

Blog personal con agenda abierta, pero con cierta predilección por los libros y la lectura.Este no es un blog literario; es el blog de un lector.
Novela de espionaje no demasiado complicada, cuya acción transcurre mayormente a bordo de un barco italiano. La necesaria intriga se mantiene hasta el final, pero no debe esperarse otra cosa que un producto de entretenimiento bastante liviano.
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De qué se trata: (contratapa del libro)
Estambul, 1940. Graham, un discreto ingeniero y experto en armas, acaba de mantener conversaciones de alto nivel con el gobierno turco. Al regresar a su hotel, descubre que alguien quiere matarlo. Le han disparado al entrar en la habitación y decide escapar de la ciudad en un vapor.
Un viaje lleno de peligros en el que conocerá a una atractiva bailarina francesa, un sospechoso hombre de negocios griego, un misterioso médico alemán, y un misterioso sujeto que viste un arrugado traje… Graham debe sospechar de todos, esconderse en ese barco del que no puede escapar y sobrevivir a una travesía de pesadilla.
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Así comienza:
El vapor Sestri Levante se alzaba junto al muelle, y el aguanieve, impulsada por el viento tempestuoso del mar Negro, había empapado hasta la reducida cubierta. Los estibadores turcos, con sacos atados a la espalda, seguían cargando mercancías en la sentina de popa.
Graham observó que el mayordomo transportaba su maleta por una puerta donde se leía “Paassegieri” y se volvió para ver si los dos hombres que le habían dado la mano al pie de la pasarela seguían allí...
El autor
Eric Ambler nació en Londres en 1909 y falleció en la misma ciudad en 1998.
Estudió ingeniería y trabajó como redactor publicitario antes de convertirse en uno de los maestros de la novela de espionaje. Viaje al medio fue llevada al cine, con Joseph Cotten y Orson Welles como protagonistas.
Fue considerado un maestro del género por personalidades como Alfred Hitchcock, y autores de la talla de Graham Greene y John Le Carré siempre reconocieron su deuda con él.
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Páginas: 320
Año de publicación: 2010
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Opinión : Bueno
Si el lector conoce Barcelona, tanto mejor, pues ello le permitirá seguir con más interés las andanzas de los distintos personajes por sus calles y sitios de renombre. El autor, a través de una descripción detallada del ambiente barcelonés en los convulsos años de la décda de 1920, parece haber elegido a la ciudad como el protagonista central de esta (llamémosle novela), que más bien se lee como un documental de la época.
El libro, por momentos es un relato biográfico, una novela policial con intrigas políticas, o una nota periodística. Dos grandes escritores, Carlos Ruiz Zafón y Arturo Pérez-Reverte, nos ayudan a explicar mejor esta obra de Sergio Vila-Sanjuán, director del suplemento cultural del diario La Vanguardia:
«Una poderosa crónica novelística de la Barcelona de los años 20 que nos permite vivir sus entresijos y desvelar sus claves. Con el ojo clínico del periodista y la visión narrativa del novelista, Sergio Vila-Sanjuán ha conseguido crear una lectura irresistible que explora todo el abanico de una sociedad, un tiempo y una ciudad fascinantes.» Carlos Ruiz Zafón
«Un retrato impecable de la Barcelona elegante, pistolera y turbulenta de los años 20, sacudida por el final de un mundo que agoniza y el rumor de la tormenta que iba a desgarrar a España y a Europa una década más tarde.» Arturo Pérez Reverte.
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Sinopsis de la editorial
En la Barcelona de 1920 un joven abogado y periodista monárquico entra en relación con personajes muy diversos: una cabaretera agredida que no dice todo lo que sabe; un líder anarquista que vacila entre el pactismo y la violencia; un general recién llegado a la ciudad para imponer el orden sin contemplaciones, y una bella y adinerada condesa decidida a mantener su independencia.
De la mano de Pablo Vilar nos desplazamos desde las grutas de los miserables en Montjuich a las fiestas de alta sociedad en el Ritz o el Laberinto de Horta; y de las comunidades ácratas a los juzgados donde se imparte, o se demora, la justicia. Mientras la ciudad roza su cénit, también Pablo teme que su juventud se esfume con el vendaval que se avecina.
Inspirada en hechos y figuras reales, y en documentos del archivo familiar del autor, Una heredera de Barcelona propone una mirada diferente, e inédita hasta ahora, sobre un periodo complejo y deslumbrante.
Pablo Vilar, abogado y periodista en activo hasta el fi nal (murió con noventa años en diciembre de 1982 y publicó su último artículo pocos meses antes), me pareció siempre un hombre muy serio, algo envarado y de extremado formalismo. No le traté demasiado, ya que raramente venía por casa: a lo largo de mi infancia, mi padre me había llevado algunas veces -no muchas- a comer con él al suntuoso restaurante del hotel Manila, donde residía, ya que el propietario, un viejo amigo, le brindaba un trato especial a cambio de que organizara algunos ciclos anuales de conferencias.
En mi adolescencia le fui a ver en varias ocasiones al Ateneo barcelonés, donde solía trabajar y pasaba buena parte de su jornada. Pese a su cortesía y a la existencia supuestamente interesante que había llevado, la comunicación no brotaba con demasiada fluidez. Con su cabeza erguida, su potente calva de senador romano, sus camisas de cuello duro y sus anchas corbatas de nudo perfecto -siempre elegante, aun en las épocas económicamente más inestables-, y por su forma de hablar, de vocalización perfecta y adjetivación florida, despertaba más respeto que cariño y me parecía excesivamente identifi cado con el personaje de «señor de Barcelona» que recuerdan cuantos le conocieron; un modelo de vida que en aquel momento de grandes cambios, años setenta, me parecía casi incomprensible.
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Páginas: 280
Año de publicación: 1958
Título original: Our Man in Havana
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CALIFICACIÓN: Bueno
Es un gusto recibir en este espacio a uno de mis escritores preferidos, el británico Graham Greene (El tercer hombre, El poder y la gloria, El revés de la trama, etc.), títulos leídos todos pero a los que seguramente volveré en algún momento.
Hoy vamos a referirnos a una novela calificada por el propio Greene (1904-1991) como de “entretenimiento”. Efectivamente lo es, y cumple muy bien con su cometido a lo largo de 280 páginas cuyo interés no decae en ningún momento.
El escritor vuelve a abordar el tema de los espías, género que proliferó durante la llamada Guerra Fría. Tengamos en cuenta que el libro fue escrito en 1958.
Graham Greene eligió a La Habana como escenario de la trama que se desarrolla un año antes del triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro que expulsó de Cuba al régimen del dictador Fulgencio Batista.
El escritor británico opta por la ironía y la sutileza para moldear a personajes que, lejos de captar la atención del lector con acciones de acción o dramatismo, provoca sonrisas por lo descabellado de algunas situaciones.
Un ciudadano inglés afincado en La Habana, que tiene un negocio de venta de aspiradoras, ve alterada su rutinaria vida cuando es convencido de servir como espía para el Servicio Secreto de Su Majestad. Jim Wormold, que así se llama nuestro héroe, acepta con el único propósito de costear los estudios de su hija.
Ante su nula experiencia en el campo del espionaje y no sabiendo que hacer para justificar los pagos que recibía, decide inventarse agentes a su mando, falsificar planos de instalaciones militares inexistentes, y enviar a sus superiores informes totalmente inventados.
El tono de humor que Greene le imprime a su novela, deja también espacio para reflexionar sobre las decisiones que una persona debe tomar cuando se enfrenta a una situación apremiante.
Es un libro entretenido, de lectura rápida, que al año siguiente de su aparición, fue llevado al cine, con un actor inconmensurable para personificar al inefable Jim Wormold: Alec Guinness.
-José Trepat
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Henry Graham Greene ( Berkhamsted, Herfordshire, 2 de octubre de 1904 - Vevey, Suiza, 3 de abril de 1991).
Fue escritor, guionista y crítico literario. Se dice que en algún momento trabajó también para el servicio secreto británico.
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Páginas: 400
Año de publicación: 1971
Título original: Shroud for a Nightingale
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Calificación: Muy buena
Puede decirse que es una excelente novela policial, en las antípodas de las “novelas negras” , si entendemos como tales, aquellas que desbordan violencia en la mayoría de sus páginas.
Aquí, P.D.James nos presenta dos muertes sospechosas, y la investigación metódica, pausada y eficiente de su protagonista, el inspector Adam Dalgliesh, hasta descubrir las causas de la muerte y al culpable, como debe ser.
Como en la mayoría de sus novelas, la autora conduce al inteligente y culto Dalgliesh (compone poemas en sus ratos libres) a sumergirse en la indagación psicológica de sus personajes, antes que recurrir a la ayuda de los aportes científicos, tan utilizados en muchas novelas más actuales.
Sin embargo, P.D.James tiene una sólida formación en metodología policial y forense, por sus años de trabajo en el departamento de policía del Ministerio del Interior, lo que aporta a sus libros una alta dosis de credibilidad.
Género: Novela negra, intriga
Páginas: 384
Año de publicación: 2010
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OPINION: Bueno
Muchos de nosotros nos aficionamos a la llamada “novela negra” leyendo a los grandes del género (Raymond Chandler, Dashiell Hammett, James Cain, entre los estadounidenses). Luego, en época más reciente, se produjo la invasión de los escritores nórdicos ya ampliamente conocidos por el grueso de los seguidores del género.
Todos ellos nos transportaron a escenarios poco conocidos, lo cual no es desdeñable pues ello nos permitió conocer -a través de sus libros- lugares y costumbres diferentes a los nuestros. En esta lista de nombres no pueden faltar el francés Georges Simenon ni las británicas P.D.James o Mary Higgins Clark.
Pero también hay escritores más cercanos a nosotros y a nuestra idiosincrasia; en este caso me refiero a los autores españoles contemporáneos que avanzan a paso firme en este rubro. Puedo mencionar a tres entre otros tantos, que me han dejado un muy buen sabor de boca: Alicia Giménez Bartlett, Domingo Villar y Francisco González Ledesma.
A este grupo acaba de incorporarse Lorenzo Silva, con la novela que acabo de leer, La estrategia del agua, en la que presenta nuevamente a la pareja de investigadores de la Guardia Civil, Bevilacqua y Chamorro.
A lo largo de su desarrollo el lector sigue paso a paso los avances de la pareja hacia un final previsto pero no por ello menos interesante. Lorenzo Silva se basó en un caso real para urdir la trama de esta novela bien escrita y bien resuelta, en la que los escenarios y hechos son reconocibles y creíbles. Tiene también toques de humor y los personajes están dotados de humanidad; son personas “normales”.
Por haberse inspirado en un hecho real, que no es el que se expone en el argumento, el autor aprovecha para dejar constancia de algunas críticas al funcionamiento del Sistema Judicial, algo con lo que el ciudadano común se ve identificado, sobre todo si lee los periódicos o mira los informativos de la tele.
JT
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SINOPSIS
Tras una decepcionante experiencia con el sistema judicial que ha puesto en libertad a un asesino encerrado por Vila, éste se halla desencantado y más escéptico de lo que acostumbra. Así se enfrenta al caso que le ocupa: un hombre, Óscar Santacruz, ha aparecido con dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa, sin que ningún vecino haya oído ni visto nada. Parece el «trabajo» de un profesional, lo que parece un tanto desmesurado dada la aparente poco trascendencia de la víctima.
Vila y Chamorro comienzan una investigación, muy a regañadientes por parte de Vila, actitud que empezará pagando «el nuevo», Arnau, un joven guardia que poco a poco se irá ganado la confianza de Vila. Parece que los problemas en la vida de Óscar Santacruz se limitan a un divorcio mal llevado con un hijo de por medio. Pero, ¿puede ser ésta la razón de su asesinato? ¿Qué esconde la denuncia que pesaba sobre la víctima por malos tratos? ¿Y su detención por tráfico de drogas? ¿En qué oscuros asuntos estaba envuelto este hombre en apariencia tan poco peligroso?
Una novela sobre los claroscuros de las relaciones, sobre los pasadizos del sistema judicial, sobre las modernas técnicas de investigación incorporadas por la Guardia Civil, sobre las injusticias que provocan las leyes.
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Una costumbre adquirida. Suelo leer dos libros a la vez, uno en el formato tradicional de papel y otro por el sistema de audiolibro, mientras viajo en el coche, tres horas diarias.
La suerte quiso que se “enfrentaran” Dan Brown y Jeffrey Archer, y que surgieran las consabidas comparaciones en mis neuronas de lector común y corriente. Como resultado de estas comparaciones y después de haber leído/escuchado casi la misma cantidad de páginas de uno y otro, tomé una decisión “drástica”.
“El símbolo perdido”, el último bestseller de este Dan Brown tocado por la varita mágica del marketing, pasa a mejor vida, y en cambio, “El impostor” de Jeffrey Archer, será leído hasta el final, pues me atrapó totalmente, permitiéndome al mismo tiempo notar las diferencias entre un oportunista y un novelista que conoce su oficio.
En materia de gustos todo es discutible, y en mi caso siento un rechazo casi patológico a todo lo que tiene que ver con esoterismo, vampirismo, ciencias ocultas y simbologías. Este género tiene millones de adeptos que disfrutan con esos libros, pero personalmente me inclino por una realidad palpable como la que plantea El impostor, escrito de manera ágil, concisa y con una trama que atrapa al lector desde el mismo comienzo.
Dan Brown, de quien confieso me interesó El código da Vinci –aunque menos sus otros títulos- esta vez me atosigó hasta el hartazgo con sus referencias a la masonería, sus secretos, escalas jerárquicas, la sabiduría de los antiguos líderes de la logia masónica y sus misterios celosamente guardados.
Aprovechando el filón de El código da Vinci, Brown se centra una vez más en la búsqueda de una especie de talismán antiquísimo que podría cambiar el destino de la humanidad y bla bla bla. ¿Y quién sino el inefable profesor de Simbología, Robert Langdon, es, oh casualidad! el encargado de dar con ese objeto?.
No sé en que terminará la historia, pero seguro que el destino de la humanidad no sufrirá grandes cambios. ¿Se puede opinar sobre un libro sin haberlo leído íntegramente? Tal vez sea una falta de respeto, pero yo pienso que la lectura debe ser un placer, y cuando deja de serlo lo mejor es cerrarlo y abrir otro que cumpla con ese requisito. Una vez más el consejo de Jorge Luis Borges: “si un libro no te gusta, dejalo”. Que la lectura obligatoria quede para temas de estudio.
Obviamente, Dan Brown debe su éxito al manejo editorial de sus obras, y no lo culpo de nada. Vive de su profesión y aprovecha su momento, mientras otros –tantos- escritores con muchos más méritos que esta luminaria del mundo editorial, apenas son conocidos y sus libros acumulan polvo en los anaqueles. Pero esto es así. Si un libro no se promociona no se vende; esto lo saben bien las editoriales cuyo objetivo es aumentar las ganancias.
Un ejemplo es el otro libro tema de esta nota. El impostor (A Prisoner of Birth) , editado no hace mucho (2008), seguramente es mucho menos conocido que El símbolo perdido, aunque en verdad desconozco si esto es tan así en Estados Unidos o Inglaterra, país de Jeffrey Archer (Kane y Abel, La falsificación, entre otros). Pero lo cierto es que las escasas 120 páginas que llevo leídas, me “engancharon” por completo y con seguridad llegaré al final.
Esta primera parte se centra en un juicio en el que se condena por asesinato a un inocente y es sentenciado a 22 años de cárcel. El tema es simple pero Jeffrey Archer lo lleva muy bien hasta ahora; nada hace suponer que no continuará de la misma manera.
En la misma cantidad de páginas, Dan Brown me empalagó con las virtudes de la masonería y el destino de la humanidad. En cambio, Jeffrey Archer me plantea el drama de un hombre condenado injustamente. A un buen escritor, con eso le basta.
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