10 de mayo de 2009

VIAJES-Bélgica (I)

Este blog sostiene la teoría de que en materia de viajes, el lema que mejor la define (a la teoría) podría ser: “viaje ahora, disfrútelo después”.

Este lema se sustenta , como no podía ser de otra manera, en experiencias personales y subjetivas, y se cumple en la mayoría de los casos, salvo las consabidas excepciones que confirman la regla.

La explicación es simple. Cuando se planea un viaje todo se ve desde el lado positivo, pues de nos ser así, ¿de que serviría gastar tiempo y dinero?.
Ahora bien.
Desde el comienzo mismo del viaje o la excursión prolijamente planificada, van surgiendo las inevitables facetas que lo jalonan. ¿Quién no ha sentido un atisbo de estrés al activarse el recuento mental de que se lleva toda la documentación? De que algo podría impedir llegar a tiempo a la salida del avión, o tren, o autocar? De que las condiciones meteorologicas sean las propicias? De que se lleva dinero suficiente para afrontar cualquier imprevisto?

Ya en el destino, comienza el cansancio físico que implica ver lo máximo posible en el mínimo de tiempo, y “arrastrando” pesados bolsos que contienen todo lo que se estima necesario, y algo más "por las dudas", sin descartar el equipo necesario de fotografía –con trípode incluido- para quien considera que, debido a su afición, todo ese equipamiento es esencial en el momento de iniciar un viaje.

Los pies comienza a doler, las piernas pesan cada vez más y los descansos deben ser mínimos so pena de perderse algo. Hay que llegar a tiempo para visitar un museo antes de que cierre, y mientras camina, el viajero va leyendo los folletos o datos que ha podido recopilar sobre un determinado sitio. Gotas de sudor van perlando la frente y si el cielo esta cubierto de nubes, empieza a carcomerle la duda sobre si lloverá.

"Tengo el paraguas en el bolso? Sí, está. Bueno sigamos!". Y asi transcurren los días hasta que el viaje llega a su fin y se emprende el regreso. Ahora sí, llega la etapa del disfrute, cuando después de pasar por el tamiz todo lo sucedido, los momentos de cansancio, de estrés y de apuros quedan relegados al olvido y en nuestra memoria procuramos dejar espacio sólo para lo agradable y positivo.

Esa es la mejor etapa de un viaje, cuando el mismo ha concluido y podemos descansar de los siete días de “descanso” que habiamos planificado. Las fotos que nos hemos traído constituyen la mejor ayuda memoria y al verlas tranquilamente, vamos reconstruyendo el itinerario. Siempre quedará algo que no hayamos visto, pero esto es inevitable y forma parte de esta liturgia.

Este blog defiende el acervo cultural que se atesora en la conjunción de tres de sus aficiones: los viajes, la fotografía y el caudal de conocimientos que reporta la información consultada antes de viajar y la investigación posterior de algún aspecto que haya despertado especialmente su interés.

Con estas premisas, invitamos a nuestros distinguidos visitantes a compartir las impresiones que nos ha dejado una reciente visita a cuatro ciudades de Bélgica: Bruselas, Amberes, Brujas y Gantes. Esto no es una guía turística sino un relato matizado con fotografías propias; no hay otra pretensión.


(Continuará)

*

3 comentarios:

martagbp dijo...

Huy, qué intriga, qué inconvenientes tuvieron?? Pero, esos lugares tan nutridos, culturalmente hablando, los deben haber compensado de todo. Un cariño.

Noemi dijo...

hola me alegro que hayan regresado, espero los proximos dìas para irnos enterando de todo lo que aconteció besos para los viajeros

flaco dijo...

A José: lo que tenés no es el estrés del turista sino algo que se llama vejentud....protestona...pobrecita mi primita..........Amén