Messi. En el Mundial de Brasil hizo un par de jugadas buenas que significaron sendos goles para Argentina, pero de ahí a ser considerado el Mejor Jugador del torneo....¿qué hubo detrás de esa distinción? Joseph Blatter quizás lo sepa.

La Pulga tendrá que pasar página y volver a ser el de antes porque puede que este año las cosas se le pongan un poco peliagudas. Vamos a ver como se complementa con Neymar y con Luis Suárez (un argentino, un brasileño y un uruguayo todos tirando del mismo carro). Futbolísticamente hablando no serán los mejores amigos, por la rivalidad de los tres países en el ámbito sudamericano. Y tendrá que lidiar también con el entrenador Luis Enrique, un hombre de pocas pulgas, según parece. Esperemos que la obsesión por el Mundial de Rusia dentro de cuatro años, tarde un poco en manifestarse.
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