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12 de septiembre de 2014

¡Aquel cine!

Estas viejas películas, aquellas de las décadas de 1940, 50 y 60, tendrán también su espacio en el blog, y no porque la oferta de las realizaciones actuales no sea atractiva sino porque a veces es interesante rescatar del olvido los filmes que nos depararon tantos buenos momentos. Que estas escuetas líneas sirvan de presentación para este título genérico de ¡Aquel cine!

Las minas del rey Salomón (1950)


- Película nro 38 vista en este blog -

Género:  Aventuras, África
Año:        1950
Duración:  102 min
País:    Estados Unidos   
Título original: King Solomon's Mines
Reparto: Stewart Granger, Deborah Kerr, Richard Carlson
Dirección: Andrew Marton, Compton Bennett
Guión: Helen Deutsch (sobre novela de H. Rider Haggard)
Fotografía:  Robert Surtees

Dos Oscar: Mejor fotografía color y Montaje



En su género es muy buena, y hasta podría decirse que excelente. Acción y aventuras con espléndidas tomas de animales en su ámbito natural en las sabanas de África. Se han hecho media docena de versiones de la novela de H. Rider Haggard, pero dudo que las demás superen a ésta, que tiene a Stewart Granger, el actor por excelencia para este tipo de películas, y a una Deborah Kerr que lo secunda magníficamente.

Aunque si entramos en detalles y queremos ser meticulosos, veremos algunas cosas que son tan propias del cine en technicolor de esos tiempos: rostro perfectamente maquillado, labios y ojos pintados, peinado perfecto y todo lo que ya sabemos, pero sobre lo cual haremos un silencio piadoso; el cine tiene sus licencias y aquí también las utiliza.  Con estas películas se busca pasar un momento entretenido sin buscarle demasiados defectos.

El argumento
La pareja estelar

Elizabeth Curtis (Deborah Kerr) contrata a un curtido guía, Allan Quatermain (Stewart Granger) para que dirija una expedición hasta un remoto e inexplorado sitio de la selva africana, donde supuestamente se perdió el marido de Elizabeth mientras iba en busca de las legendarias minas del rey Salomón. El safari a través de la selva, sabanas y desiertos de África, del que participan también el hermano de la mujer y varios porteadores nativos, está sembrado de peligros; tiene, no obstante, algo de humor y la inevitable dosis de romance, pero sobre todo un desfile espectacular de la fauna africana. No faltan los leones, elefantes, cocodrilos, hipopótamos, rinocerontes, monos, serpientes y muchos más.

Las escenas en las que participan nativos también están muy bien logradas con sus danzas y costumbres. Las secuencias "increíbles" no son muchas, aunque la protagonista femenina va demasiado bien vestida y su delicada piel no parece sufrir los efectos del calor y la humedad durante la marcha. También, el rostro de Stewart Granger está siempre perfectamente afeitado a pesar de la falta de agua. En fin, detalles que le restan autenticidad, pero como se dijo más arriba, es el cine de Hollywood de esos años, en los que los lavabos aparentemente no eran necesarios. En las películas actuales esto sería imperdonable.
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Stewart Granger, insuperable en estos papeles

En toda película sobre África no puede faltar el guerrero watusi

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11 de febrero de 2012

CINE - De aqui a la eternidad (1953)

Requisitos para ocupar este espacio: que la película sea en blanco y negro y que tenga por lo menos 50 años

Género: Drama
Año:       1953
Duración: 113 minutos
Basada en la novela de James Jones


Será porque acabo de verla con la perspectiva que dan los 56 años transcurridos desde su filmación, pero me llama la atención que en el afiche publicitario se la presente como ...la película más audaz... Si por audacia se entiende la casta escena de la playa entre Burt Lancaster y Deborah Kerr, de audaz no tiene nada, salvo el hecho de que la esposa de un coronel le ponga los cuernos con un sargento....todo un insulto para la autoridad militar...

Otra: Vemos que esta película recibió ocho Oscars de la Academia de Hollywood, uno de los cuales se lo llevó Donna Reed como mejor actriz de reparto. Su actuación es correcta pero me parece que de ahí al Oscar debería haber un poco más de distancia.  Su compañero de reparto, Montgomery Clift, considerado el creador del estilo que siguieron después Marlon Brando, James Dean y Paul Newman, no recibió ningún premio a pesar de que, en mi modesta opinión personal, es el que actúa de manera más convincente.

El pobre no tiene la culpa, pero se lo presenta como un ex boxeador, y no tiene ni rostro ni físico para ello; su nariz aguileña no presenta ninguna marca y los músculos brillan por su ausencia. De todas maneras saca a flote con solvencia el rol que le adjudicaron, lo mismo que Frank Sinatra, que sí recibió el Oscar como mejor actor de reparto. La pareja central (Burt Lancaster-Deborah Kerr) no ganó ningún premio, pero ambos convencen con sus actuaciones.

Los restantes premios, incluyendo el de mejor película y mejor director, no merecen reparos, al igual que los Oscars concedidos al guión, sonido, fotografía y montaje. Aunando todos ellos, el resultado final es una muy buena película, con un argumento interesante y un elenco que no desentona. La escena del bombardeo de los aviones japoneses al producirse el ataque a Pearl Harbor, está muy bien lograda, lo mismo que las restantes secuencias de esta producción "no recomendada para menores de 18 años".

Todo transcurre en una base militar estadounidense en Honolulu a la que llega el soldado Prewitt (Montgomery Clift) que se niega sistematicamente a integrar el equipo de boxeo del regimiento, pese al pedido de sus compañeros y oficiales superiores, que le hacen la vida imposible para que cambie su decisión. Paralelamente, se desarrolla la relación ilícita entre el sargento (Lancaster) y la esposa de su superior inmediato (Deborah Kerr). Hoy día esto no sorprendería a nadie pero parece que en esa época las cosas eran diferentes.

Ver esta película en DVD permitirá disfrutar de casi dos horas de buen cine. Los detalles mencionados al comienzo no modifican la evaluación final de que se trata de una muy buena película en blanco y negro.

Montgomery Clift, Frank Sinatra
Deborah Kerr, Burt Lancaster, Donna Reed
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