12 de abril de 2009

Dos winners

Otra vez Nadal! Y sí, ¡otra vez Nadal!



Es que a este blog le gusta ver siempre el vaso medio lleno y no medio vacío. Y mientras este ganador nato en el deporte y en la vida siga siendo un ejemplo estará presente aquí.


Hoy vamos a hacerle compartir la nota con otro fenómeno, que de no mediar influencias nefastas en el entorno que le toca vivir, podría ser también un icono para los jovenes que buscan referentes, espejos para mirarse. Los hay, sólo hay que buscarlos y cuando se los encuentra, procurar extraer de ellos lo positivo. Bienvenido Leo Messi a este podio de triunfadores.


El deporte bien entendido sirve para forjar la personalidad, y hay muchísimos ejemplos de superación personal a través del esfuerzo y la disciplina. Quien quiera incluir nombres será bienvenido.


Tomamos estos dos ejemplos de EXITO con mayúsculas porque son las figuras más mediáticas en el mundo del deporte y sobresalen en sus respectivas esferas de actividad; Nadal es el mejor tenista de la actualidad y Messi el mejor futbolista del mundo. Tal vez las opiniones no sean unánimes en uno u otro caso.


Antes de continuar, hay un tema que no puede soslayarse. Las cifras siderales que perciben los deportistas de élite son abusivas y constituyen una afrenta si se comparan con las paupérrimas recompensas económicas que reciben tantos científicos, investigadores, y hombres y mujeres de la cultura, cuyo legado a la historia será sin duda más trascendente que un mero éxito deportivo.


Pero Nadal, Messi y otros no son culpables de ello, sino que forman parte de una sociedad un tanto desquiciada que se rige por el poder de dinero. Si parte de esas fabulosas ganancias se distribuyera por ejemplo entre ONGs sin fines de lucro, sería de justicia.


En sus apariciones públicas cuando el micrófono sustituye a la raqueta o el balón, Messi y Nadal se muestran contenidos y respetuosos. Este último exhibe mayor soltura a la hora de hablar, porque tiene que hacerlo inevitablemente al recibir el premio en cada uno de los torneos que gana -y ya son muchos-, en tanto que Messi responde con palabras de circunstancia a preguntas también de circunstancia. Este mecanismo los futbolistas lo conocen de memoria.


Pero ninguno de los dos ha menospreciado jamás a un rival y lo que priva es el respeto. Los que en el fútbol tienen la lengua demasiado larga acaban pisándosela.



En la apasionante rutina diaria de sobrevolar Internet para conectarnos con el mundo, nos topamos este domingo con un extenso reportaje que el diario argentino La Nación publica sobre Rafael Nadal. Si bien el artículo lleva la firma del periodista de EL PAIS, su publicación en un diario argentino tiene un valor agregado cuando todavía no se han restañado las heridas de la derrota en la final de la Copa Davis ante España (sin Nadal).



La nota habla precisamente de la amistad de Nadal con los tenistas argentinos Juan Mónaco, David Nalbandian y Juan Martín del Potro, sobre todo cuando coinciden en los hoteles y pasan el tiempo juntos aprovechando seguramente la afinidad del idioma.



A la desdichada frase de Del Potro "A Nadal vamos a sacarle los calzones del orto" el manacorí le resta importancia diciendo que fue producto de la euforia al final de un partido de semifinales de la Davis ganado por el argentino. Rafa se ríe y aclara: "Yo jamás diría eso, aunque le entiendo, por la euforia. No me siento insultado, aunque yo prefiero ver las cosas desde el respeto". Así fue educado por su familia.



Leo Messi está vinculado con el Fútbol Club Barcelona desde los 13 años cuando desde su Rosario natal cruzó el Atlántico para probarse en el club catalán como infantil. Evidentemente alguien le vio condiciones porque desde entonces su carrera ha sido meteórica hasta llegar a ser lo que hoy es la meta de todo futbolista: ser el mejor del mundo.


Si bién debutó en un partido oficial del Barça con sólo 17 años, el 1 de mayo del 2005 tuvo que esperar algún tiempo para tener un lugar indiscutible en el equipo de primera. El anterior entrenador, el holandés Frank Reijkaard lo ponía con cuentagotas, casi al final de los partidos. Finalmente tuvo que rendirse a la evidencia de que Leo era mejor que los titulares en los que el técnico confiaba.



En su página web Leo Messi, muestra su Fundación Pequeño Deseo, en cuya presentación dice, con su habitual parquedad y timidez, que "todos los niños merecen que sus sueños se hagan realidad". Sin duda una hermosa manera de canalizar parte de sus ganancias.


Esa timidez a la hora de hablar desaparece cuando tiene el balón en sus pies y ante casi 100.000 espectadores, saca de la galera jugadas imposibles que le valieron en un momento dado, elogios de su compañero de equipo, el camerunés Samuel Eto: "¿Por qué eres tan bueno?".




Messi se muestra agradecido por todo lo que ha recibido en el Barcelona, y afirma que quiere jugar toda su vida en ese club. Por supuesto que esto no debe tomarse como algo definitivo pues muchas son las circunstancias que puede haber en la vida de un futbolista de élite.



Pero lo importante es que, como Nadal, la "pulguita atómica" mantenga la humildad y el sentido de la gratitud como parte de los valores fundamentales que marquen su vida. Los jóvenes que consideran a ambos como modelos para imitar lo agradecerán.

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6 comentarios:

martagbp dijo...

Qué bonitos!!!!!

Ana dijo...

Igualito a Hamilton, que se caracteriza por la humildad, honradez y sinceridad...

martagbp dijo...

Leída. Argentina.

flaco dijo...

Leida.Argentina

Guillermo dijo...

Leido, Grande Messi... Spain

Fer.T dijo...

Leido, Spain